Poemas 

Así funciona Yavendrás: En el menú, tienes un montón de poemas de escritores célebres clasificados por categorías (amor, amistad,...) y también la sección "Vuestros poemas" con TODO el contenido que vais subiendo: visítala para estar al tanto de lo que publica la comunidad.

Aquí, en la portada, puedes leer los 100 mejores poemas de siempre, según vuestros votos, separados en dos listas: 50 son de autores consagrados, y los otros 50 de usuarios. Tiene mucho mérito aparecer en esta selección, así que si te esfuerzas a lo mejor te puntúan tan bien que sales aquí. ¡No dejes de intentarlo!

Si quieres buscar el contenido clasificado por autor, visita nuestra sección de Autores
 TOP50 Usuarios TOP50 Yavendrás

FAETÓN (I)

Tuvo este en ánimos y en años un igual,
del Sol engendrado, Faetón, al cual, un día, que grandes cosas decía
y que ante él no cedía, de que fuera Febo su padre soberbio,
no lo soportó el Ináquida y 'A tu madre' dice 'todo como demente
crees y estás henchido de la imagen de un padre falso.'
Enrojeció Faetón y su ira por pudor reprimió,
y llevó a Clímene los insultos de Épafo, su madre,
y 'Para que más te duelas, madre' dice 'yo, ese libre,
ese feroz, callé. Me avergüenza que estos oprobios a nos
decirse sí se han podido, pero no se han podido desmentir.
Mas tú, si ora he sido de celeste estirpe creado,
dame una señal de tan gran linaje y reclámame al cielo.'
Dijo y enlazó en el materno sus brazos cuello,
y por la suya y de Mérope la cabeza, y las teas de sus hermanas,
que le trasmitiera a él, le rogó, de su verdadero señales padre.
Ambiguo si Clímene por las súplicas de Faetón o por la ira
movida más del crimen dicho contra ella, ambos brazos al cielo
extendió y mirando hacia las luces del Sol:
'Por el resplandor este,' dice 'con sus rayos coruscos insigne,
hijo, a ti te juro, que nos oye y que nos ve,
que de este tú, a quien contemplas, de este tú, que tiempla el orbe,
del Sol, has sido engendrado; si fingidas cosas digo, niéguese él a ser visto
de mí y sea para los ojos nuestros la luz esta la postrera.
Y no larga labor es para ti conocer los patrios penates.
De donde él surge la casa es confín a la tierra nuestra:
si ora te lleva tu ánimo, camina y averígualo de él mismo.'
Salta al instante, alegre tras tales de la madre
suya palabras Faetón, y concibe éter en su mente,
y los etíopes suyos y, puestos bajo los fuegos sidéreos,
los indos atraviesa, y de su padre acude diligente a los ortos.

Autor del poema: Ovidio

83.33%

votos positivos

Votos totales: 6

Comparte:

BEBAMOS

Bebamos. ¿A qué aguardar las candelas? Hay un dedo de día. Descuelga y trae las grandes copas pintadas, en seguida. Porque el vino lo dio a los humanos el hijo de Sémele y Zeus para olvido de penas. Escancia mezclando uno y dos cazos, y llena los vasos hasta el borde, y que una copa empuje a la otra...

Autor del poema: Alceo de Mitilene

83.33%

votos positivos

Votos totales: 60

Comparte:

EL GAUCHO MARTÍN FIERRO (FRAGMENTO)

Aquí me pongo á cantar
Al compás de la vigüela,
Que el hombre que lo desvela
Una pena estraordinaria,
Como la ave solitaria
Con el cantar se consuela.

Pido á los Santos del Cielo
Que ayuden mi pensamiento,
Les pido en este momento
Que voy á cantar mi historia
Me refresquen la memoria
Y aclaren mi entendimiento.

Vengan Santos milagrosos,
Vengan todos en mi ayuda,
Que la lengua se me añuda
Y se me turba la vista;
Pido á mi Dios que me asista
En una ocasión tan ruda.

Yo he visto muchos cantores,
Con famas bien otenidas,
Y que despues de adquiridas
No las quieren sustentar:
Parece que sin largar
Se cansaron en partidas.

Mas ande otro criollo pasa
Martin Fierro ha de pasar,
Nada lo hace recular
Ni las fantasmas lo espantan;
Y dende que todos cantan
Yo tambien quiero cantar.

Cantando me he de morir,
Cantando me han de enterrar,
Y cantando he de llegar
Al pié del Eterno Padre—
Dende el vientre de mi madre
Vine á este mundo á cantar.

Que no se trabe mi lengua
Ni me falte la palabra—
El cantar mi gloria labra
Y poniéndome a cantar,
Cantando me han de encontrar
Aunque la tierra se abra.

Me siento en el plan de un bajo
A cantar un argumento—
Como si soplára un viento
Hago tiritar los pastos—
Con oros, copas y bastos
Juega allí mi pensamiento.

Yo no soy cantor letrao,
Mas si me pongo á cantar
No tengo cuando acabar
Y me envejezco cantando,
Las coplas me van brotando
Como agua de manantial.

Con la guitarra en la mano
Ni las moscas se me arriman,
Naides me pone el pié encima.
Y cuando el pecho se entona,
Hago gemir á la prima
Y llorar á la bordona.

Yo soy toro en mi rodeo
Y torazo en rodeo ageno,
Siempre me tuve por güeno
Y si me quieren probar,
Salgan otros á cantar
Y veremos quién es ménos.

No me hago al lao de la güeya
Aunque vengan degollando,
Con los blandos yo soy blando
Y soy duro con los duros,
Y ninguno en un apuro
Me ha visto andar tutubiando.

En el peligro, qué Cristos?
El corazón se me ensancha,
Pues toda la tierra es cancha,
Y de eso naides se asombre,
El que se tiene por hombre
Ande quiere hace pata ancha.

Soy gaucho, y entiendaló
Como mi lengua lo esplica,
Para mí la tierra es chica
Y pudiera ser mayor
Ni la víbora me pica
Ni quema mi frente el Sol

Nací como nace el peje
En el fondo de la mar;
Naides me puede quitar
Aquello que Dios me dió—
Lo que al mundo truge yo
Del mundo lo he de llevar.

Mi gloria es vivir tan libre
Como el pájaro del Cielo,
No hago nido en este suelo
Ande hay tanto que sufrir;
Y naides me ha de seguir
Cuando yo remuento el vuelo.

Yo no tengo en el amor
Quien me venga con querellas;
Como esas aves tan bellas
Que saltan de rama en rama—
Yo hago en el trébol mi cama,
Y me cubren las estrellas.

Y sepan cuantos escuchan
De mis penas el relato,
Que nunca peléo ni mato
Sino por necesidá;
Y que a tanta alversidá
Solo me arrojó el mal trato.

Y atiendan la relación
Que hace un gaucho perseguido,
Que padre y marido ha sido
Empeñoso y diligente,
Y sin embargo la gente
Lo tiene por un bandido.

Autor del poema: José Hernández

83.33%

votos positivos

Votos totales: 12

Comparte:

EL HOMBRE ES SIEMPRE...

El hombre es siempre
el constructor de una cárcel.
Y no se conoce a un hombre
hasta saber qué cárcel ha construido.

Algunas veces parece sólo la propia,
pero siempre es también la de otros.
Y no le basta con construir la prisión:
aporta también el carcelero.

Lo único que el hombre no pone
es el material para hacer la prisión,
porque sobra en todas partes.

Pero hay otra cosa
que no sabemos quién la pone:
el combustible para el incendio.

Porque si todo hombre es la historia de sus cárceles,
la lamentable historia de un ex presidiario
que vuelve a su prisión
o inaugura otra,
a veces es también la historia de quemarse
al incendiar la mayor de sus prisiones.
O ni siquiera la mayor:
la que estaba en el límite.

Autor del poema: Roberto Juarroz

83.33%

votos positivos

Votos totales: 6

Comparte:

ELEGÍA DE UN AZUL IMPOSIBLE

¡Oh sombra vaga, oh sombra de mi primera novia!
Era como el convólvulo —la flor de los crepúsculos—,
y era como las teresitas: azul crepuscular.
Nuestro amor semejaba paloma de la aldea,
grato a todos los ojos y a todos familiar.

En aquel pueblo, olían las brisas a azahar.

Aún bañan, como a lampos, mi recuerdo:
su cabellera rubia en el balcón,
su linda hermana Julia,
mi melodía incierta... y un lirio que me dio...
y una noche de lágrimas...
y una noche de estrellas
fulgiendo en esas lágrimas en que moría yo...

Francisco, hermano de ellas, Juan-de-Dios y Ricardo
amaban con mi amor las músicas del río;
las noches blancas, ceñidas de luceros;
las noches negras, negras, ardidas de cocuyos;
el son de las guitarras,
y, entre quimeras blondas, el azahar volando...
Todos teníamos novia
y un lucero en el alba diáfana de las ideas.

La Muerte horrible —¡un tajo silencioso!—
tronchó la espiga en que granaba mi alegría:
¡murió mi madre!... La cabellera rubia de Teresa
me iluminaba el llanto.

Después... la vida... el tiempo... el mundo,
¡y al fin, mi amor desfalleció como un convólvulo!

No ha mucho, una mañana, trajéronme una carta.
¡Era de Juan-de-Dios! Un poco acerba,
ingenua, virilmente resignada:
refería querellas
del pueblo, de mi casa, de un amigo:
«Se casó; ya está viejo y con seis hijos...
La vida es triste y dura; sin embargo,
se va viviendo... Ha muerto mucha gente:
Don David... don Gregorio... Hay un colegio
y hay toda una generación nueva.
Como cuando te fuiste, hace veinte años,
en este pueblo aún huelen las brisas a azahar...»

¡Oh Amor! Tu emblema sea el convólvulo,
la flor de los crepúsculos!

Autor del poema: Porfirio Barba Jacob

83.33%

votos positivos

Votos totales: 12

Comparte:

EL AUTOBÚS

Fui el último pasajero del día.
Estaba solo en el autobús.
Me sentía contento de que se estuvieran gastando tanto dinero
sólo para llevarme por la Octava Avenida arriba.
¡Conductor! Grité, estamos usted y yo esta noche.
huyamos de esta gran ciudad
a una ciudad más pequeña más propia para el corazón,
conduzcamos más allá de las piscinas de Miami Beach,
usted en el asiento del conductor, yo varios asientos más atrás,
pero en las ciudades racistas cambiaremos de lugar
para mostrar lo bien que le ha ido arriba en el norte,
y busquemos para nosotros alguna diminuta villa pesquera americana
en la Florida desconocida
y aparquemos justamente al borde de la arena,
un enorme autobús como una señal,
metálico, pintado, solitario,
con matrícula de Nueva York.

Autor del poema: Leonard Cohen

83.33%

votos positivos

Votos totales: 6

Comparte:

GERMINAL

¿Qué me dicen desplegadas las nubes,
esas nubes de tus tristes ojeras?
¿Qué me dicen tus mejillas tan pálidas,
esas curvas de tus nobles caderas?

¿Qué me dicen tus mejillas tan pálidas,
tus dos cisnes ahuecando su encaje,
tus nostalgias, tus volubles anhelos
y el descuido maternal de tu traje?...

¡Oh!, yo escucho, cuando tocas a risa,
un allegro que del cielo me avisa,
y vislumbro, cuando el llanto te anega

en los lagos de tus ojos en calma,
las estelas de la nao de mi alma
que en el cosmos de tu sangre navega.

Autor del poema: Luis Llorens

83.33%

votos positivos

Votos totales: 12

Comparte:

DICEN QUE SOY

Dicen que soy
Un soñador que sueña
Y otros dirán de mí

Adiós: me iré
A algún otro lugar

Y si la Melancolía
Me alcanza
Y si la Melancolía
Me alcanza

Me cubriré del agua
De la mar y ya no he
Más de morir

Y ya no he más

Autor del poema: Luis Hernández

83.33%

votos positivos

Votos totales: 30

Comparte:

POEMA

Tú supiste llorar
Como llora el musgo al musgo,
Tú que habitas en las aguas
Y gobiernas el llamado
De los líquenes.
No que el sol quiebre a tu paso sus espigas
El reposo por tu océano de espejos
Sin embargo se demora en tus ojos la Belleza
Y reposa la noche entre tus hilos
Como el ciervo.
Como el ave que adviene del Verano
Has gustado del fruto de la bruma

Autor del poema: Luis Hernández

83.33%

votos positivos

Votos totales: 18

Comparte:

A LOS ESTUDIANTES DE LUCHA

Hoy he sido estudiante gritando en la calle
señalando al rey desnudo,
marcando con claveles los pasajes
del libro que te nombra,
la voz a ti debida, corazón coraza.
Hoy he sido estudiante, huérfano y perdido,
arañando la acera si arrastraba
mi cuerpo este levante
que trae esta crisis negra,
tan larga, tan sin ti,
tan azucena sin estambre ni futuro.
Radical, brizna de hierba
que vuela como en el haiku último
del pastor que ha perdido sus ovejas.
Eso he sido: tu grito, tu verdad,
tu puño sin arena que se escape
hacia la tarde.

Y ahora nos vamos, porque somos del camino,
y aunque el otoño marque las horas
con mi tos de insomnio e ibuprofeno
sigo al tanto de tus pasos de gacela
y reservo asiento en el teatro de tu vida,
sabiendo que aunque nos faltan ensayos,
me veré jurándote regreso,
acto 3, escena primera,
la noche de un verano
que aún me espera.

Vuelvo enseguida,
soy el perro, ya lo sabes,
que ladra a los niños que nadan en lo hondo,
el ladrón de la colcha en los inviernos,
el verso en un email, la luz añil
de un viejo iceberg a la deriva.

Vuelvo a ti,
mi oráculo de Delfos,
mi hoguera de San Juan,
mi última parada de un metro que no cierra,
sirena sin mentira ni mal acantilado
que rompa las maderas de mi barco.

Hoy regresé a ti
y fuimos estudiantes,
la vida es tan verdad
como tus manos
curando mi tos gris,
el ala rota de mi sueño,
tanto fracaso.

Autor del poema: Ismael Serrano

83.33%

votos positivos

Votos totales: 30

Comparte:

Desde el 1471 hasta el 50 de un total de 50 Poemas

Añade tus comentarios