54 Décimas
NO HAY BIEN QUE DEL MAL ME GUARDE
No hay bien que del mal me guarde,
temeroso y encogido,
de sinrazón ofendido
y de ofendido cobarde.
Y aunque mi queja, ya es tarde,
y razón me la defiende,
más en mi daño se enciende,
que voy contra quien me agravia,
como el perro que con rabia
a su mismo dueño ofende.
MUERTE (VIII)
Hasta en la ausencia estás viva:
porque te encuentro en el hueco
de una forma y en el eco
de una nota fugitiva;
porque en mi propia saliva
fundes tu sabor sombrío,
y a cambio de lo que es mío
me dejas sólo el temor
de hallar hasta en el sabor
la presencia del vacío.
DÉCIMAS A DIOS (X)
Fácil es creer en ti
y vivir de tu clemencia,
sin desentrañar tu esencia
y gozando lo de aquí.
Yo por desgracia nací
sentenciada a investigar,
a atormentarme, a pensar
y a no aceptar el misterio;
pero a mi humano criterio
le está vedado volar.
MUERTE (VII)
En el roce, en el contacto,
en la inefable delicia
de la suprema caricia
que desemboca en el acto,
hay el misterioso pacto
del espasmo delirante
en que un cielo alucinante
y un infierno de agonía
se funden cuando eres mía
y soy tuyo en un instante.
DÉCIMAS DE NUESTRO AMOR (X)
Mi amor por ti ¡no murió!
Sigue viviendo en la fría,
ignorada galería
que en mi corazón cavó.
Por ella desciendo y no
encontraré la salida,
pues será toda mi vida
esta angustia de buscarte
a ciegas, con la escondida
certidumbre de no hallarte.
MUERTE (IX)
Si te llevo en mí prendida
y te acaricio y escondo;
si te alimento en el fondo
de mi más secreta herida;
si mi muerte te da vida
y goce mi frenesí
¡qué será, Muerte, de ti
cuando al salir yo del mundo,
deshecho el nudo profundo,
tengas que salir de mí?
DÉCIMAS ALUSIVA A LOS PROBLEMAS AMBIENTALES
Autor: Carlos Andrés López Blanco
I
Los problemas ambientales,
Causan en todo momento
El peor agotamiento
De recursos naturales.
Provocan en animales
Una fuerte extinción
Afectando el corazón
De mi bello planetario
Permitiendo que a diario
Tenga menos salvación
II
Usando conscientemente
Agua y electricidad
Buscamos mejor calidad
De vida en el ambiente,
Tendríamos realmente
La inmensa fortaleza
De atacar con firmeza
Los problemas ambientales
Factores que son actuales
En nuestra naturaleza.
III
El consumo excesivo
De recursos naturales
Son muy pocos favorables
Solo sé, que es destructivo.
Sigamos un instructivo
Que evite la explosión
Esa es mi observación
Para pueder entender
El mundo vuelve a nacer
Si lo ayudamos de corazón
IV
Juntos debemos lograr
En mi bello planetario,
El consumo necesario
Para su gran bienestar.
Busquemos desarrollar
Un plan de conservación
Con futuro y con misión
De reciclar y reducir
Y así poder construir
Vida sin contaminación
A UNA MONJA, ENVIÁNDOLE UN MENUDO Y UN CUARTO DE TERNERA
Con mucha llaneza trata
quien, debiéndolo en escudos,
viene a pagar en menudos
a quien lo regala en plata;
de las terneras que mata
don Alonso de Guzmán,
hoy presentado me han
ese cuarto de ternera:
tomadlo, que yo quisiera
que fuera de tafetán.
DÉCIMAS DE NUESTRO AMOR (IV)
Te alejas de mí pensando
que me hiere tu presencia,
y no sabes que tu ausencia
es más dolorosa cuando
la soledad se va ahondando,
y en el silencio sombrío,
sin quererlo, a pesar mío,
oigo tu voz en el eco
y hallo tu forma en el hueco
que has dejado en el vacío.
DÉCIMAS GLOSADAS
Pajarito corpulento,
Préstame tu medecina
Para curarme una espina
Que tengo en el pensamiento,
Que es traidora y me lastima.
Es de muerte la aparencia
Al dicir del hado esquivo;
Pero está enterrado vivo
Quien sufre males de ausencia.
¿cómo hacerle resistencia
a la juerza del tormento?
Voy a remontarme al viento
Para que tú con decoro
Digas a mi bien que lloro,
Pajarito corpulento.
Dile que voy tentalenando
En lo oscuro de mi vida,
Porque es como luz perdida
El bien por que estoy penando.
Di que me estoy redibando
Por su hermosura devina,
Y, si la mirares fina,
Pon mi ruego de por medio,
Y dí: "Tú eres su remedio;
Préstame tu medecina."
El presil tiene sus flores
Y el manantial sus frescuras,
Y yo todas mis venturas y sus alegres amores
Hoy me punzan los dolores
Con terquedá tan indiana,
Que no puedo estar ansina.
Aigre, tierra, mar y cielo,
¿quién quire darme un consuelo
para curarme una espina?
Es la deidad que yo adoro,
Es mi calandria amorosa,
Mi lluvia de hojas de rosa
Y mi campanita de oro.
Hoy su perdido tesoro
Me tiene como en el viento,
Sin abrigo, sin asiento:
Su recuerdo de ternura
Es como una sepultura
Que tengo en el pensamiento.
Es mirar la que era fuente
Hoyo espantable y vacío;
Es ver cómo mató el frío
La mata airosa y potente;
Es un sentir redepente
A la muerte que se arrima,
Es que tiene mi alma encima
Una fantasma hechicera
Que me sigue adonde quiera,
Que es traidora y me lastima.
Desde el 31 hasta el 40 de un total de 54 Décimas