10 Poemas de José Coronel Urtecho 

CANCIÓN DE AMOR PARA EL OTOÑO

I

Cuando ya nada pido
Y casi nada espero
Y apenas puedo nada
Es cuanto más te quiero.


II

Te quiero
en Diciembre, en Enero.
Te quiero día a día, el año entero.

Te quiero
bajo el naranjo y bajo el limonero.

Autor del poema: José Coronel Urtecho

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AUSENCIA DE LA ESPOSA

Todo es tranquilidad en tu presencia.
Contiguo el mundo entero es nuestra casa
a cuya vera el tiempo lento pasa
dándole eternidad a la experiencia.
Más qué desolación y qué inclemencia,
qué cruel angustia la que me traspasa,
qué ardiente sed de ti la que me abrasa
en el desierto de tu larga ausencia.

Vuelve a llenar de sol, calor y vida
mi cuerpo que se ajusta a tu medida
y mi alma que hace veces de la tuya.
Ven a calmar las ansias de mi pecho,
y a llenar el vacío de tu lecho
para que mane miel y leche fluya.

Autor del poema: José Coronel Urtecho

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DOS CANCIONES DE AMOR PARA EL OTOÑO

I

Cuando ya nada pido
y casi nada espero
y apenas puedo nada
es cuando más te quiero

II

Basta que estés, que seas
que te pueda llamar, que te llame María
para saber quién soy y conocer quién eres
para saberme tuyo y conocerte mía
mi mujer entre todas las mujeres.

Autor del poema: José Coronel Urtecho

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ODA A RUBÉN DARÍO

"¿Ella? No la anuncian. No llega aún."
Rubén Darío. Heraldos

I

(Acompañamiento de papel de lija)

Burlé tu león de cemento al cabo.
Tú sabes que mi llanto fue de lágrimas,
i no de perlas. Te amo.
Soy el asesino de tus retratos.
Por vez primera comimos naranjas.
Il n’y a pas de chocolat —dijo tu ángel de la guarda.

Ahora podías perfectamente
mostrarme tu vida por la ventana
como unos cuadros que nadie ha pintado.
Tu vestido de emperador, que cuelga
de la pared, bordado de palabras,
cuánto más pequeño que ese pajama
con que duermes ahora,
que eres tan sólo un alma.

Yo te besé las manos.
"Stella —tú hablabas contigo mismo—
llegó por fin después de la parada",
i no recuerdo qué dijiste luego.
Sé que reímos de ello.

(Por fin te dije: "Maestro, quisiera
ver el fauno".
Mas tú: "Vete a un convento").

Hablamos de Zorrilla. Tu dijiste:
"Mi padre" i hablamos de los amigos.
"Et le reste est literature" de nuevo
tu ángel impertinente.
Tú te exaltaste mucho.
"Literatura todo —el resto es esto".
Entonces comprendimos la tragedia.
Es como el agua cuando
inunda un campo, un pueblo
sin alboroto i se entra
por las puertas i llena los salones
de los palacios —en busca de un cauce,
del mar, nadie sabe.

Tú que dijiste tantas veces "Ecce
Homo" frente al espejo
i no sabías cuál de los dos era
el verdadero, si acaso era alguno.
(¿Te entraban deseos de hacer pedazos
el cristal?) Nada de esto
(mármol bajo el azul) en tus jardínes
—donde antes de morir rezaste al cabo—
donde yo me paseo con mi novia
i soy irrespetuoso con los cisnes.

II

(Acompañamiento de tambores)

He tenido una reyerta
con el Ladrón de tus Corbatas
(yo mismo cuando iba a la escuela),
el cual me ha roto tus ritmos
a puñetazos en las orejas...

Libertador, te llamaría,
si esto no fuera una insolencia
contra tus manos provenzales
(i el Cancionero de Baena)
en el "Clavicordio de la Abuela"
—tus manos, que beso de nuevo,
Maestro.

En nuestra casa nos reuníamos
para verte partir en globo
i tú partías en una galera
—después descubrimos que la luna
era una bicicleta—
y regresabas a la gran fiesta
de la apertura de tu maleta.
La Abuela se enfurecía
de tus sinfonías parisienses,
i los chicuelos nos comíamos
tus peras de cera.

(Oh tus sabrosas frutas de cera)

Tú comprendes.
Tú que estuviste en el Louvre,
entre los mármoles de Grecia,
y ejecutaste una marcha
a la Victoria de Samotracia,
tú comprendes por qué te hablo
como una máquina fotográfica
en la plaza de la Independencia
de las Cosmópolis de América,
donde enseñaste a criar Centauros
a los ganaderos de las Pampas.

Porque, buscándome en vano
entre tus cortinajes de ensueño,
he terminado por llamarte
"Maestro, maestro",
donde tu música suntuosa
es la armonía de tu silencio...
(¿Por qué has huido, maestro?)
(Hay unas gotas de sangre
en tus tapices).

Comprendo.
Perdón. Nada ha sido.
Vuelvo a la cuerda de mi contento.
¿Rubén? Sí. Rubén fue un mármol
griego. (¿No es esto?)

"All’s right with the world", nos dijo
con su prosaísmo soberbio
nuestro querido sir Roberto
Browning. Y es cierto.

FINAL

(Con pito)

En fin, Rubén,
paisano inevitable, te saludo
con mi bombín,
que se comieron los ratones en
mil novecientos veinte i cin-
co. Amén.

Autor del poema: José Coronel Urtecho

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A UN ROBLE TARDE FLORECIDO

Un desmedrado roble sin verdor
que seco ayer a todos parecía,
hijo del páramo y de la sequía,
próxima víctima del leñador,

Que era como una niña sin amor
que en su esterilidad se consumía,
con la lluvia de anoche ¡oh, qué alegría!
ha amanecido esta mañana en flor.

Yo me he quedado un poco sorprendido
al contemplar en el roble florido
tanta ternura de la primavera,

Que roba en los jardines de la aurora,
esas flores de nácar con que enflora
los brazos muertos del que nada espera.

Autor del poema: José Coronel Urtecho

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NO VOLVERÁ EL PASADO

Ya todo es de otro modo
Todo de otra manera
Ni siquiera lo que era es ya como era
Ya nada de lo que es será lo que era
Ya es otra cosa todo
Es otra era
Es el comienzo de una nueva era
Es el principio de una nueva historia
La vieja historia se acabo, ya no puede volver
Esta, ya es otra historia

Otra historia distinta de la historia
Otra historia contraria de la historia
Precisamente lo contrario de la historia
Precisamente lo contrario del pasado
No volverá el pasado

Precisamente es el pasado lo vencido
Precisamente es el pasado lo abolido
Precisamente es el pasado lo acabado
Ya el pasado realmente ha pasado

Ya el pasado realmente es pasado
El presente presente el futuro futuro
Antes era el pasado el presente el presente el pasado
Era imposible separar el presente del pasado
El pasado el presente el futuro eran solo el pasado
Pero el pasado ya ha cambiado aun de significado
Todo el pasado ha sido juzgado y condenado
No volverá el pasado

Aun la misma palabra pasado tiene ya otro sentido
Y lo mismo la historia y la palabra historia
Porque la historia no era ya sino pasado
Historia ya estancada, fosilizada
Desde 1936 estaba detenida, empantanada
Era ya historia muerta, historia sin historia
Historia en la que el pueblo no contaba
Pero la historia es ya otra historia, nueva historia
Puesta de nuevo en marcha por el Frente
Puesta de nuevo en marcha por el pueblo
Ya es solo historia lo que el pueblo quiera
Ya es solo historia lo que el pueblo diga
Ya es solo historia lo que el pueblo haga
La historia ahora cambiara de nombre
Tal vez se llame simplemente pueblo
Tal vez se llame simplemente vida
Tal vez revolución. Verdad. Justicia.
Tal vez se llame solo Nicaragua

No hay ya palabra que no tenga otro significado
Ya las palabras tienen significado verdadero
Quiero decir, ya tienen verdadero significado
Quiero decir que ya significado quiere decir significado
No otra cosa distinta y mucho menos lo contrario
Lo que debe decir, no lo que quiere callar o falsear
No lo que quiere disimular o simular
Sino sencillamente lo que quiere decir
La lengua ya estaba del todo corrompida
Una lengua que no servia mas que para mentir
Una lengua que era a la vez mal español y mal ingles
No la lengua nicaragüense que habla el nicaragüense
Sino solo un galimatías confeccionado para engañar y robar
y matar y mantenerse en el poder
Una angloalgarabía comercial para explotar el pueblo consumidor
Y sobre todo un modo de convertir en dólares el sudor del
pueblo trabajador

Pero la lengua como todo lo que te fue robado
Como todo lo que te fue robado en el pasado
Todo ha sido por fin recuperado
Solo de ti depende que sea tuyo ahora
Ya veras que tu lengua va a renacer purificada
Cada palabra ha sido pasada por el fuego, tratada en el crisol
Cada palabra tiene nuevo sentido
El sentido de cada palabra, su propio sentido
Con el que fue inventada y acuñada, puesta en circulación
Aun su sentido original es ya un sentido nuevo
El sinsentido mismo tiene sentido
Como diría Joaquin Pasos, en el sentido de sentido y de sentido
Porque si no es sentido no es sentido
Si no se siente no es sentido
Es, pues por ti, por vos, por todos
Que por primera vez en Nicaragüa
Todo es sentido
Es con sentido, consentido
Todo tiene sentido
La verdad ya es verdad
La mentira mentira
La patria Patria
y Nicaragua Nicaragua

La libertad por primera vez es libertad

Ya las palabras pronto serán las mismas
Ya pronto serán lo mismo las cosas y las palabras
Pronto será la misma cosa la palabra y la cosa
Como serán lo mismo las palabras y las obras
Como decía Santa Teresa las palabras son obras
Pronto vendrá la clarificación de las ideas
La redefinición de las palabras
La redefinición de la palabra revolución
La redefinición de la palabra sandinista
(Sandinista quiere decir nacional
—ha definido Tomas Borge
Sandinista quiere decir nicaragüense
—ha definido Tomas Borge)
Y la Revolución va a definir lo que es nicaragüense
Como el pueblo va a definir lo que es revolución
Como ha pasado ya el pasado y viene ya el futuro por la Revolución
Como por la revolución es ya todo es por primera vez
Es por primera vez en Nicaragua que una revolución es la Revolución
La primera revolución contra todo el pasado
La primera que en realidad lo ha derrotado
La que de viaje lo ha borrado del mapa de Nicaragua
Hasta dejarlo todo en blanco o mejor dicho, en negro
Un agujero negro, un hueco negro, un hoyo negro como los hay en las
galaxias
Eso es todo lo que ha quedado de todo el pasado
Por lo que solamente los del pasado viven en el pasado
Unicamente los del pasado añoran el pasado
Pero no se equivoquen. Ya nadie en Nicaragua será engañado
No volverá el pasado.

Autor del poema: José Coronel Urtecho

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LA CAZADORA

Mi señora, tan luego se levanta
va a cazar un venado matutino,
sin miedo a los colmillos del zaíno,
ni al mortal topetazo de la danta.

Entra con ojo alerta y firme planta
en la espesura donde no hay camino,
y de los matorrales, repentino,
salta un venado que su paso espanta.

Ella rápida apresta su escopeta,
veloz le apunta, le dispara y mata
—y después el marido, que es poeta,

cuando regresa la mujer que adora,
en un soneto clásico relata
la bella hazaña de la cazadora.

Autor del poema: José Coronel Urtecho

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LA PALOMA

Buscando qué tirar subí la loma
y en la rama florida de un espino,
que se mecía al borde del camino,
estaba, entre las flores, la paloma.
Vi su pecho cenizo, su ala ploma,
su pico pardo y su ojo purpurino
y oí su ronco canto matutino
con que saluda alegre al sol que asoma.

¡Lástima, oh Dios, que esta paloma muera!
Pero fiel cazador, corazón duro,
mano que no vacila, ojo seguro,
Tomé la mira y izas!: bala certera,
cayó a mis pies sangrando el ave herida,
batió las alas y quedó sin vida.

Autor del poema: José Coronel Urtecho

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SONETO PARA INVITAR A MARÍA A VOLVER A SAN FRANCISCO DEL RÍO

Si mi vida no es mía, sino tuya,
y tu vida no es tuya, sino mía,
separados morimos cada día
sin que esta larga muerte se concluya.

Hora es que el uno al otro restituya
esa vida del otro que vivía,
y tenga cada cual la que tenía
otra vez en el otro como suya.

Mira pues, vida mía, que te espero
y de esa espera vivo mientras muera
la muerte que, sin ti, contigo muero.

Ven, mi vida, a juntar vida con vida
para que vuelva a ser la vida que era
que la vida a la vida a la vida convida.

Autor del poema: José Coronel Urtecho

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FEBRERO EN LA AZUCENA

Ya está seco el camino del río al valle y secos los senderos.
Ya el río enseña el espinazo de piedra de su raudal como
un potrillo flaco la fila de sus vértebras
Ya un friso oscuro marca en los paredones de la orilla el
nivel que alcanzó la crecida en el invierno
Ya brilla el sol en los bancos de arena
Verano

Ahora es cuando salen a calentarse en los bancos
de arena los lagartos. Donde sale una
hembra salen pequeños machos. Sale uno
grande que los ahuyenta con ruidosos
colazos. Como un hombre pesado que intenta hacer la planca, torpemente se
levanta sobre sus cortas patas y avanza
hacia la hembra inconmovible, oscilando
el extremo de la cola. Con la palanca
de su larga trompa quiere volcarla. Varias veces la empuja bajo el codillo.
Por fin la vuelca y la tiene indefensa.
Ahora es cuando bajan las manadas de chanchos de
monte de las montañas a los llanos para
comer coquitos. Se oyen de lejos los
chasquidos de sus dientes. Las crías van
aparejadas a las madres rozándoles las
costillas. Los machos buscan las hembras
cuando sombrean y se bañan en los charcos.
Ahora es cuando los tigres siguiendo a las manadas
de los chanchos amenazan a los ganados
que también han bajado a los llanos. Los
leones pumas cazan terneros. El tigre
osado y el león ya cebado de la carne del
cerdo, roban chanchos caseros junto a los
mismos ranchos del caserío. Se oyen
las hembras bramar de noche y el ronco bramido
bajo los machos. Y el grito, el grito,
el grito insondable del oso caballo.
Ahora es cuando aparece una pareja solitaria
de pelícanos que llegan todos los años
desde el mar. Y las parejas de martimpeñas
bailan con lento paso militar durante días.
Ahora es cuando suben al río los róbalos de
mar para el deshove.
Ahora es cuando encuentran viscosos nudos de
víboras.

Celo
Es el tiempo en que abunda la caza en donde quiera.
Cususcos o armadillos cruzan por los senderos
meterse en sus hoyos. Los perros se fastidian de perseguir guatusas. En criques y quebradas se ven guardatinajas o tepescuintes.
Se hallan venados en los tacotales. Venados
de ramazón. Venados cabros. Es posible agarrar cachorrillos de tigre y manigordas
o tigrillos de piel de terciopelo. Dantitos pintos y
venaditas temblorosas. Y también nutrias o perros de agua de piel más suave que la gamuza.

Es el tiempo de las pavas, las perdices, las gongolonas, las
becadas o chochas que llaman chúes los niños y
sobre todo de las palomas. Paloma tora. Paloma
posolera. Paloma azul. Paloma patacona. Y la paloma
penadora que da un quejido breve, profundo y espaciado que no se sabe de dónde viene cambia de sitio y causa angustia.

Es el tiempo que dan los marañones en el marañonal de Larios
Es el tiempo de los nidos y de los huevos de colores.
Fecundidad
Han florecido todos los árboles. Los corteses
están tupidos de flores amarillas y alzan sus copas en
el sol haciendo alarde de su amarillo apasionado.
Brillan, refulgen a lo lejos como las legendarias cúpulas de oro de las siete ciudades. Los robles están
cuajados de crespas flores nacaradas. Laurel y sota caballo perfuman todo el aire con la fragancia de sus
blancos ramilletes. El capirote de flores de un blanco
de espuma. El almendro de monte, moradas,
el hombre grande, rojas. Y la coaba, lilas.
Han florecido los matorrales, las orillas de los caminos, las
cercas, la humilde escoba de sus florecitas amarillentas.
Cuando ha soplado el viento el río se cubre de
flores y hasta las criques arrastran pétalos.
Vuelan abejas y mariposas.
Han florecido las yedras y las enredaderas de la montaña.
Amapolas. Veraneras.
Han florecido las orquídeas.
Polen
Ya desde ahora anuncia el tiempo de Semana Santa, con
un silbido de penitencia, un pajarito pardo casi invisible.
El pajarito del Espíritu Santo
Misterio.

Verano en La Azucena.

Autor del poema: José Coronel Urtecho

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