8 Poemas de Juana Pavón 

NOSOTRAS, ESOS SUJETOS

Una, dos, cien, miles
así vamos las mujeres por aquí
aquí donde nos tocó pernoctar para siempre.
No importa lugar ni apellido
definimos nuestra situación
desde hace mucho tiempo.
Hemos aceptado el papel que nos corresponde
no importa el status.

Estamos las privilegiadas
y las no privilegiadas
Estamos:
la funcionaria porque funciona
la obrera por obrera
la madre por madre
la estéril por estéril
la dama por dama
la prostituta por prostituta.

Hacemos maniobras con el tiempo
ligadas a esta inercia
que llamamos vida
porque siendo mujeres
tenemos que aceptarlo
porque son leyes para mujeres
hechas por hombres
¿qué más nos da?

Las habemos flacas y gordas
unas por tomar agua de masa
otras, por tomar leche y cereal.
El día de la madre
a unas nos da frío
a otras nos da calor,
el día de la mujer
a unas nos da risa
a otras satisfacción.

Estamos las poetas académicas
y las poetisas de la calle.
Estamos las que vendemos rosas
en una floristería elegante
y las que ofrecemos claveles
en una esquina de banco.

Nosotras, que somos anónimas
del amanecer
y nos-otras burbujas de hambre
nosotras somos esas – a la que se nos vende
y a las que se nos protege
hasta los ochenta años.

Somos la esposa ignorada
en un centro nocturno
y la sirvienta seducida.
Todas somos nosotras
a cada quien lo suyo
así fue repartido
sin ponernos a escoger.

Estamos las amargadas
y las indiferentes
las antisociales
y las socialísimas
las que damos de comer a nuestros hijos
en cucharita de plata
y las trágicamente miserables
que damos nuestros vástagos
a engordadoras y traficantes de niños.

Nosotras las que siempre callamos
y esperamos
las que tenemos motivos
para gritar
y no esperamos nada.
Estamos las saludables
porque tenemos un gato en casa
y estamos las enfermas
por una existencia solitaria.

Somos muchas las que bebemos champagne
y muchas las que bebemos guaro
las primeras fondeamos en cama
con sábanas de seda
y las segundas
en una escondida acera húmeda.

Estamos las feministas asociadas
y las lesbianas reprimidas
muchas asistimos al Catecumenado
y otras levantamos los ojos
para ver a Dios.

Así vamos todas nosotras
nosotras, esas sujetos
todas somos mujeres indestructibles
nada nos detiene
no importa si somos abogadas
si somos verduleras
médicas, tortilleras
maestras, campesinas
teatristas, pintoras
esposas, amantes
primera dama
o última dama.

Un vientre nos une a todas por igual.
Somos las que motivamos
todos los sentimientos
ternura, delicadeza... amor
aunque haya en cada una de nosotras
una gata furiosa
o una gata sumisa.

Somos las que estamos paradas en el tiempo
y latimos... latimos... latimos!
somos río, mar
jungla, sol
luna y pulmón
¡somos patria!

- Yo siempre he pensado
que Honduras tiene nombre de mujer –

Autor del poema: Juana Pavón

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DE UNA VEZ POR TODAS

De una vez por todas
me declaro mujer
de ovarios bien puestos
qué triste de mí sería
llamarme napoleón o Rigoberto
llevando de por vida
una golondrina
sin mensaje entre mis piernas.

Autor del poema: Juana Pavón

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MORIR DE RISA

Aquí donde vivo
estoy muriendo.

Esta agonía lenta
trae paranoias
cólera
remordimientos
excusas
un no lo vuelvo a hacer.

Aquí me muero de hambre
de frío
de angustia.
De un miedo a todo.
¡Carajo!, estoy muriendo.
- ¡Ay, cómo quisiera
morir de risa! –

Autor del poema: Juana Pavón

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MALDAD Y LOCURA

Definitivamente
mi locura
radica
en odiar la maldad
que me obliga a ser mala.

Los ángeles
que circundan mi cabeza
preceden
a un anatema
o a un perdón.

Simplemente
el bien triunfa
sobre mi maldad
obligada.

Autor del poema: Juana Pavón

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DESEOS IRREVERENTES

Cómo me hubiera gustado
estar en la cama con Walt Whitman,
beber en las cantinas de Malcom Lowry
o “Bajo el Volcán”.
Procesar a mi manera a Franz Kafka.
Observar sigilosa y detenidamente
a Francis Bacon.
Estar con Salvador Dalí
en una tarde de toros
y tocarle el trasero
mientras pensara en Gala
o en Federico García Lorca.
Cantarle a Pablo Neruda
mis poemas de amor
y otras canciones desesperadas,
repetirle “De Profundis”
con todos mis secretos sexuales
a Oscar Wilde y a su amante maldito.
Cómo quisiera estarme riendo
junto a Baudelaire
con mis quince años en su cama.
Tal vez me hubiera gustado
cogerme a Hitler, a Calígula
a Napoleón, a vos
y a otros hijos de la gran puta.
Filmar con Pier Paolo Passolini
un Decamerón diferente.
Estar acariciando y besando
a Rabindranah Tagore.
Hablar de amor con Juan Ramón Molina.
Condenar sin clemencia
a los Jesuitas Pederastas.
Echarle en cara a Marlon Brando,
el no haberme conocido.
Perseguir a Felipe Buchard,
a Ezequiel Padilla y a Simón,
de cantina en cantina
de barrio en barrio
de santuario en santuario.
Conspirar con la sangre latina
de Gabriel García Márquez.
Desamar a un mílite como Fernando.
Respetar a las mujeres de 1+1
mas no a todas
- como dice María Ester
con la venia de Leslie –
Enojarme con Ramón Matta
por no haberme invitado nunca a un pase.
Quisiera mentarle la madre a tu padre,
a Nietzsche, a Gorky,
y a Simone de Beauvoir.
Respetar aún a Marx, a Lenin,
a la lucha de clases.
Y reírme de los comunistas criollos
pese a la Perestroika.
No comprender nunca las debilidades de Woody Allen
Cortarle un huevo a Van Gogh
y no la otra oreja.
Romper a llorar, escribir mierdas
bailar mambo, salsa y más salsa
y jugar con muñecas aún siendo abuela.
Pedirle perdón a mi mejor amiga,
a Monseñor Santos y a otros Rodríguez,
volver a ser buena, cursi y pendeja.
Seguir soñando, amando y fornicando
y contar chistes hasta llegar
a la hilaridad.
Volar y volar muy lejos
hasta encontrar a ese todopoderoso
que me hizo a su imagen y a su todo.
Amén.

Autor del poema: Juana Pavón

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JUANA LA LOCA

(Emulando a Federico García Lorca)
Estoy loca
porque nadie podrá darme
distancias, ni límites, ni futuros
eso sólo yo puedo dármelos.

Quiero que todas se enteren
que estoy loca
por no encontrar lo que yo buscaba.
Lo busqué debajo de las piedras
debajo de las raíces
de la médula del aire
y lo que encontré
fue la verdad
de las cosas equivocadas.

Por eso estoy loca
por no poder irme con el primer paisaje
y volar mezclada con el amor
el vuelo de siempre
sobre mi lecho vacío.
Por querer mi libertad
mi amor humano,
porque la aurora llegó
y no la recibí en mi boca.
Porque aquí en mi locura
no hay mañanas
ni esperanzas posibles
sólo ese rumor de suicidio
que anima mis madrugadas.
Porque tengo océanos de ternura
para aquellos que arrugaron mi corazón de niña
y me negaron una vida más digna.

Si, estoy loca
porque amo a Tchaikhosky
Jacobo Cárcamo
Roque Dalton
y a Morazán.
Porque amo la luna
el sol, las estrellas
la música
y las montañas.
Porque amo a pucho
a los niños a Walda
y a Pink Floyd.

Estoy loca
porque me alimento de muerte
y miseria en el guaro.
Porque amo a Dios
y admiro a Marx
porque amo la paz
de los cementerios.

Mi locura señores
es encontrarme pequeñas criaturas
enterradas bajo pedazos de cartón
Federico decía
estos niños cuando se levantan
parecen golondrinas con muletas.

Esa es mi locura
contrariar a chicos plásticos
que leen Vanidades, Cosmopólitan
y “Nuestra Tegucigalpa”
Mi locura está
en el humo asfixiante
que me da la zona peatonal
y el dolor cansado e infinito
que me dio la calle real.

Estoy loca porque salpicaron de lodo
mis pupilas límpidas
mientras esta agonía de dolor
siempre quiere acostarse conmigo.
Si, estoy loca de dolor
de amor
de rabia por mi impotencia
por mi resistencia de cucaracha
por los gemidos que golpean
las ventanas de mi alma.
Estoy loca por hacer rabiar
a las señoronas ignorantes
cada vez que sus maridos cornudos
fijan sus ojos
en mis tetas caídas sin sostén
Que se enteren que mi locura
sienta sus bases
en decir casi siempre lo que pienso
y si a veces callo
es por no herir susceptibilidades
o por consideración
- ¡Qué esfuerzo Dios mío! -

Estoy loca
por desenmascarar
a la gente y su indecencia
por corruptos
ladrones
asesinos
explotadores
vende – patrias
y sobre todo
porque odio los prejuicios
de aquellas y aquellos
que sólo saben señalar
mas no ven el tumor
que tienen en la próstata
y vagina.

Por todas esas cosas
que sé y me callo
es que estoy loca.

Autor del poema: Juana Pavón

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TEGUCIGALPA

Tegucigalpa de barro y humo
fauna humana enloquecida
Tegucigalpa sin canteras
de misteriosas callejas
y de balcones sin flores
puentes de ida y vuelta
al más allá de lo inevitable
con sus remedos de ríos
que apenas ruedan al mar
Tegucigalpa marginada y rota
Tegucigalpa de privilegios
contraste de mis contrastes
depósito de miseria y lágrimas
arrastrando mi tristeza
en esas calles ya conocidas
mil y mil veces recorridas
capital de la ignominia
de la estúpida política
capital de mis enredos
del amor y el desamor
Tegucigalpa conmigo
Tegucigalpa contigo
ciudad mía pero ajena
ciudad de nadie pero amada
dejaste cicatrices
en un cuerpo otrora hermoso
otrora limpio
ahora viejo
cuando te adopté conmigo
fue tu prioridad
atrapar mis pies vagabundos
cortar mis alas
y transformar mi vivir intenso
en esta loca sedentaria
sola solita sola
pero no cortaste mis manos
para escribirte
para cantarte
Tegucigalpa de noche y día
cómo me dueles toda
mi canto
eterno lamento
por esas horas
sola y perdida
¡ay! Tegucigalpa de mis amores
de mis sueños
de mis ideales y penas
de los estancos unidos
de la siempre ciudad mía
Tegucigalpa
implacable conmigo
sin respetar ni perdonar mi juventud
envejeces pero aquí conmigo
aquí loca y leal
cloaca testigo de mis tragedias
así sucia o limpia
bonita o fea
grande o pequeña
me iluminas
aunque tenga tristes mis días
y yo aquí amándote
odiándote
emborrachándome
pelear con todos
vivir aquí me obliga a algo
a vociferar llorando
a amar odiando
a subsistir
¡ay Tegucigalpa de mis amores!

Autor del poema: Juana Pavón

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MI HOMBRE IDEAL

Preferiría
que mi hombre tuviera por nombre
Fernando, Felipe o Federico
con la F de felicidad no forzada
con esa letra de fidelidad
y no de futuro precisamente
no me importaría el color de sus ojos
ya fuesen verdes, negros o azules
que brillaran para mí
que su mirada me penetrara toda
que fuera más alto y más grande que yo
que no fuera gordo ni estúpido
que odie el foot-ball
y la política vernácula
No me importaría
que fuera bien donado o mal donado
que fuera encantador y generoso
me agradaría que mi hombre
se bañara una vez al día
y tres veces diarias
si viviera en Choluteca
Estaría orgullosa de que mi hombre tuviera
las manos grandes y limpias
que su pasión
fueran la música, el cine
el guaro y los libros.
No permitiría
que le mirase las nalgas
a otra mujer
y mucho menos a otro hombre
Me gustaría
que se levante temprano a cocinar
y que enseguida lave los platos
que no ronque
ni que aviente aires
cuando duerme conmigo
que sepa leer y escribir
que no piense en su madre
cada vez que le doy de mamar
que me mire directamente a los ojos
que no me mienta
¡que no me grite!
que no sea chismoso
como sus amigos
que me eleve a más de cinco orgasmos
que trabaje
que platique conmigo
que me ponga atención
cuando estoy hastiada a todo
que no me compare con nadie
que recuerde que soy única
que no le importe mi ciclo menstrual
y que tenga siempre en mente
que sigo siendo mujer
aún con mi menopausia
Que no entre en contrariedades
cuando le descubro un condón
en su mesa de trabajo
que asista a la catedral
de vez en cuando
no para orar
sino para pedirle perdón al Altísimo
por todo lo injusto
y grosero que ha sido conmigo.
Que analice, que razone
que piense que todavía existo
No me gustaría que mi hombre
fuera periodista, diputado ni cobarde
que me diga de vez en cuando
viéndolo bien, no sos tan fea
tenés unas manos bellas
y sentirlo tierno y amoroso
cuando reposa sus manos en mi pecho
que me deje soñar y sentir
que me deje ser libre
para amar a un Carlos
a un Roberto a un gato
que me respete
como yo lo respetaría
que comprenda
que la culminación del amor
es todo eso
Quiero que mi hombre
no critique mis ansias de fumar y beber
que no me recuerde al día siguiente
después de una borrachera
las cagadales que hice
que me devuelva los veinte lempiras
que le presté ayer
¡que no me joda!
que cante en el baño
sin gastar tanta agua
que duerma desnudo
si no está en San Marcos de Colón
que ame a todas las mujeres
que no sea soberbio
petulante o mentecato
que no meta las nalgas
cada vez que está bravo
que no le miente la madre
a mi madre muerta
que no vea el reloj
cada vez que quiero
decirle algo importante
que se dé cuanta que me gusta más
verlo vestido de jeans y tenis
a lo gringo
que con ese saco y esa corbata
Que sea el primero en aplaudir
cuando interpreto el poema
que a él más le gusta
y que aplauda más fuerte
cuando sea testigo
de una acción mía
digna y valiente.
Me gustaría que mi hombre
tuviera un lunar en el pecho
y no en la espalda
que diga
son las tres y quince exactos
y no en la espalda
que diga
son las tres y quince exactos
y no 316
que se transforme
en un gladiador
de músculos y coraje
para defenderme
de los cobardes
que se atrevan a golpearme
que no me diga
que le gusta más el color del cielo
sabiendo que su jardín
está sembrado de rosas rojas
que le guste mi poesía pura
sin metáforas incoherentes
sin frases rebuscadas
ni sintaxis estúpidas
Que lo que más le agrade
sea lo que yo siento
y que no se le ocurra nunca
humillarme y despreciarme
Yo quiero un hombre así
que sea bueno, honesto
tierno, inteligente, viril,
amoroso...
y que trabaje
de todo esto y aquello
Quiero que mi hombre
tenga en cuenta
que cuando estamos juntos
él es el hombre
y yo la mujer.

Autor del poema: Juana Pavón

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