Poemas
Aquí, en la portada, puedes leer los 100 mejores poemas de siempre, según vuestros votos, separados en dos listas: 50 son de autores consagrados, y los otros 50 de usuarios. Tiene mucho mérito aparecer en esta selección, así que si te esfuerzas a lo mejor te puntúan tan bien que sales aquí. ¡No dejes de intentarlo!
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RATÓN
El ratón,
oficial de taller,
se pasa fabricando
virutas de papel.
Pst... la S señorial
y la i de los libros
le gusta deletrear.
DEL SUEÑO
Anoche vislumbré un sueño
No fue épico, ni sonado
aparecías tendiéndome la mano,
con una mirada suave.
De mi vida ya no soy dueño.
Porque gracias a tu sonrisa
vivo sin melancolía,
emocionado con el nuevo viaje.
Ya no hay más versos
ahora que palpita mi pecho,
ahora, cuentan los hechos
un cuento de amor de ésos.
MUERTE (I)
¡Qué prueba de la existencia
habrá mayor que la suerte
de estar viviendo sin verte
y muriendo en tu presencia!
Esta lúcida conciencia
de amar a lo nunca visto
y de esperar lo imprevisto;
este caer sin llegar
es la angustia de pensar
que puesto que muero existo.
TUS OJOS SON LUCEROS
Tus ojos son luceros,
tus labios, de terciopelo,
y un amor como el que siento,
es imposible esconderlo.
DÉCIMAS DE NUESTRO AMOR (I)
A mí mismo me prohibo
revelar nuestro secreto
decir tu nombre completo
o escribirlo cuando escribo.
Prisionero de ti, vivo
buscándote en la sombría
caverna de mi agonía.
Y cuando a solas te invoco,
en la oscura piedra toco
tu impasible compañía.
TE ENVÍO DOS BESOS DE BUENAS...
Te envío dos besos
de buenas noches
uno por todo
lo que hemos vivido
otro por todo
lo que ha de venir.
No te olvides amor
que mi corazón late por los dos.
EL ENGAÑO A LOS OJOS
Con qué nobleza se revuelven
Todos juntos esos muchachos
Y claman por una justicia
Perturbando, vociferando,
Tan inocentes los carrillos,
Tan fieros el porte y los pasos,
Con la mirada en dirección
De un porvenir extraordinario,
Pero a la vista ahora, ahora,
Presente ya sobre el asfalto
De las calles estimuladas
Por los rumores calculados
De esa tan filial muchedumbre,
Coro de gargantas y brazos,
Crédulamente fiel y dócil
-Candor por alud- al dictado
De los mayores en edad,
En crueldad y en aparato,
Aun carceleros de una cárcel
Donde todo queda murado,
Sin salida a ningún futuro:
Ni a ese que van anhelando
Los que, por fin, desfilan jóvenes,
Magníficos frente al tirano.
ESTÁN POR TODOS LADOS
Los oledores de tragedias están
por todos lados
se levantan a la mañana
y empiezan a encontrar las cosas
mal.
Y se sumergen
en la rabia,
una rabia que dura hasta
que se van a la cama,
e incluso ahí
se retuercen en su
insomnio,
incapaces de quitar
de sus mentes
los pequeños obstáculos
que han hallado.
Se sienten en contra,
es un complot.
Y por estar constantemente
furiosos sienten que
siempre tienen
razón.
Los ves en el tráfico
tocando bocina como salvajes
ante la más leve infracción,
puteando
desparramando sus
insultos.
Los sentís
en las colas
de los bancos,
de los supermercados,
de los cines
presionan
en tu espalda
te pisan los talones
están impacientes por
una furia.
Están por todos lados
y en
todas las cosas,
esas almas
violentamente
infelices.
En realidad están asustados,
como siempre quieren
tener razón
fustigan
sin cesar...
es un mal
una enfermedad de
esa raza.
El primero de ellos
que vi fue
mi padre
y desde entonces
he visto mil padres
malgastando sus vidas
en el odio,
arrojando sus vidas
al pozo ciego
y gritando
enloquecidos.
¿FUE COMO BESO O LLANTO?...
¿Fue como beso o llanto?
¿Nos hallamos
con las manos, buscándonos
a tientas, con los gritos,
clamando, con las bocas
que el vacío besaban?
¿Fue un choque de materia
y materia, combate
de pecho contra pecho,
que a fuerza de contactos
se convirtió en victoria
gozosa de los dos,
en prodigioso pacto
de tu ser con mi ser
enteros?
¿O tan sencillo fue,
tan sin esfuerzo, como
una luz que se encuentra
con otra luz, y queda
iluminado el mundo,
sin que nada se toque?
EL ENAMORADO
Lunas, marfiles, instrumentos, rosas,
lámparas y la línea de Durero,
las nueve cifras y el cambiante cero,
debo fingir que existen esas cosas.
Debo fingir que en el pasado fueron
Persépolis y Roma y que una arena
sutil midió la suerte de la almena
que los siglos de hierro deshicieron.
Debo fingir las armas y la pira
de la epopeya y los pesados mares
que roen de la tierra los pilares.
Debo fingir que hay otros. Es mentira.
Sólo tú eres. Tú, mi desventura
y mi ventura, inagotable y pura.
Desde el 1691 hasta el 50 de un total de 50 Poemas
