Poemas
Aquí, en la portada, puedes leer los 100 mejores poemas de siempre, según vuestros votos, separados en dos listas: 50 son de autores consagrados, y los otros 50 de usuarios. Tiene mucho mérito aparecer en esta selección, así que si te esfuerzas a lo mejor te puntúan tan bien que sales aquí. ¡No dejes de intentarlo!
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LLAMADA
Te llamo sí te llamo no puedo más te llamo
te grito ven acude no me abandones búscame
déjame verte adivinarte
distenderme un instante bajo el sol de tus ojos
como si en el radiante mediodía me tumbara en la hierba
déjame ver una vez más tu irónica ternura
tus infantiles gestos asustados
tu mirada solitaria que acaricia el rostro de las cosas
tu mirada de niña de ojos lentos
tus labios que entre los míos se funden
como un delicado manjar suntuoso y discreto
tus labios comestibles fáciles tus labios de trufa celeste
tus labios húmedos penetrables como un sexo más luminoso
cómo puedo sufrir que te alejes que te lleves este enigma
que huyas como un ladrón armada de razones
y ocultando en tu seno mis preguntas robadas
que te escondas en los huecos en los turbios rincones del tiempo
que te envuelvas en la distancia como en un disfraz inmenso
te llevas algo mío que nunca ha sido mío
me dejas amputado desarmado hemipléjico
vuelve no puedo renunciar a ser aquel otro
deja que todo nazca dame eso que trajiste mío
desanuda tus entrañas como si fueras a parir nuestro amor
y vuelve tráemelo muéstramelo
déjame entrar en ti como entrar en la noche
compartir tu tesoro taciturno
la suntuosa penumbra de tu alma tibia y quieta
ven no juegues más al juego idiota de la tortura
no me niegues cómplice altiva no blasfemes de mí
adónde vas vestida de miradas mías
adónde irás que no seas la nombrada por mí
regresa no te lleves mi semilla
mis dones los hundí en tu carne
no te podrás librar de esta corona vuelve.
CUENTA
Cuenta
tu edad por amigos,
no por años.
Cuenta
tu vida por sonrisas,
no por lágrimas.
SI CONSIGO VER MÁS LEJOS
Si consigo ver más lejos
es porque he conseguido auparme
a hombros de gigantes.
X
Como en un libro abierto
leo de tus pupilas en el fondo.
¿A qué fingir el labio
risas que se desmienten con los ojos?
¡Llora! No te avergüences
de confesar que me quisiste un poco.
¡Llora! Nadie nos mira.
Ya ves; yo soy un hombre... y también lloro.
YO NO QUIERO SER RECUERDO
A la mierda el conformismo:
Yo no quiero ser recuerdo
Quiero ser tu amor imposible,
Tu dolor no correspondido,
Tu musa más puta,
El nombre que escribas en todas las camas
Que no sean la mía,
Quien maldigas en tus insomnios
Quien ames con esa rabia que solo da el odio.
Yo no quiero
Que me digas que mueres por mí,
Quiero hacerte vivir de amor,
Sobre todo cuando llores,
Que es cuando más viva eres.
Yo no quiero
Que tu mundo se dé la vuelta
Cada vez que yo me marche,
Quiero que darte la espalda
Solo signifique libertad
Para tus instintos más primarios.
Yo no quiero
Quitarte las penas y condenarte,
Quiero ser la única
De la que dependa
Tu tristeza
Porque esa sería
La manera más egoísta y valiente
De cuidar de ti.
Yo no quiero hacerte daño,
Quiero llenar
Tu cuerpo de heridas
Para poder lamerte después,
Y que no te cures
Para que no te escueza.
Yo no quiero
Dejar huella en tu vida,
Quiero ser tu camino,
Quiero que te pierdas,
Que te salgas,
Que te rebeles,
Que vayas a contracorriente,
Que no me elijas,
Pero que siempre regreses a mí para encontrarte.
Yo no quiero prometerte,
Quiero darte
Sin compromisos ni pactos,
Ponerte en la palma de la mano
El deseo que caiga de tu boca
Sin espera,
Ser tu aquí y ahora.
Yo no quiero
Que me eches de menos,
Quiero que me pienses tanto
Que no sepas lo que es tenerme ausente.
Yo no quiero ser tuya
Ni que tú seas mía,
Quiero que pudiendo ser con cualquiera
Nos resulte más fácil ser con nosotras.
Yo no quiero
Quitarte el frío,
Quiero darte motivos para que cuando lo tengas
Pienses en mi cara
Y se te llene el pelo de flores.
Yo no quiero
Viernes por la noche,
Quiero llenarte la semana entera de domingos
Y que pienses que todos los días
Son fiesta
Y están de oferta para ti.
Yo no quiero
Tener que estar a tu lado
Para no faltarte,
Quiero que cuando creas que no tienes nada
Te dejes caer,
Y notes mis manos en tu espalda
Sujetando los precipicios que te acechen,
Y te pongas de pie sobre los míos
Para bailar de puntillas en el cementerio
Y reírnos juntas de la muerte.
Yo no quiero
Que me necesites,
Quiero que cuentes conmigo
Hasta el infinito
Y que el más allá
Una tu casa y la mía.
Yo no quiero
Hacerte feliz,
Quiero darte mis lágrimas
Cuando quieras llorar
Y hacerlo contigo,
Regalarte un espejo
Cuando pidas un motivo para sonreír,
Adelantarme al estallido de tus carcajadas
Cuando la risa invada tu pecho,
Invadirlo yo
Cuando la pena atore tus ojos.
Yo no quiero
Que no me tengas miedo,
Quiero amar a tus monstruos
Para conseguir que ninguno
Lleve mi nombre.
Yo no quiero
Que sueñes conmigo,
Quiero que me soples
Y me cumplas.
Yo no quiero hacerte el amor,
Quiero deshacerte el desamor.
Yo no quiero ser recuerdo,
Mi amor,
Quiero que me mires
Y adivines el futuro.
AMO A DIOS
Amo a Dios y le siento
en los pequeños milagros de cada hora:
en el fuego de la poesía, en el
dorado vuelo de la danza, en
los latidos blancos de la música.
Amo a Dios y ausculto latidos
de su pecho en el flujo y reflujo
del mar sobre la playa, en la
dulce marea de luz de las
vidrieras, en el duro chasquido
del relámpago, en las calientes
nanas de la lluvia.
Amo a Dios porque, a la luz
del Crucificado, voy descifrando
rutas, atajos de salvación por
las oscuras sendas
del sufrimiento.
Amo a Dios y reconozco su
Voz, su Presencia por los
íntimos claustros del corazón.
Amo a Dios porque si no es
de Dios ¿de dónde me nace
la dulcísima primavera de amor
que estalla hoy por los
jardines de mi vida?.
Amo a Dios y creo en Jesús
resucitado, de brazos
abiertos, corazón en ascua
y alas de Dios.
Amo a Dios y lo descubro
en la mirada azul del niño,
ventana pura por donde
se asoma el Padre de la Vida
y contempla con ternura su
creación.
¡QUIÉN SABE!
Indio que asomas a la puerta
de esa tu rústica mansión,
¿para mi sed no tienes agua?,
¿para mi frío, cobertor?,
¿parco maíz para mi hambre?,
¿para mi sueño, mal rincón?
¿breve quietud para mi andanza?...
¡Quién sabe, señor!
Indio que labras con fatiga
tierras que de otro dueño son:
¿ignoras tú que deben tuyas
ser, por tu sangre y tu sudor?
¿Ignoras tú que audaz codicia,
siglos atrás, te las quitó?
¿Ignoras tú que eres el amo?
¡Quién sabe, señor!
Indio de frente taciturna
y de pupilas sin fulgor,
¿qué pensamiento es el que escondes
en tu enigmática expresión?
¿Qué es lo que buscas en tu vida?,
¿qué es lo que imploras a tu Dios?,
¿qué es lo que sueña tu silencio?
¡Quién sabe, señor!
¡Oh raza antigua y misteriosa
de impenetrable corazón,
y que sin gozar ves la alegría
y sin sufrir ves el dolor;
eres augusta como el Ande,
el Grande Océano y el Sol!
Ese tu gesto, que parece
como de vil resignación,
es de una sabia indiferencia
y de un orgullo sin rencor...
Corre en mis venas sangre tuya,
y, por tal sangre, si mi Dios
me interrogase qué prefiero,
cruz o laurel, espina o flor,
beso que apague mis suspiros
o hiel que colme mi canción
responderíale dudando:
¡Quién sabe, Señor!
DE PASO
Quiero atrapar tu ser y hacerlo mío,
pero solo estoy de paso.
Quiero sudar tu calor y tiritar tu frío,
pero solo estoy de paso.
Quiero subir tu montaña y remontar tu río,
pero solo estoy de paso.
Quiero vaciar tu mal y llenar tu vacío,
pero solo estoy de paso.
Quiero encender tu lujuria y apagar tu hastío,
pero solo estoy de paso.
Soy
permanentemente provisional.
AGUJEROS DE LA AUSENCIA
Quizás lo más absurdo
es perderse en una mismo.
A veces me pregunto
qué pudo haber pasado con mi vida
y cuando me perdí
en estos agujeros de la ausencia.
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