Vuestros poemas  
Lluvia
Llueve por mi ventana 
trae consigo los recuerdos
de la infancia que se escapa 
cuando éramos niños 
y jugamos en los charcos...
Llueve y moja mi mejilla 
no importaba nada,
no importaba tiempo 
solo bañarnos en sus frías gotas
Llueve y limpia el alma 
nos volvemos niños, 
nos volvemos jóvenes
no interesa la edad
solo los recuerdos 
que nos hacen añorar 
aquellos tiempos.
Llueve y riega las flores
como a los hermosos girasoles 
que de amarillo pintan 
a la preciosa naturaleza 
que asemeja a la belleza
que el viento va dibujando 
aquella silueta 
que como saeta
pasa velozmente 
sin contemplarla permanentemente.
JOVEN ANHELA LA SALVACIÓN
Joven, tú que ansias vivir la vida
sin medir consecuencias ni peligros 
tu alma se encuentra sumida 
en un constante vaivén sin sentido
El mundo te ofrece miles de amores
que son caminos de seducción
que te atraen pero causan dolores
y afligen a tu débil corazón 
No desperdicies tu tiempo, vale oro
en cosas innecesarias y vanas
recuerda el enemigo profana   
la esperanza y el amor que es como un tesoro 
 Tu mirada fija al firmamento 
donde habita el Omnipresente
el amigo fiel en todo momento 
el Señor Jesús el Omnipotente 
Decídete joven, búscalo ahora
el tiempo se acorta, ya es hora
no pierdas tan sublime salvación 
no permitas que te lo arrebate
el enemigo que devora como un león 
Renueva las alas
como hacen las águilas
del Señor provienen las fuerzas
Él es nuestra roca, escudo y fortaleza 
Busca su rostro, afiánzate en Él 
procura seguirle y serle fiel
para que se alarguen tus días 
y vivas una vida plena en alegría 
A mi padre
A MI PADRE
"Cuando era un niño,te miraba hablar con esa gente que se paraba a saludarte;se reían con tus cosas y tus comentarios,y yo agarrado a tu mano,creía que todo el mundo giraba a tu alrededor,que eras el actor principal de el teatro de la vida. 
Un día crecí,y como suele suceder...el mundo dejó de girar a tu alrededor. 
¡Tú no habías cambiado! ¡lo había hecho yo! 
Ya me interesaban otras cosas.Las chicas,los amigos,los deportes. 
La adoración infantil fue sustituida por los descubrimientos adolescentes que nos embargan a todos. 
Los años pasaron deprisa y tu pelo encaneció como todo anciano. 
Y descubrí tus inseguridades,tus temores,tus defectos;todo lo que conforma a cualquier ser humano y de lo que todos somos participes. 
Y descubrí que nada giraba a tu alrededor...¡sólo el amor de un niño pequeño por su padre! 
Y descubrí que ya no eras Dios;sólo una persona luchando por la vida como tantas otras;¡como todos nosotros! ¡como cada uno de nosotros! 
Y te fuiste hace varios años.Y ahora sé,que todos tenemos una ardua tarea que realizar...¡comprender que todos hacemos lo que podemos en esta vida! ¡y quizás podamos aspirar a que nos vean como lo que somos:hombres y mujeres,que hacen lo que pueden con el peso a cuestas de la vida. 
Y te admiro Padre,porque al contrario de cuando era un niño,hoy sé,que la humanidad no consiste en no tener defectos o no verlos con la visión de un niño,sino AMAR siendo consientes de que las debilidades,los temores nos hacen humanos. 
Cuando pienso en ti,me siento como aquél niño agarrado a tu mano;pero con la convicción de mis años...¡de que todo sigue girando a tu alrededor,con la visión de tu humanidad entrañable. 
LUIS323"
El declinar de la tarde
EL DECLINAR DE LA TARDE 
Mis ojos se pierden en la lejanía de esas veredas que cruzan las aguas mansas de mi corazón. 
Los recuerdos acuden prestos a mí,con la urgencia de un niño por agarrar la mano de su padre antes de perderse en la multitud. 
¿Porqué me atormentáis? 
¿Porqué agitáis los remansos de paz de mi alma? 
¿No tuve ya mi cuota de dolor para que volváis a mi? 
Las ramas de los árboles se mecen suavemente en el declinar de la tarde y en la brisa suave que las acaricia. 
Mis ojos contemplan a mi hijo sentado en el patio,despreocupado del canto de los pájaros que armonizan la tarde y dejan un rastro de apacible melancolía. 
Mi ser captura ese instante de plácida tranquilidad para guardarlo en la memoria de los instantes mágicos,como bálsamo para alejar ese dolor que acude sin esperarlo,sin ser invitado. 
La tarde se marcha silenciosa.Otra lucha con mi ser se ha desarrollado y he vuelto a vencer una vez más ¿volveré hacerlo la próxima vez?. 
Sigue cantando los pájaros en la tarde tranquila... 
Y yo vuelvo a sonreír cuando las sombras desaparecen de mi interior. 
Y mis ojos vuelven a contemplar la paz del declinar del día. 
Mientras mi hijo...¡sigue jugando en el patio! 
Autor:Yedra
La guardia
LA GUARDIA 
Siempre me gusto el silencio de la madrugada. 
En la quietud...mi mente volaba en íntimos pensamientos. 
Las luces suaves de la lejanía me hacía soñar en veredas de inquietud que sólo el corazón entiende. 
Allí estaba yo,con el cetme en las manos,en aquella garita tranquila sobre el jardín en la comandancia.No hacía frío,y me encontraba sereno en la paz de aquella noche que por alguna razón desconocida del alma,quedó anidada en los suaves caminos del recuerdo. 
Mi corazón vaga en sueños en los que es difícil poner palabras. 
La calidez de lo que siento...me reconforta en aquella garita tan lejos de casa. 
Mis ojos como siempre...contemplan aquellas amigas tan bellas que tengo tan encima de mi...las estrellas.¡¡cuantas madrugadas soñadas!! bajo la hermosura de tus parpadeos cómplices,cuando salía al balcón para contemplaos,después de dejar parte del corazón en unas hojas de papel...en noches tranquilas. 
En aquella garita...¡quería emprender el vuelo! y abarcaros con mis brazos y dejar que vuestro brillo me acariciara el alma,y olvidarme de tantas cosas que aprisionaban mi cuerpo...¡pero no mi alma! 
Allí entre vosotras veía el rostro de...mi amor. 
contaba los meses que me separaban de poder volver a contemplar sus ojos...9 meses,la cifra se me quedó grabada a fuego en aquella madrugada serena llena de sueños y proyectos. 
Hubiera querido que aquella guardia no tuviera fin...estaba feliz con aquellas luces en la distancia,con aquel silencio,aquella paz, y mis amigas las estrellas tan alto sobre mi...dándome la dulce calidez de la esperanza en el mañana. 
Un cetme en mis manos,una garita...y sin embargo mi corazón vuela más allá,en ensoñaciones que dan calidez a mis sentimientos y reconfortan mi ser. 
Tantos años hace...y aún recuerdo aquella madrugada en el corazón,y recuerdo aquella garita...Y AQUELLA GUARDIA,en la que mi alma vagaba 
libre como el viento...ENTRE LAS ESTRELLAS. 
Yedra
16 años
16 AÑOS
Entre el sueño y la vigilia se encuentra la zona de nadie. 
Sólo formas inconexas,oscuridad,leves recuerdos efímeros vagan sin rumbo ni intención. 
Tu cara se acerca,me sonríes dulcemente mientras me miras. 
Quiero alzar la voz...¡gritarte para que no te marches! pero riéndote te alejas en la oscuridad y siento que la angustia me invade mientras abro los ojos en la oscuridad de mi habitación. 
Me late las cienes,una fuerte angustia me sube desde el estomago a la cabeza,mientras deseo que mi corazón dejara de latir para marcharme dónde tú estás,hacia donde te alejas después de mirarme y sonreírme. 
Yo tenía 17 años tú 16. 
Aquella mañana clara.El accidente...el coche dando vueltas,sólo tú te marchaste...y yo me sentí morir al enterarme. 
Mis 17 años,una habitación en la oscuridad y tu rostro se acerca,me mira y me sonríe y...te alejas. 
Tu tenías 16 años. 
Eres para mi
No sabes que uno de mis grandes secretos,
Es mantener mis ojos para ti muy discretos.
Llegaste así nada más con el reloj después del medio día,
Y para ser sincero si no te conociera que sería de mi vida.
Tocaban tus mejillas la textura del viento,
Cuando entraste por esa puerta no hubo mejor momento.
Pensé de verte por primera vez, que por ver no se paga;
Y te imagine a mi lado en un futuro de mi vida vaga.
No pensé el precio que hay que pagar en el mundo,
Para darte un beso por menos de un segundo.
Solo pensé que no te conocía y ya te quería a mi lado,
Malditas mis piernas y boca que me dejaron congelado.
Y aunque esta historia de amor contigo todavía no se escribe,
Este hombre  sabes que te quiere y por eso vive.
Mercury.
Poema del hijo
Cae la tarde dorada
tras de los verdes pinos.
Hay en las altas cumbres
un resplandor rojizo,
y el perfil de los montes
se recorta en un nimbo
de luz verdosa, azul, aurirrosada.
En el añil el humo está dormido.
Quieta la tarde y dulce.
-Ven al campo hijo mío;
comeremos majuelas,
iremos al endrino,
te alcanzaré las vayas de los robles,
y, en aquel regatillo
de los helechos, cogerás las piedras,
y cortarás los lirios.
Entre mi mano, suave,
su manecita oprimo,
y avanzamos parejos
por el albo camino.
Los cuencos y colodras
del viejo cabrerizo,
llenando va la ordeña
con blanco chorro mantecoso y tibio.
Y la leche, aromada
de menta y de tomillo,
sus fragancias esparce
por el verdor ya seco del aprisco.
-¿Tienes hambre? Si vemos
al pastor de los chivos,
al que en las “Maribuenas”
la otra tarde te dijo:
“Vaya un zagal con los ojuelos guapos”
llámale, y le pedimos
una cuerna de leche
y el cantero de pan que te ha ofrecido.
Es tarde, los trucheros
se recogen del río;
cubren con sucias ropas
los cuerpos denegridos
y entre la malla de la red platea
la pesca que rebosa del cestillo.
De su pinar se tornan los hacheros;
aire lento y cansino;
en los hombros, las hachas,
y en sus gastados filos,
un reflejo fugaz, que a ratos hiere
los semblantes cetrinos.
Se acercan. -Buenas tardes.
-Vayan con Dios, amigo...
-¿Pero no los conoces?
El de la aijada es Lino
el que la otra mañana
trajo al Paular el nido,
el que baja en el carro de sus bueyes
los troncos de los pinos...
-¿Te fatiga la cuesta?
Descansaremos, hijo.
Aquí, no; más arriba,
que ya se siente la humedad del río.
La espesura del roble
va cerrando el camino;
se oye el graznar de un cuervo
y un lejano silbido.
-¿Por qué te paras?... ¿Tiemblas?...
¿Acaso tienes frío?...
¡Ah, ya...Caperucita¡
No temas; vas conmigo.
El lobo vive lejos
y es generoso y noble con los niños.
Finge un céfiro blando
misterioso suspiro;
el pipiar de las aves
ha cesado en los nidos.
-¿Que te lleve en mis brazos?
¡Siempre acabas lo mismo¡
Agárrate a mi cuello;
El viaje definitivo
Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros
cantando.
Y se quedará mi huerto con su verde árbol,
y con su pozo blanco.
Todas las tardes el cielo será azul y plácido,
y tocarán, como esta tarde están tocando,
las campanas del campanario.
Se morirán aquellos que me amaron
y el pueblo se hará nuevo cada año;
y lejos del bullicio distinto, sordo, raro
del domingo cerrado,
del coche de las cinco, de las siestas del baño,
en el rincón secreto de mi huerto florido y encalado,
mi espíritu de hoy errará, nostáljico...
Y yo me iré, y seré otro, sin hogar, sin árbol
verde, sin pozo blanco,
sin cielo azul y plácido...
Y se quedarán los pájaros cantando.
Juan Ramón Jimenez
Porque te amo
Te amo, porque tú me haces sonreír.
Te amo, porque tú me das la felicidad.
Te amo, porque tú me diste ganas de vivir.
Te amo, por que te amo, y te amaré toda la eternidad.
Fuente: www.frases24.net/poemas-de-amor/
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