511 Poemas de amor 

No dejes de visitar los 50 mejores poemas de Yavendrás, según vuestros votos.

Late a diario por ti

Enviado por richy  Seguir

La luz y el agua dan vida
a las flores del jardín
en mi vida la ilusión
late a diario por ti.

En mi vida hay dos misterios
que me llenan de ilusión
uno lo llevo en mi mano
el otro en el corazón.

El de mi mano lo llevo
desde el día que jure
entregarme a ti al completo
en las penas y el placer.

En cambio el del corazón
un misterio sigue siendo
haciendo que mi ilusión
siga en mis venas fluyendo.

Hoy ha vuelto a amanecer
me he despertado sin penas
y he sentido mi ilusión
correr fuerte por mis venas.

He recordado el pasado
la ilusión que yo tenia
aquellos días soñados
viven en mi todavía.

Esos recuerdos amados
me dan fuerza cada día
y también me hacen pensar
los misterios de la vida.

En mi vida hay dos misterios
que me llenan de ilusión
uno lo llevo en mi mano
el otro en el corazón.

Hoy la ilusión por mis venas
vuelve de nuevo a fluir
los misterios de la vida
me han hecho a mi descubrir.

Que tu eres el corazón
que reparte por mis venas
la alegría y la ilusión
y que me quita las penas.

69.23%

votos positivos

Votos totales: 13

Comparte:

Promesa de amor

Enviado por xime  Seguir

Tú eres como un ángel Lleno de bondad, belleza y alegría.

Tú me haces sonreír hasta en Los momentos más difíciles.

Tú iluminas mi camino, eres mi inspiración, mi todo.

Sé que muchas veces te falle y me arrepiento tanto, por todo lo que te lastime.

Te amo más que a nada, si no te tengo conmigo siento que mi mundo se acaba.

Déjame estar contigo, déjame cuidarte, déjame ser yo la única persona que te enamore y jamás podamos olvidarnos.

Ser uno solo habitando en 2 cuerpos, quiero ser tu luna y sol en una sola, velar tu sueño, dormir en tu pecho.

Despertar contigo cuando nos ilumine la luz del cielo, mirarme en tus ojos, y poder besar tus dulces labios.

Enamorarnos a diario cada vez más, complementarnos uno al otro, tener un hermoso romance de película, que dure toda la vida.

Saber que nunca te iras de me lado, saber que eres mío y yo tuya, que los años a tu lado no pasen en vano.

Pasar junto a ti cada estación del año, y estar juntos cuando la nieve cubra nuestros hombros, saber estar juntos en la distancia, y no temer a enamorarnos de alguien más, porque nos amamos tanto que solo nos necesitamos a nosotros.

Mientras más pasen los años nuestro amor, no acabara, a pesar de todos lo que pueda pasar, solo se transformara, para cada vez hacerlo cada día mucho mejor de lo que es.

No nos dejaremos vencer pase lo que pase, porque si estamos juntos nada nos dañara.

Esta es la promesa que yo te doy, amarte toda la vida entera, y ser por siempre tuya, esta es la promesa de mi amor.





♥Ana♥



69.23%

votos positivos

Votos totales: 13

Comparte:

SABES QUE TE QUIERO

Enviado por luisramos2000  Seguir

Desde que vi tus ojos, morena
Los días para mi han sido, poemas
Porque con tu mirada las huellas
De penas que azotaban mi alma.
Que nacen cristalinas y tiernas
Radiantes de inmensidad
Con mi ilusión viviré, morena
Porque tus ojos dan vida eterna.
No se oirá jamás, muy lejos, tan lejos
Un triste aletear de ave pasajera
Que va sin cesar por el ancho cielo
Quisiera embriagar, mi amor con tus besos.
Anoche tuve el más hermoso sueño
Caminabas tu muy triste entre rosas
Yo te supliqué déjame ser dueño
De tu suspirar, tus suaves cabellos
Cascada de luz, que irradia luceros
Y yo te juré mi idilio es eterno
Y como un milagro cayó el silencio
Y escuche tu voz, diciendo
Te quiero, te quiero.
Luis Alfonso Ramos

69.23%

votos positivos

Votos totales: 13

Comparte:

KATIUSKA

Enviado por miguel10  Seguir

El corazón quiere amarla,
Pero la razón pide a grites olvidarla
Pues él sabe que no es correspondido,
Ya que no es primera vez que nota ese frio.
Con el tiempo se hace habitual vivir en el olvido;
Caminar en lo sombrío con una sonrisa como alivio;
Al ser la única medicina para este romántico empedernido
Merezco una botella y una pluma para aplacar este corazón herido.
Así que Denme una botella y aquí mismo la termino
Denme una pluma y le dedico un escrito
Denme una razón para creer nuevamente en lo que dicta el corazón
Aunque después de tantos tumbos por aquel sendero
El melancólico esperpento endurece de a poco los sentimientos
Ya que demostrarlos solo traería dolor a quien le confió su corazón
Y sería injusto verla sufrir por un simple esperpento
Que puede vivir sufriendo en silencio…

69.23%

votos positivos

Votos totales: 13

Comparte:

SAN VALENTÍN

Ni una rosa roja ni un corazón de raso.

Te daré una cebolla.
Es una luna envuelta en papel de estraza
Una promesa de luz
como el delicado desnudo del amor.

Tómala.
Te cegará con lágrimas
como un amante
Te reflejará como una
imagen movida, llena de dolor.

Intento ser sincera.

Ni una bonita tarjeta ni un besograma.

Te daré una cebolla.
Su beso ardiente permanecerá en tus labios,
posesivo y fiel,
al igual que nosotros,
mientras vivamos.

Tómala.
Sus aros plateados formarán un anillo de boda,
si así lo deseas.
Es letal.
Su aroma se aferrará a tus dedos,
se aferrará a tu cuchillo.

Autor del poema: Carol Ann Duffy

68.75%

votos positivos

Votos totales: 16

Comparte:

Febrero, Yo te amo.

Enviado por nicolasldr1  Seguir

Estoy tratando que me ames..
Yo elegiría su reposo lejano, su contorno de hierro. Sus espacios vacíos de aire y la oscuridad.
El poder de su lengua, que se rompe y derroca en estas columnas.
Estoy tratando de tomarlo a la ligera con el silencio de la arena que rodea mi mundo.
Su forma se extiende más allá de los espacios… Vibrante y rítmica, como el pecho, encubriendo a un solo ser.
Caer en sus manos sería perfecto, esperar el oleaje suave que sólo se espuma cuando se despeja y vuelve a mi cuerpo consumido.
Porque son el mar azul que me estremecen con su sal y dulzura, y nada duele tanto estando justos: ni esas alturas vacías, las señales, las cicatrices…
Estoy intentando hacer que me quieras en esas cuatro paredes de tu interior que ahora, son el único lugar donde puedo exhalar.

Derechos Reservados.

68.18%

votos positivos

Votos totales: 22

Comparte:

MARÍA

Allí en el valle fértil y risueño,
Do nace el Lerma y, débil todavía
Juega, desnudo de la regia pompa
Que lo acompaña hasta la mar bravía;
Allí donde se eleva
El viejo xinantécatl, cuyo aliento,
Por millares de siglos inflamado,
Al soplo de los tiempos se ha apagado,
Pero que altivo y majestuoso eleva
Su frente que corona eterno hielo
Hasta esconderla en el azul del cielo.

Allí donde el favonio murmurante
Mece los frutos de oro del manzano
Y los rojos racimos del cerezo
Y recoge en sus alas vagarosas
La esencia de los nardos y las rosas.

Allí por vez primera
Un extraño temblor desconocido,
De repente, agitado y sorprendido
Mi adolescente corazón sintiera.

Turbada fue de la niñez la calma,
Ni supe qué pensar en ese instante
Del ardor de mi pecho palpitante
Ni de la tierna languidez del alma.

Era el amor: mas tímido, inocente,
Ráfaga pura del albor naciente,
Apenas devaneo
Del pensamiento virginal del niño;
No la voraz hoguera del deseo,
Sino el risueño lampo del cariño.

Yo la miré una vez, virgen querida
Despertaba cual yo, del sueño blando
De las primeras horas de la vida:
Pura azucena que arrojó el destino
De mi existencia en el primer camino,
Recibían sus pétalos temblando
Los ósculos del aura bullidora
Y el tierno cáliz encerraba apenas
El blanco aliento de la tibia aurora.

Cuando en ella fijé larga mirada
De santa adoración, sus negros ojos
De mi apartó; su frente nacarada
Se tiñó del carmín de los sonrojos;
Su seno se agitó por un momento,
Y entre sus labios espiró su acento.

Me amó también. Jamás amado había;
Como yo, esta inquietud no conocía,
Nuestros ojos ardientes se atrajeron
Y nuestras lamas vírgenes se unieron
Con la unión misteriosa que preside
El hado, entre las sombras, mudo y ciego,
Y de la dicha del vivir decide
Para romperla sin clemencia luego.

¡Ay! Que esta unión purísima debiera
No turbarse jamás, que así la dicha
Tal vez perenne en la existencia fuera:
¿Cómo no ser sagrada y duradera
si la niñez entretejió sus lazos
Y la animó, divina, entre sus brazos
La castidad de la pasión primera?

Pero el amor es árbol delicado
Que el aire puro de la dicha quiere,
Y cuando de dolor el cierzo helado
Su frente toca, se doblega y muere.

¿No es verdad? ¿no es verdad, pobre María?
¿Por qué tan pronto del pesar sañudo
Pudo apartarnos la segura impía?
¿Cómo tan pronto obscurecernos pudo
La negra noche en el nacer del día?

¿Por qué entonces no fuimos más felices?
¿Por qué después no fuimos más constantes?
¿Por qué en el débil corazón, señora,
Se hacen eternos siglos los instantes,
Desfalleciendo antes
De apurar del dolor la última hora?

¡Pobre María! Entonces ignorabas
Y yo también, lo que apellida el mundo
¡Amor... amor! Y ciega no pensabas
Que es perfidia, interés, deleite inmundo,
Y que tu alma pura y sin mancilla
Que amó como los ángeles amaran
Con fuego intenso, mas con fe sencilla,
Iba a encontrarse sola y sin defensa
De la maldad entre la mar inmensa.

Entonces, en los días inocentes
De nuestro amor, una mirada sola
Fue la felicidad, los puros goces
De nuestro corazón... el casto beso,
La tierna y silenciosa confianza,
La fe en el porvenir y la esperanza.

Entonces... en las noches silenciosas
¡Ay! Cuántas horas contemplamos juntos
Con cariño las pálidas estrellas
En el cielo sin nubes cintilando,
Como si en nuestro amor gozaran ellas;
O el resplandor benéfico y amigo
De la callada luna,
De nuestra dicha plácido testigo,
O a las brisas balsámicas y leves
Con placer confiamos
Nuestros suspiros y palabras breves.

¡Oh! ¿qué mal hace al cielo
Este modesto bien, que tras él manda
De la separación el negro duelo,
La frialdad espantosa del olvido
Y el amargo sabor del desengaño,
Tristes reliquias del amor perdido?

Hoy sabes qué sufrir, pobre María,
Y sentiste al presente
El desamor que mezcla su hiel fría
De los placeres en la copa ardiente,
El cansancio, la triste indiferencia,

Y hasta el odio que impío
El antes cielo azul de la existencia
Nos convierte en un cóncavo sombrío,
Y la duda también, duda maldita
Que de acíbar eterno el alma llena,
La enturbia y envenena
Y en el caos del mal la precipita.

Muy pronto, sí, nos condenó la suerte
A no vernos jamás hasta la muerte:
Corrió la primera lágrima encendida
Del corazón a la primera herida,
Mas pronto se siguió el pensar profundo,
Del desdén la sonrisa amenazante
Y la mirada de odio chispeante,
Terrible reto de venganza al mundo.

Mucho tiempo pasó. Tristes seguimos
El mandato cruel del hado fiero,
Contrarias sendas recorriendo fuimos
Sin consuelo ni afán... Y bien, señora,
¿Podremos sin rubor mirarnos ora?
¡Ah! ¡qué ha quedado de la virgen bella!
Tal vez la seducción marcó su huella

En tu pálida frente ya surcada,
Porque contemplo en tus hundidos ojos
Señal de llanto y lívida mirada.
Con el fulgor de acero de la ira.
Se marchitaron los claveles rojos
Sobre tus labios ora contraidos
Por risa de desdén que desafía
Tu bárbaro pesar, ¡pobre María!

Y yo... yo estoy tranquilo:
Del dolor las tremendas tempestades,
Roncas rugieron agitando el alma;
La erupción fue terrible y poderosa...
Pero hoy volvió la calma
Que se turbó un momento,
Y aunque siente el volcán mugir violento
El fuego adentro del, nunca se atreve
Su cubierta a romper de dura nieve.

Continuemos, mujer, nuestro camino.
¿Dónde parar? ...¿Acaso los sabemos?
¿Lo sabemos acaso? Que destino
Nos lleve como ayer: ciegos vaguemos,
Ya que ni un faro de esperanza vemos
Llenos de duda y de pesar marchamos,
Marchamos siempre, y a perdernos vamos
¡Ay! De la muerte en el océano obscuro,
¿Hay más allá riberas?... no es seguro,
Quién sabe si las hay; mas si abordamos
A esas riberas torvas y sombrías
Y siempre silenciosas,
Allí sabré tus quejas dolorosas,
Y tú también escucharás las mías.

Autor del poema: Ignacio Manuel Altamirano

67.65%

votos positivos

Votos totales: 34

Comparte:

HALLAZGO

Desnuda y adherida a tu desnudez.
Mis pechos como hielos recién cortados,
en el agua plana de tu pecho.
Mis hombros abiertos bajo tus hombros.
Y tú, flotante en mi desnudez.

Alzaré los brazos y sostendré tu aire.
Podrás ceñir mi sueño
porque el cielo descansará en mi frente.
Afluentes de tus ríos serán mis ríos.
Navegaremos juntos, tú serás mi vela,
Y yo llevaré por mares escondidos.

¡Qué suprema efusión de geografías!
Tus manos sobre mis manos.
Tus ojos, aves de mi árbol,
en la yerba de mi cabeza.

Autor del poema: Carmen Conde

66.67%

votos positivos

Votos totales: 21

Comparte:

VENTANA

Ni un sofá ni una cama
en un mundo sin alegría
mi amor por ti es una ventana
por la que sale cada mañana
una pequeña golondrina.

Autor del poema: Jorge Javier Roque

66.67%

votos positivos

Votos totales: 51

Comparte:

yo no quiero que nadien me consuele

Enviado por daniel  Seguir

Yo no quiero que nadie me consuele
si me mata la fuerza de tu amor…
Si me matan los besos insaciables,
Fervorosos, ardiente que te doy.

Quiero yo que te invadan la tinieblas
cuando ya para mi no salga el sol.
Quiero yo que sucumbas y enloquezca,
¡loca sí, muerta sí, te quiero yo !

Mi querida, mi bien, mi soberana,
mi refugio, mi sueño, mi caudal,
mi laurel, mi ambición, mi santa madre…
¡y todavía más!

66.67%

votos positivos

Votos totales: 6

Comparte:

Desde el 341 hasta el 350 de un total de 511 Poemas de amor

Añade tus comentarios