506 Poemas de amor 

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Tú ?

Enviado por joselevio  Seguir

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¿Tú?
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Se me presentan al verla Sentires
irregulares flamas, su mirada
es tocarla, besarla, ¿la Ritmada?
y es una unión de nuestros yo's gentiles...
.
¡De cerca los efectos indecibles!
Series de cambios ínternos: es la "ida"
o la "vuelta" por ella removida...
"«Motores» programados "señoriles...
.
¡De lo Invisible Cantos y no Mente!
Me siento así viajando por un Mar:
el Universal Ritmo no me miente,
.
Mar de lo Temporal y Original...
Tiempo es moverselas y mudar Cosas,
"se nos paran" un rato y son sinuosas...
.
© José Levio=José Leva y Wimmer
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La Poesía

Enviado por jesusvarillas  Seguir

Hello poesía
ilumina mi sendero
tu silueta me eleva al cielo
eres la doncella
que yo quiero.

Deseo libar tus labios de rojo carmesí
tú eres vital para mí.

Eres la musa de mi vida
la fuente de mis rimas
me sonrojo al verte
sin duda alguna
anhelo tenerte.

Hello poesía
tu blanca piel me atrapa
hermosa gata;
Tu cuerpo de ostia fina
me hipnotiza
hermosa niña;
Tus cabellos de oro
y tus bellos ojos
día a día son mi antojo.

Tu dulce voz me encanta
tu eres santa
tu linda sonrisa me hechiza
candorosa palomita;
Eres la doncella
que yo quiero.

Segundo a segundo me enamoro
minuto a minuto te adoro
día a día te amo
ven, ven amor a mis brazos.

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Rosita

Enviado por jesusvarillas  Seguir

Mis labios besan al aire que va al norte
para intentar libar los tuyos
flor de orgullo.

La noche es larga y muy larga
porque tú no estas conmigo
y no me das tu abrigo
yo siento frío
cariño mio.

Rosita amada
yo me pregunto minuto a minuto:
¿Estarás viva? o ¿Estarás muerta?
¿Estarás sola? o ¿Estarás casada?
Pero no tengo respuesta
linda chinita.

Rosita amada
tu silencio me mata
te fuiste sin decirme nada
extraño tu tierna mirada
las caricias que me dabas
y los juegos que jugábamos
los dos sólitos en la cama.

Rosita amada
sin ti estoy perdido
vuelve pronto a tu nido
que sin ti yo no vivo
ayúdame ha cruzar
este inmenso río,
para vivir siempre unidos.


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Nuestra Hora

Enviado por gabl  Seguir


Llegó la hora del amor,
de susurros al oído
de palabras quedas,
y besos dormidos
en tu boca azucarada
que me besa locamente.

Despierta la pasión
y el desesperado deseo,
que anida en ti
eterniza el tiempo,
el sentimiento que quema
y arde en tu cuerpo.

Llegó la hora del amor
la que vive en ti,
que ahoga las palabras
que acorta las distancias,
déjame conocer tus entrañas
que el tiempo nos alcanza.

Llegó la hora del amor
que consumirá el silencio
del deseo compartido,
de la entrega consumada
en cantos apagados,
en nuestra hora del amor.

gbl
01/09/2017
Derechos Reservados de Autor

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TU PERFUME GRABADO EN MI NARIZ...

Enviado por ginets  Seguir

Tu perfume grabado en mi nariz
como una droga de diseño
quiero quitarme esta cicatriz
formada en mi cerebro
aunque fácil no será, pues mi corazón no está de acuerdo

-SM

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EN OTRA VIDA FUIMOS PERFECTOS LOS...

Enviado por lunaroja  Seguir

En otra vida fuimos perfectos los dos,
Y nada nos falló
Y respirábamos el aire sin dolor
Y nada nos falló!

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MARÍA

Allí en el valle fértil y risueño,
Do nace el Lerma y, débil todavía
Juega, desnudo de la regia pompa
Que lo acompaña hasta la mar bravía;
Allí donde se eleva
El viejo xinantécatl, cuyo aliento,
Por millares de siglos inflamado,
Al soplo de los tiempos se ha apagado,
Pero que altivo y majestuoso eleva
Su frente que corona eterno hielo
Hasta esconderla en el azul del cielo.

Allí donde el favonio murmurante
Mece los frutos de oro del manzano
Y los rojos racimos del cerezo
Y recoge en sus alas vagarosas
La esencia de los nardos y las rosas.

Allí por vez primera
Un extraño temblor desconocido,
De repente, agitado y sorprendido
Mi adolescente corazón sintiera.

Turbada fue de la niñez la calma,
Ni supe qué pensar en ese instante
Del ardor de mi pecho palpitante
Ni de la tierna languidez del alma.

Era el amor: mas tímido, inocente,
Ráfaga pura del albor naciente,
Apenas devaneo
Del pensamiento virginal del niño;
No la voraz hoguera del deseo,
Sino el risueño lampo del cariño.

Yo la miré una vez, virgen querida
Despertaba cual yo, del sueño blando
De las primeras horas de la vida:
Pura azucena que arrojó el destino
De mi existencia en el primer camino,
Recibían sus pétalos temblando
Los ósculos del aura bullidora
Y el tierno cáliz encerraba apenas
El blanco aliento de la tibia aurora.

Cuando en ella fijé larga mirada
De santa adoración, sus negros ojos
De mi apartó; su frente nacarada
Se tiñó del carmín de los sonrojos;
Su seno se agitó por un momento,
Y entre sus labios espiró su acento.

Me amó también. Jamás amado había;
Como yo, esta inquietud no conocía,
Nuestros ojos ardientes se atrajeron
Y nuestras lamas vírgenes se unieron
Con la unión misteriosa que preside
El hado, entre las sombras, mudo y ciego,
Y de la dicha del vivir decide
Para romperla sin clemencia luego.

¡Ay! Que esta unión purísima debiera
No turbarse jamás, que así la dicha
Tal vez perenne en la existencia fuera:
¿Cómo no ser sagrada y duradera
si la niñez entretejió sus lazos
Y la animó, divina, entre sus brazos
La castidad de la pasión primera?

Pero el amor es árbol delicado
Que el aire puro de la dicha quiere,
Y cuando de dolor el cierzo helado
Su frente toca, se doblega y muere.

¿No es verdad? ¿no es verdad, pobre María?
¿Por qué tan pronto del pesar sañudo
Pudo apartarnos la segura impía?
¿Cómo tan pronto obscurecernos pudo
La negra noche en el nacer del día?

¿Por qué entonces no fuimos más felices?
¿Por qué después no fuimos más constantes?
¿Por qué en el débil corazón, señora,
Se hacen eternos siglos los instantes,
Desfalleciendo antes
De apurar del dolor la última hora?

¡Pobre María! Entonces ignorabas
Y yo también, lo que apellida el mundo
¡Amor... amor! Y ciega no pensabas
Que es perfidia, interés, deleite inmundo,
Y que tu alma pura y sin mancilla
Que amó como los ángeles amaran
Con fuego intenso, mas con fe sencilla,
Iba a encontrarse sola y sin defensa
De la maldad entre la mar inmensa.

Entonces, en los días inocentes
De nuestro amor, una mirada sola
Fue la felicidad, los puros goces
De nuestro corazón... el casto beso,
La tierna y silenciosa confianza,
La fe en el porvenir y la esperanza.

Entonces... en las noches silenciosas
¡Ay! Cuántas horas contemplamos juntos
Con cariño las pálidas estrellas
En el cielo sin nubes cintilando,
Como si en nuestro amor gozaran ellas;
O el resplandor benéfico y amigo
De la callada luna,
De nuestra dicha plácido testigo,
O a las brisas balsámicas y leves
Con placer confiamos
Nuestros suspiros y palabras breves.

¡Oh! ¿qué mal hace al cielo
Este modesto bien, que tras él manda
De la separación el negro duelo,
La frialdad espantosa del olvido
Y el amargo sabor del desengaño,
Tristes reliquias del amor perdido?

Hoy sabes qué sufrir, pobre María,
Y sentiste al presente
El desamor que mezcla su hiel fría
De los placeres en la copa ardiente,
El cansancio, la triste indiferencia,

Y hasta el odio que impío
El antes cielo azul de la existencia
Nos convierte en un cóncavo sombrío,
Y la duda también, duda maldita
Que de acíbar eterno el alma llena,
La enturbia y envenena
Y en el caos del mal la precipita.

Muy pronto, sí, nos condenó la suerte
A no vernos jamás hasta la muerte:
Corrió la primera lágrima encendida
Del corazón a la primera herida,
Mas pronto se siguió el pensar profundo,
Del desdén la sonrisa amenazante
Y la mirada de odio chispeante,
Terrible reto de venganza al mundo.

Mucho tiempo pasó. Tristes seguimos
El mandato cruel del hado fiero,
Contrarias sendas recorriendo fuimos
Sin consuelo ni afán... Y bien, señora,
¿Podremos sin rubor mirarnos ora?
¡Ah! ¡qué ha quedado de la virgen bella!
Tal vez la seducción marcó su huella

En tu pálida frente ya surcada,
Porque contemplo en tus hundidos ojos
Señal de llanto y lívida mirada.
Con el fulgor de acero de la ira.
Se marchitaron los claveles rojos
Sobre tus labios ora contraidos
Por risa de desdén que desafía
Tu bárbaro pesar, ¡pobre María!

Y yo... yo estoy tranquilo:
Del dolor las tremendas tempestades,
Roncas rugieron agitando el alma;
La erupción fue terrible y poderosa...
Pero hoy volvió la calma
Que se turbó un momento,
Y aunque siente el volcán mugir violento
El fuego adentro del, nunca se atreve
Su cubierta a romper de dura nieve.

Continuemos, mujer, nuestro camino.
¿Dónde parar? ...¿Acaso los sabemos?
¿Lo sabemos acaso? Que destino
Nos lleve como ayer: ciegos vaguemos,
Ya que ni un faro de esperanza vemos
Llenos de duda y de pesar marchamos,
Marchamos siempre, y a perdernos vamos
¡Ay! De la muerte en el océano obscuro,
¿Hay más allá riberas?... no es seguro,
Quién sabe si las hay; mas si abordamos
A esas riberas torvas y sombrías
Y siempre silenciosas,
Allí sabré tus quejas dolorosas,
Y tú también escucharás las mías.

Autor del poema: Ignacio Manuel Altamirano

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QUISIERA ESCONDERME EN LO MÁS PROFUNDO...

Enviado por edgarken  Seguir

Quisiera esconderme en lo más profundo de tu silencio para escuchar los gemidos de tu inocencia,
bañados en lo más sublime de los suspiros que brotan de tu conciencia.

y gritar con ansias locas
el deseo de tenerte,
y en mi lecho poseerte
por lo que tú me provocas

hacer realidad mi sueño
en una noche de pasión
de poder acariciarte,
de abrazarte y de besarte
para siempre ser el dueño
de tu noble corazón.
Edgarken

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Te miro dormir

Enviado por annuar  Seguir

Te miro dormir y siento que sos la persona más linda del mundo, aunque en este momento tengas la expresión enojada, probablemente por mi intensa manía de tocarte el pelo. Tengo miedo de que te despiertes y me preguntes: ¿Qué hacés? Tengo miedo de que me lo preguntes porque realmente no sé qué hago tocándote el pelo hace más de media hora. Creo que es una necesidad, sabés, la de tocarte, digo. Es como si el cuerpo me doliera si no lo hago.
Te miro dormir y siento que sos la persona más linda del mundo. Yo sé que no conozco todo el mundo, pero tampoco me hace falta. Una puede percibir bastante el mundo sin conocerlo. ¿Viste esos días en los que te levantás triste y no sabés decir la razón? Bueno, yo estoy seguro de que es el dolor del mundo que cada tanto se nos cala en los huesos. El dolor es tan fácil de sentir... con el amor la cosa es un poco diferente. Difícil, sí. Porque los malos momentos vienen solos y de repente, pero el amor se construye y lleva tiempo. Debe ser el amor el que me hace verte como la persona más linda del mundo, aunque no lo conozca. Al mundo, digo. Del amor escuché algunas cosas, sabés.
Que duele.
Que es mutuo.
Que si no es mutuo, se parece al amor, pero es otra cosa.
Que se termina, a veces.
Que te da sensaciones raras en la panza.
Que nunca te completa, pero sí te parte.
No tiene buena fama el amor, pero todos lo buscan.
Te miro dormir y siento que sos la persona más linda del mundo. Y que si no lo fueras, igual te querría durmiendo al lado, por hacerme sentir que lo sos. Queda cursi, sabés. Pero a veces hay que ser cursi, digo. Porque de todas las millones de personas que están existiendo, vos sos la que me moviliza. Y en este momento, sabés, ahora, digo, sigue habiendo enfermedades, guerras, muertes, balas, policías reprimiendo, políticos estafando, pibes robando cosas que no querían robar, pibes disparando a personas que no querían ser robadas, sigue habiendo pibas secuestradas, y millones y millones de tipos y tipas infelices, asfixiado

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Tu mirada

Enviado por emily  Seguir

Cada vez que te veo,
Todo a mi alrededor se desvanese,
solo puedo verte a ti.

Cada vez que te acercas,
Mi corazon late más fuerte,
Siento que me va a estallar.

Me cautiva tu mirada,
Y no quiero dejar de verte jamas.

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