39 Poemas de dios
DIOS ES AMOR
Dios es Amor, Verdad inconfundible.
Dios es Amor. Y es tal su inmensidad,
que ante su Amor no existe el imposible,
y al pecador le ofrece eterna Paz.
Indigno soy de que El en mí pensara.
Yo sé que no merezco su perdón.
Mas con su Amor me limpia y fiel me ampara.
Su Gracia tengo cual precioso don.
Dios es Amor, y lo es, de tal manera,
que a Su Hijo dio por mi alma redimir,
y en cruz murió para que yo tuviera
en su mansión, eterno porvenir.
Dios es Amor. Mas lo que no comprendo,
es que el mortal rechace su Bondad.
Desprecie el don de Dios, y esté escogiendo
su perdición por propia voluntad.
Dios es Amor, y mi alma lo celebra
dando alabanzas a mi Salvador.
Por su Bondad cambió mi suerte negra,
y hoy brilla en mí la lumbre de su Amor.
CON DIOS
La vida en Dios es vida de aventura;
Vida llena de ensueño y de grandeza;
Rumbo heróico que apunta hacia la altura
Persiguiendo la gracia y la belleza.
La vida en Dios es fe de iluminado
En un perpetuo florecer de cumbre;
Es ser un siervo del mar, bañado
En el calor intenso de su lumbre.
La vida en Dios es ir por los caminos
Ardiendo el corazón, la mano abierta;
Y llenar de los cánticos divinos
La soledad estéril y desierta.
La vida en Dios es fuego y armonía;
Es salmo y es poema de Ternura
Que en la aspereza cruel de cada día
Va dejando la miel de su dulzura.
La vida en Dios es ruta dolorosa;
Es visión de la cruz, jalon de gloria:
Es pasar por la noche tenebrosa
Y despertar en alba de victoria...
FUE MUY TARDE PARA EL HOMBRE...
Fue muy tarde para el Hombre
pero temprano todavía para Dios
La Creación, impotente para ayudar
pero la plegaria quedaba de nuestro lado
Qué excelente el Cielo
cuando la Tierra no se puede tener
Que hospitalario, entonces, el rostro
de nuestro viejo vecino, Dios.
NADA ES DEMASIADO PEQUEÑO COMO PARA NO HACERSE PREGUNTAS
El grillo no se pregunta
si existe el cielo
o, si es que existe, si habrá espacio para él.
Es otoño. El romance ha acabado. Aun así, canta.
Si puede, entra en una casa
por el resquicio más pequeño de la puerta.
Entonces la casa se vuelve más fría.
Canta despacio y más despacio.
Y de pronto, nada.
Debe de significar algo, no sé qué.
Pero sin duda no significa
que no haya sido un excelente grillo
durante toda su vida.
¡ESCÚCHAME, SEÑOR!
Gracias te doy, oh Dios incomparable,
por tu Santa Palabra inmaculada,
en la cual me alumbró la llamarada
del fuego doctrinal del Admirable.
Salióme al paso en mi senda oscura
con todo su esplendor y su clemencia,
siendo mi Salvador por excelencia
al hacerme una nueva criatura.
Por eso en la hora sacrosanta
que sube mi oración Tu Trono,
recibe mi alabanza en el tono
que mi alma gozosa a Tí canta.
Hoy, al llegar la fecha señalada
en que cumplo, Señor, estos mis años,
olvidando los negros desengaños,
vivo en la paz de tu bondad sagrada.
Así, pues, apoyado en el glorioso
cayado del Mesías, del Ungido,
te diré con acento redimido
¡que sólo en Jesucristo soy dichoso!.
Amo a dios
Enviado por alesito1998 Seguir
Vida llena de ensueño y de grandeza;
Rumbo heróico que apunta hacia la altura
Persiguiendo la gracia y la belleza.
La vida en Dios es fe de iluminado
En un perpetuo florecer de cumbre;
Es ser un siervo del mar, bañado
En el calor intenso de su lumbre.
La vida en Dios es ir por los caminos
Ardiendo el corazón, la mano abierta;
Y llenar de los cánticos divinos
La soledad estéril y desierta.
La vida en Dios es fuego y armonía;
Es salmo y es poema de Ternura
Que en la aspereza cruel de cada día
Va dejando la miel de su dulzura.
La vida en Dios es ruta dolorosa;
Es visión de la cruz, jalon de gloria:
Es pasar por la noche tenebrosa
Y despertar en alba de victoria...
PENSANDO QUE MUERO
Vivo pensando que muero
cada instante de mi vida.
Puede ser, quizás el postrero;
La luz de mi candelero
puede extinguirse enseguida.
Eso me hace estar alerta.
Sí ... Porque en cualquier momento
Dios puede pedirme cuentas,
y ante su Santa Presencia
no podré decir: "Lo siento ..."
Por eso quiero vivir
muy despierto y preparado;
calibrando mi existir,
porque cuenta he de rendir
al que la vida me ha dado.
Sé bien que habré de esforzarme
en cumplir con mi deber,
y al hacerlo, cerciorarme
que Dios no ha de reprocharme
mi forma de proceder.
Lucho porque no hagan mella
en mí lo ruin y vicioso..
Evitando las querellas ...
Que al morir no queden huellas
de algo indigno y vergonzoso.
Y no es que morirme quiera ...
Cada vez que doy un paso,
lo he de dar de tal manera,
como si el último fuera,
para evitar el fracaso.
Reconozco, con tristeza,
que no logro el bien que quiero.
Pero aún en mi flaqueza
prosigo con entereza,
y al vivir, pienso que muero.
SIENTO A DIOS QUE CAMINA...
Siento a Dios que camina
tan en mí, con la tarde y con el mar.
Con él nos vamos juntos. Anochece.
Con él anochecemos. Orfandad...
Pero yo siento a Dios. Y hasta parece
que él me dicta no sé qué buen color.
Como un hospitalario, es bueno y triste;
mustia un dulce desdén de enamorado:
debe dolerle mucho el corazón.
Oh, Dios mío, recién a ti me llego,
hoy que amo tanto en esta tarde; hoy
que en la falsa balanza de unos senos,
mido y lloro una frágil Creación.
Y tú, cuál llorarás... tú, enamorado
de tanto enorme seno girador...
Yo te consagro Dios, porque amas tanto;
porque jamás sonríes; porque siempre
debe dolerte mucho el corazón.
NOCHE DE DICIEMBRE
Noche como esta, y contemplada a solas
no la puede sufrir mi corazón:
da un dolor de hermosura irresistible,
un miedo profundísimo de Dios.
Ven a partir conmigo lo que siento,
esto que abrumador desborda de mi;
ven a nacerme finito lo infinito
y a encarnar el angélico festín.
¡Mira ese cielo!… es demasiado cielo
para el ojo de insecto de un mortal,
refléjame en tus ojos un fragmento
que yo alcance a medir y a sondear.
Un cielo que responda a mi delirio
sin hacerme sentir mi pequeñez:
un cielo mío que me esté mirando
y que tan sólo a mi mirando esté.
Esas estrellas… ¡Ay, brillan tan lejos!
Con tus pupilas tráemelas aquí
donde yo pueda en mi avidez tocarlas
y apurar su seráfico elixir.
Hay un silencio en esta inmensa noche
que no es silencio, es místico disfraz
de un concierto inmortal. Por escucharlo,
mudo como la muerte el orbe está.
Déjame oírlo, enamorada mía
Al través de tu ardiente corazón:
sólo el amor transporta a nuestro mundo
las notas de la música de Dios.
Él es la clave de la ciencia eterna,
la invisible cadena creatriz
que une al hombre con Dios y con sus obras
y Adán a Cristo, y el principio al fin.
De aquel hervor de luz está manando
el rocío del alma. Ebrio de amor
y de delicia tiembla el firmamento,
inunda el creador la creación.
¡Si, el creador! Cuya grandeza misma
es la que nos impide verlo aquí,
pero que, como atmósfera de gracia
se hace entretanto por doquier sentir…
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