49 Poemas de la Luna
TRISTEZAS DE LA LUNA
Esta noche la luna sueña con más pereza,
Cual si fuera una bella hundida entre cojines
Que acaricia con mano discreta y ligerísima,
Antes de adormecerse, el contorno del seno.
Sobre el dorso de seda de deslizantes nubes,
Moribunda, se entrega a prolongados éxtasis,
Y pasea su mirada sobre visiones blancas,
Que ascienden al azul igual que floraciones.
Cuando sobre este globo, con languidez ociosa,
Ella deja rodar una furtiva lágrima,
Un piadoso poeta, enemigo del sueño,
De su mano en el hueco, coge la fría gota
como un fragmento de ópalo de irisados reflejos.
Y la guarda en su pecho, lejos del sol voraz.
ADVENIMIENTO
¡Oh luna, cuánto abril,
qué vasto y dulce el aire!
Todo lo que perdí
volverá con las aves.
Sí, con las avecillas
que en coro de alborada
pían y pían, pían
sin designio de gracia.
La luna está muy cerca,
quieta en el aire nuestro.
El que yo fui me espera
bajo mis pensamientos.
Cantará el mi señor.
En la cima del ansia.
Arrebol, arrebol.
Entre el cielo y las auras.
¿Y se perdió aquel tiempo
que yo perdí?. La mano
dispone, dios ligero,
de esta luna sin año.
LUNA
Enviado por pedriarroe2001 Seguir
Hoy me mira la luna
blanca y desmesurada
como aquellas sirenas
que brincan en el mar del
lago de las cinco flores
Es la misma de anoche
que me fortaleció e ilumino
de la noche a la mañana
mientras despertaba a la
realidad
Pero es otra que nunca
fue tan grande,tan palida
y tan blanca jamás admirable
Tiemblo como las luces que,
la ven caer una vez desaparezca
al amanecer
Tiemblo como los ojos
hacen temblar las lagrimas
Tiemblo como las aves
hacen temblar los árboles
Tiemblo como la piel
hace temblar el alma
Oh! la luna y las sirenas
han caído; ahora quien
se ocupará de mí en ese
instante
Su luz y su cuidado
Jamás volverán a ser igual
y mi alma necesita de su
pureza y lealtad
para poder continuar
¡Luna de la realidad,
Luna de mi vida,
Luna del resplandor,
Luna de mi felicidad!
AUTOR:Pedro José Arroyave
PIERROT BORRACHO
En las calles de la feria
de la feria desierta
sólo la luna llena
blanquea y clarea
las noches de la feria
en la noche entreabierta.
Sólo la luna alba
blanquea y clarea
la tierra calva
de abandono y alba
alegría ajena.
Ebria blanquea
como por la arena
en las calles de feria,
de la feria desierta
en la noche ya llena
de sombra entreabierta.
La luna boquea
en las calles de feria
desierta e incierta.
Noche de Luna
Que hermosa y secreta está la noche
bañada de luz en conjuro con Selene,
radiante de blancos rayos que ordenen
volcar pasiones y fuego sin reproche.
Cobijados y escondidos nos besamos temerosos
pasando la frontera de lo prohibido,
la noche cómplice del encuentro fogoso
sin pasado ni tiempo ahoga el gemido.
Es nuestra noche que llevamos oculta
en horas nocturnas y brisa fría,
dentro del corazón acelerado sin tregua
por amar en la sombra con alevosía.
gbl
Alma del Poeta
02/02/2017
Derechos Reservados de Autor
FUE TAN FÁCIL ENAMORARME DE TI...
fue tan fácil enamorarme de ti, tú siempre dándome vueltas, mostrándome diferentes perfiles y como no amarte si al levantar la vista eras lo primero en el universo coqueta, paciente, protectora, bella redonda, en ti podía tallar toda mi historia gracias a tu grandeza me convertí en el alfarero del tiempo las noches sin ti eran oscuras pero al cerrar los ojos venías nuevamente a mi siempre te veía en todo te buscaba sé que te tendré por la eternidad que dicha, que gravedad yo hijo de la tierra confieso mi amor por usted querida luna y si celoso el sol decide no mostrarte más recuerde que es su luz quien penetra en mi corazon
Emm
TRIUNFO DEL AMOR
Brilla la luna entre el viento de otoño,
en el cielo luciendo como un dolor largamente sufrido.
Pero no será, no, el poeta quien diga
los móviles ocultos, indescifrable signo
de un cielo líquido de ardiente fuego que anegara
las almas,
si las almas supieran su destino en la tierra.
La luna como una mano,
reparte con la injusticia que la belleza usa,
sus dones sobre el mundo.
Miro unos rostros pálidos.
Miro rostros amados.
No seré yo quien bese ese dolor que en cada rostro asoma.
Sólo la luna puede cerrar, besando,
unos párpados dulces fatigados de vida.
Unos labios lucientes, labios de luna pálida,
labios hermanos para los tristes hombres,
son un signo de amor en la vida vacía,
son el cóncavo espacio donde el hombre respira
mientras vuela en la tierra ciegamente girando.
El signo del amor, a veces en los rostros queridos
es sólo la blancura brillante,
la rasgada blancura de unos dientes riendo.
Entonces sí que arriba palidece la luna,
los luceros se extinguen
y hay un eco lejano, resplandor en oriente,
vago clamor de soles por irrumpir pugnando.
¡Qué dicha alegre entonces cuando la risa fulge!
Cuando un cuerpo adorado;
erguido en su desnudo, brilla como la piedra,
como la dura piedra que los besos encienden.
Mirad la boca. Arriba relámpagos diurnos
cruzan un rostro bello, un cielo en que los ojos
no son sombra, pestañas, rumorosos engaños,
sino brisa de un aire que recorre mi cuerpo
como un eco de juncos espigados cantando
contra las aguas vivas, azuladas de besos.
El puro corazón adorado, la verdad de la vida,
la certeza presente de un amor irradiante,
su luz sobre los ríos, su desnudo mojado,
todo vive, pervive, sobrevive y asciende
como un ascua luciente de deseo en los cielos.
Es sólo ya el desnudo. Es la risa en los dientes.
Es la luz o su gema fulgurante: los labios.
Es el agua que besa unos pies adorados,
como un misterio oculto a la noche vencida.
¡Ah maravilla lúcida de estrechar en los brazos
un desnudo fragante, ceñido de los bosques!
¡Ah soledad del mundo bajo los pies girando,
ciegamente buscando su destino de besos!
Yo sé quien ama y vive, quien muere y gira y vuela.
Sé que lunas se extinguen, renacen, viven, lloran.
Sé que dos cuerpos aman, dos almas se confunden.
LA LUNA DURMIÓ CONMIGO
Esta noche la luna no quiere que yo duerma.
Esta noche la luna saltó por la ventana.
Y, novia que se quita su ropa de azahares,
toda ella desnuda, se ha metido en ml cama.
Viene de lejos, viene de detrás de las nubes,
oreada de sol y plateada de agua.
Viene que huele a besos: quizá, esta misma noche,
la enamoró el lucero galán de la mañana.
Viene que sabe a selva: tal vez, en el camino,
la curva de su cola rozó con la montaña.
Viene recién bañada: acaso, bajo el bosque,
al vadear el arroyo, se bañó en la cascada.
Viene a dormir conmigo, a que la goce y bese,
y a cantar la mentira de que a ml solo me ama.
Y como yo, al oírla, por vengarme, le digo
"mi amor es como el tuyo", ella se ha puesto pálida.
Ella se ha puesto pálida, y al besarme la boca,
me ilumina las sienes el temblor de sus lágrimas.
Ahora ya sé que ella, la que en suntuosas noches
da su cuerpo desnudo, a ml me ha dado el alma.
Escritora
Enviado por daybella124 Seguir
Poemas del amor y sus efectos secundarios, entre otros géneros que me apasionan.
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