43 Poemas de dolor
LO QUE SIENTO POR TI
Lo que siento por ti es tan difícil.
No es de rosas abriéndose en el aire,
es de rosas abriéndose en el agua.
Lo que siento por ti. Esto que rueda
o se quiebra con tantos gestos tuyos
o que con tus palabras despedazas
y que luego incorporas en un gesto
y me invade en las horas amarillas
y me deja una dulce sed doblada.
Lo que siento por ti, tan doloroso
como pobre luz de las estrellas
que llega dolorida y fatigada.
Lo que siento por ti, y que sin embargo
anda tanto que a veces no te llega.
AYER VENDRÁ
La tarde va a morir; en los caminos
se ciega triste o se detiene un aire
bajo y sin luz; entre las ramas altas,
mortal, casi vibrante,
queda el último sol; la tierra huele,
empieza a oler; las aves
van rompiendo un espejo con su vuelo;
la sombra es el silencio de la tarde.
Te he sentido llorar: no sé a quién lloras.
Hay un humo distante,
un tren, que acaso vuelve, mientras dices:
Soy tu propio dolor, déjame amarte.
DESVELOS Y RECUERDOS
Tu imagen ata en la noche el desvelo,
flagelo profundo en la noche negra.
Tu sencillo recuerdo tamborea
música de latidos y de duelo
Restos de huellas, invisible al olvido
soy bajo el confuso tejado oscuro.
Vaso de cicatrices la memoria,
Luz perpleja de un faro perdido
Fui de tu mano alegría y batalla
hora de los brillos de tu sonrisa,
y donde el duro deber construía
Frente al deseo infinita muralla
Atado de cadenas mis latidos
hicieron de secretos mis suspiros
En tu presencia caminaba
sobre el olvido mi tristeza.
Tu mano dulce blanqueaba
Pesadas sombras que ocultaba
Tuve que enterrar mi latido
Y que su lengua no despierte
el ruido que todo lo calla.
Silencio que honré enmudecido
Quise contarte mi deseo.
Tu aliento me ahogó en suspiros,
tu bandera me izó en conquistas
fue tu vida, mi coliseo.
Mi corazón calló secretos
Porque no emergieran del suelo
Miradas con canto de espadas
Que hacen con gemidos sonetos
Porque no supieran mi ensueño
Y por ocultar mis latidos,
me hice en nieblas y laberintos
Y me encaminé por inviernos
El dolor llamó a la distancia
que con sus manos de frío hielo
Tejió sobre mi inerte estatua
dorada paz, sombría ausencia
Atado de cadenas mis latidos
hicieron de secretos mis suspiros
El reloj ya celebra la hora,
de las cosas ya brota su luz.
Se hunde el teatro de la noche,
Parte el sueño y la vida aflora
Por la ventana ya cantan los violines del alba
El aire flota con levedad,
Su dureza ya no me aplasta.
Respira corazón herido
de ausencia y mudo de soledad
Por la ventana ya cantan los violines del alba
POEMA XVI
Cuando me lo contaron sentí el frío
de una hoja de acero en las entrañas,
me apoyé contra el muro, y un instante
la conciencia perdí de dónde estaba.
Cayó sobre mi espíritu la noche
en ira y en piedad se anegó el alma
¡y entonces comprendí por qué se llora!
¡y entonces comprendí por qué se mata!
Pasó la nube de dolor... con pena
logré balbucear breves palabras...
¿Quién me dio la noticia?... Un fiel amigo...
Me hacía un gran favor... Le di las gracias.
El Sauce llorón.
Cuando, su alma estuvo triste,
inmersa en su dolor,
solo estuvo a su lado,
el Sauce llorón...
con sus infinitas almas,
y hojas de plata...
le dieron consuelo,
a su corazón.
DOLOR
Tras unos ojos negros,
dentro de una mirada,
ira y desorden ciegos
deseaban volcarse
para dañar mi vida.
Pero ¿qué son los sucios
charcos de otras conciencias?
¿Qué son y adónde alcanzan?
Yo, que hubiera querido
sentirme niño siempre
bajo la protección de aquellos ojos,
ahora sólo me importa
no pisar su destello
entre tanta miseria
como a mis pies existe.
Crecí sin saber cómo.
Hay dolor en la altura
del bien y el desengaño.
Hubiera preferido,
a esta soledad fría,
una ignorancia cómplice
al nivel de la tierra.
A LA MORFINA
Toma, si hiciese falta, Doctor, las alas de Mercurio
¡Para traerme lo más pronto posible tu precioso bálsamo!
Ha llegado el momento del pinchazo,
Que, de esta cama infernal, me lleve hacia los Cielos.
Gracias, Doctor, gracias, que importa que la cura
Ahora se prolongue durante aburridos días
¡El divino bálsamo esta allí, tan divino que Epicuro
hubiera debido inventarlo para el uso de los Dioses!
¡Siento que circula, que me penetra!
Del espíritu y del cuerpo un inexplicable bienestar,
es la calma absoluta en la serenidad.
Ah, pínchame cien veces con tu fina aguja
Y te bendeciré cien veces, Santa Morfina,
De la cual Esculapio haya hecho una Divinidad.
Tu Ausencia
Te busco en las horas frías,
en la multitud que camina de prisa,
en el paso lento, errático sin norte ni sur.
Te busco desesperado, en el silencio,
en el ruido, en el transitar del tiempo,
la espera es inútil, estoy solo sin ti.
Despierto y no estás a mi lado, no llegas,
dejaste soledad y un vacío en mi vida.
Solo y sin ti, mas solo en cualquier lugar,
en el más apartado, en el más cercano.
En un rincón del alma está tu presencia
y también tu ausencia oculta.
¿Dónde estás? te busco y no te encuentro.
¿Serán cosas del amor, de todos los días?
sé que llegarás, empezaremos de nuevo,
cierra la página y tira el libro al traste.
Compensa mi sufrir, dame vida y amor.
Calma esta angustia, calma mi dolor.
gbl
29/11/2017
Derechos Reservados de Autor
QUÉ IMPORTA QUE TU PUÑAL
¿Qué importa que tu puñal
se me clave en el riñón?
¡Tengo mis versos, que son
más fuertes que tu puñal!
¿Qué importa que este dolor
seque el mar, y nuble el cielo?
El verso, dulce consuelo,
nace alado del dolor.
Demasiado tarde
Es demasiado tarde para salvarme, veo un lago de tinta roja brotar de mi cuerpo, veo las luces lentamente apagarse, al fin mi ser se dio por vencido y quiso ceder, cometí el acto mas cobarde pero a la vez valiente.
Decidí darle fin a todo de una estúpida forma, noto como el agua de la tina se tiñe de rojo y siento lo liviano que se vuelve mi cuerpo, veo como la bella muerte se acerca para llevarse mi alma con un beso y deja mi cuerpo en este mundo gigante y cambiante.
Me canse de noche tras noche en el tejado de este gran y solitario lugar llorar sin cesar, por primera vez en años me siento aliviada, siento tranquilidad.
Le ruego a la muerte que me deje descansar. "Oh bella e inhumana muerte ven a mi ya, llévate mi alma a un lugar donde todo sea paz". Me convertí en mi infierno y en mi cárcel y esta era la única forma de no morir en mi soledad, me solté de las cadenas que me llevaban al fondo del dolor, para salir a relucir como alguien que lucho.
-Sam (Ghostgirl - Darkhell)
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