10 Poemas de Günter Grass
CANCIÓN INFANTIL
¿Quién ríe, se ha reído?
Pues sí que se ha lucido.
Se ríe y han creído
que su razón ha habido.
¿Quién llora o ha llorado?
Llorar se ha terminado.
Si llora, por sentado,
que hay algo que ha ocultado.
¿Quién habla o se ha callado?
Si calla es denunciado.
Y si habla, ha silenciado
por qué al final ha hablado.
¿Quién juega tan temprano?
Si juega será en vano,
Ya se quemó la mano
con ese juego insano.
¿Quién muere, quién se ha muerto?
Quien muere, llega a puerto.
Si muere, ten por cierto,
que el caso queda abierto.
AMOR
Es esto:
Transacciones sin efectivo.
La manta siempre un poco corta.
El contacto flojo.
Buscar más allá del horizonte.
Rozar con cuatro zapatos las hojas muertas
y frotar mentalmente pies desnudos.
Arrendar y tomar en arriendo corazones;
o en la habitación con ducha y espejo,
en un coche alquilado, con el capó hacia la luna,
dondequiera que la inocencia se baja
y quema su programa,
suena la palabra en falsete,
cada vez diferente y nueva.
Hoy, ante la taquilla aún cerrada,
susurran, de la mano,
el avergonzado viejo y la vieja delicada.
La película prometía amor.
ESTADIO DE NOCHE
Lentamente ascendió el balón en el cielo.
Entonces se vio que estaba lleno el graderío.
En la portería estaba el poeta solitario,
pero el árbitro pitó fuera de juego.
INUNDACIÓN
Esperamos que cese la lluvia,
aunque nos hemos acostumbrado
a permanecer invisibles, tras la cortina.
La cuchara es colador ahora y nadie se atreve ya
a extender la mano.
Muchas cosas flotan por las calles,
cosas bien escondidas en tiempo seco.
¡Qué penoso ver las sábanas usadas del vecino!
Vamos a menudo al indicador de nivel
y comparamos, como relojes, nuestras cuitas.
Algunas cosas pueden regularse.
Pero cuando los aljibes se desborden y se colme la medida que heredamos
tendremos que ponernos a rezar.
El sótano está sumergido, hemos subido las cajas
y comprobamos con la lista el contenido.
Todavía no se ha perdido nada...
Como es seguro que las aguas bajarán pronto
hemos empezado a coser sombrillitas.
Será muy duro volver a cruzar la plaza,
claramente, con sombra de plomo.
Al principio echaremos de menos la cortina
y bajaremos al sótano a menudo
para contemplar la marca
que las aguas nos legaron.
AL FINAL TRES DESEOS
Ven, baila conmigo mientras aún aliente
y exista de suelas arriba.
Lo que de cambiar el paso he aprendido desde mi infancia
me sigue siendo conocido, como la palma de la mano,
pero a menudo, en la pantorrilla izquierda siento un golpeteo,
un dolor que se me va cuando estoy quieto.
Te pido pues una pausa de tolerancia
hasta que esté ágil para la otra danza.
Ven, acuéstate conmigo, mientras esté erecto lo que más me importa
y se dé importancia, como si estuviera puesto a prueba,
algo que en todo el mundo funciona según estadísticas:
cerca del círculo polar, en el desierto de Gobi incluso los ancianos
hacen el coito antes de expirar
y buscan el placer a cualquier precio.
Comprende, pues, la paciencia es un apoyo
antes de que él -te extrañas- llegue al hoyo.
Ven, mírame: a ver si sé hacer el pino
y al verlas al revés reconozco las cosas,
igual que antes siempre mirando desde arriba, como una jirafa,
y desde abajo, de través, como gusano humano,
todo cuadraba para mí: lo que impedía ser feliz
y qué era primero en el mundo: el huevo o la gallina.
Haciendo el pino, pues, en esta posición
-compréndelo- parezco un signo de interrogación.
Ven pues, acuéstate, baila, pásmate y mira
de qué soy yo aún capaz con humor y sin ira.
FELICIDAD
Un autobús vacío
se precipita en la noche cuajada de estrellas.
Tal vez cante su conductor
sintiéndose feliz.
AMOR EN AGOSTO
Cuando los dos juntos
entre las arañas y debajo de las arañas,
nos vamos, con muchos miembros, a la red,
que, hecha en casa,
me coge a ti y a mí,
somos
el uno
presa
del otro.
FUERTES GOLPES
Primero tintinearon los vasos,
luego nosotros, a dos voces,
pero nada se hizo añicos.
ASUNTOS DE FAMILIA
En nuestro museo—vamos todos los domingos—,
han inaugurado una sección nueva.
Nuestros hijos abortados, embriones pálidos y serios,
se acurrucan en simples tarros de cristal,
preocupados por el futuro de sus padres.
TANGO MORTALE
Orden, como desde arriba: el cuerpo que huye el cuerpo,
estirado, está en fuga,
así es como esto nos arrebata.
Ningún abismo, pero una vastedad a la que,
como si hubiera espejos alrededor,
lanzamos miradas que se pierden.
Y luego, ordenado: volver hacia dentro.
Nos movemos en el sitio, en lo más interior del sitio
y seguimos el compás.
Caídas contadas, las casi-caídas,
los pasos que siguen, vacilan, retrasan,
arrastran, posponen el fin.
¡No muere, no muere! Este yo de dos,
en tanto que el tango, el tango mortale
siga una forma de paso.
Con lo que queda de aliento en la fiesta sin nadie.
Los dos se celebran, y al final, no obstante,
esperan aplausos.
El dolor es sólo máscara. En disfraz nos deslizamos
en pista sin límite, pisándole a la muerte los talones
y a nosotros también.
Desde el 1 hasta el 10 de un total de 10 Poemas de Günter Grass