Poemas
Aquí, en la portada, puedes leer los 100 mejores poemas de siempre, según vuestros votos, separados en dos listas: 50 son de autores consagrados, y los otros 50 de usuarios. Tiene mucho mérito aparecer en esta selección, así que si te esfuerzas a lo mejor te puntúan tan bien que sales aquí. ¡No dejes de intentarlo!
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VIVO UNA VIDA SIMPLE
Vivo una vida simple, ay de mí,
en un destino rústico,
queriendo oír rumores de asamblea
y de consejo, oh Agesilaidas,
lo que tuvo mi padre, y el padre de mi padre,
mientras envejecían entre estos ciudadanos
malos unos con otros;
de lo que me han echado
y huyo hasta este confín, como Onimacles,
hasta este sitio, guarida de lobos,
lejos de la batalla, que no es lo más acorde con el fuerte
abandonar la sedición.
… Y hacia el recinto de los venturados dioses
… ando sobre la negra tierra
… con éstas…
… habito con mis pies lejos de las desgracias
allí donde las lesbias de largos peplos marchan
a lidiar en belleza, y suena en torno
un inefable eco femenino:
santo griterío anual.
A JUÁREZ
Sobria de barro indígena la verdad de tu vida.
Tuvo niñez de espigas y maduró en maíz.
Ganaste tu destino por la oveja perdida
y le diste a los árboles una nueva raíz.
Yo miro junto a un lago tu pobreza zurcida
y la mano del día que te dio su barniz.
La justicia en tus labios sus torres consolida
y tu solemnidad tiene un aire feliz.
Eres el Presidente vitalicio, a pesar
de tanta noche lúgubre. La República es mar
navegable y sereno si el tiempo te consulta.
Y si una flor silvestre puedo dejarte ahora
es porque el pueblo siente que en su esperanza adulta
tu fe le dará cantos para esperar la aurora.
DEL SILENCIO IMPOSTADO
Nos mandan a callar.
Nos quieren cobardes y sumisos,
mas no entienden nada.
No saben que vivimos de ilusión
de sonrisas y de esperanza.
Y que por mucho que pase el tiempo,
o que crezcan las amenazas,
no desaparecerá el orgullo que han herido.
No se pierde la voluntad,
sino que se hace más fuerte.
Ni con mentiras, ni con migajas.
nos podrán convencer.
Porque hemos estado allí,
porque somos sus radicales
porque somos sus delincuentes.
Nos quieren cobardes,
dóciles, sumisos.
Pero nos encontraran siempre delante.
Siempre enfrente.
HE ANDADO MUCHOS CAMINOS
He andado muchos caminos,
he abierto muchas veredas;
he navegado en cien mares,
y atracado en cien riberas.
En todas partes he visto
caravanas de tristeza,
soberbios y melancólicos
borrachos de sombra negra,
y pedantones al paño
que miran, callan, y piensan
que saben, porque no beben
el vino de las tabernas.
Mala gente que camina
y va apestando la tierra...
Y en todas partes he visto
gentes que danzan o juegan,
cuando pueden, y laboran
sus cuatro palmos de tierra.
Nunca, si llegan a un sitio,
preguntan a dónde llegan.
Cuando caminan, cabalgan
a lomos de mula vieja,
y no conocen la prisa
ni aun en los días de fiesta.
Donde hay vino, beben vino;
donde no hay vino, agua fresca.
Son buenas gentes que viven,
laboran, pasan y sueñan,
y en un día como tantos,
descansan bajo la tierra.
AMOR Y AUSENCIA
¡Que dulce sabe el amor
tras el dolor de la ausencia
cuando hay fiel correspondencia
entre amada y amador!
Cuando, en su separación,
cual la amante aguja esclava
del Norte, siempre apuntaba,
uno al otro corazón;
Cuando el sol que alumbra el día,
¡día de eterno desearse!
tan sólo para buscarse
al uno y otro servía,
Y la enamorada bella
soñaba sueños de miel
con su amado, y jamás él
soñaba sino con ella.
Cuando sordos los oídos
y los ojos con ceguera,
cuando de su amor no fuera
les hablaba sin sentidos.
Y querrían que hasta el viento,
en todo tiempo y lugar
les hablara sin cesar
de su único pensamiento…
Y la más preciosa estrella
y el más bello ángel de Dios
era feo para los dos,
porque no era ni él ni ella.
Porque fuera de su amor,
no había mundo ni vida
y era hermosura perdida
cuanto más hizo el Señor.
No vuelvas ni a mi memoria
¡o infierno del mal ausente!
Con razón dice el creyente
que ver a Dios es la gloria:
que el infinito consuelo
que siento al volverte a ver,
me dice cual ha de ser
el de ver al Dios del Cielo.
¡Oh Dios! Hasta en tu rigor
reconozco tu clemencia.
Por tu bondad es la ausencia
resurrección del amor.
¡Tu no sabes, vida mía,
cuan bella te encuentro ahora
y como te ama y te adora
el que apenas te quería!
Como el campo al redimido
bajo de un cielo esplendente,
o como al convaleciente
el bocado apetecido.
EL POETA A SU AMADA
Amada, en esta noche tú te has crucificado
sobre los dos maderos curvados de mi beso;
y tu pena me ha dicho que Jesús ha llorado
y que hay un viernesanto más dulce que ese beso
En esta noche rara que tanto me has mirado
la Muerte ha estado alegre y ha cantado en su hueso
En esta noche de septiembre se ha oficiado
mi segunda caída y el más humano beso
Amada, moriremos los dos juntos, muy juntos;
se irá secando a pausas nuestra excelsa amargura;
y habrán tocado a sombra nuestros labios difuntos
Y ya no habrá reproches en tus ojos benditos
ni volveré a ofenderte. Y en una sepultura
los dos dormiremos, como dos hermanitos.
ESO ERA AMOR
Te veía
llegar,
cruzar la puerta,
darme un besazo en el morro,
mirarme a los ojos
de esa manera única,
como solo tú miras
a los ojos: rompiendo el calendario.
Te veía
hacer esas cosas sencillas
que tú haces
para que el mundo
entre en razón;
y no sabía
a quién
darle las gracias.
DOS Y DOS SON CUATRO BESOS
Dos y dos son cuatro besos.
Seis y seis son muchos más.
Pero a ti, niña bonita,
un ciento te quiero dar.
Tienes ojos embrujados
que parecen de cristal;
tienes labios de amapola
que siempre quise besar.
Cinco y cinco son diez besos.
Diez y diez son muchos más.
Pero a ti, niña bonita,
un millón te quiero dar.
HIMNO AL ÁRBOL
Árbol hermano, que clavado
por garfios pardos en el suelo,
la clara frente has elevado
en una intensa sed de cielo;
hazme piadoso hacia la escoria
de cuyos limos me mantengo,
sin que se duerma la memoria
del país azul de donde vengo.
Árbol que anuncias al viandante
la suavidad de tu presencia
con tu amplia sombra refrescante
y con el nimbo de tu esencia:
haz que revele mi presencia,
en las praderas de la vida,
mi suave y cálida influencia
de criatura bendecida.
Árbol diez veces productor:
el de la poma sonrosada,
el del madero constructor,
el de la brisa perfumada,
el del follaje amparador;
el de las gomas suavizantes
y las resinas milagrosas,
pleno de brazos agobiantes
y de gargantas melodiosas:
hazme en el dar un opulento
¡para igualarte en lo fecundo,
el corazón y el pensamiento
se me hagan vastos como el mundo!
Y todas las actividades
no lleguen nunca a fatigarme:
¡las magnas prodigalidades
salgan de mí sin agotarme!
Árbol donde es tan sosegada
la pulsación del existir,
y ves mis fuerzas la agitada
fiebre del mundo consumir:
hazme sereno, hazme sereno,
de la viril serenidad
que dio a los mármoles helenos
su soplo de divinidad.
Árbol que no eres otra cosa
que dulce entraña de mujer,
pues cada rama mece airosa
en cada leve nido un ser:
dame un follaje vasto y denso,
tanto como han de precisar
los que en el bosque humano, inmenso,
rama no hallaron para hogar.
Árbol que donde quiera aliente
tu cuerpo lleno de vigor,
levantarás eternamente
el mismo gesto amparador:
haz que a través de todo estado
—niñez, vejez, placer, dolor—
levante mi alma un invariado
y universal gesto de amor!
Desde el 1511 hasta el 50 de un total de 50 Poemas
