Poemas 

Así funciona Yavendrás: En el menú, tienes un montón de poemas de escritores célebres clasificados por categorías (amor, amistad,...) y también la sección "Vuestros poemas" con TODO el contenido que vais subiendo: visítala para estar al tanto de lo que publica la comunidad.

Aquí, en la portada, puedes leer los 100 mejores poemas de siempre, según vuestros votos, separados en dos listas: 50 son de autores consagrados, y los otros 50 de usuarios. Tiene mucho mérito aparecer en esta selección, así que si te esfuerzas a lo mejor te puntúan tan bien que sales aquí. ¡No dejes de intentarlo!

Si quieres buscar el contenido clasificado por autor, visita nuestra sección de Autores
 TOP50 Usuarios TOP50 Yavendrás

TENGO MIEDO DE TI...

Tengo miedo de ti,
de mí,
del mundo, del aire,
del amor, de la sombra.
Tengo miedo de todo.
¡Tengo miedo del miedo!
Tengo miedo a caer
sin nombre,
sin memoria y sin cuerpo,
en la eternidad
del olvido y del silencio.

¿Para qué soy
si para siempre dejaré de serlo?

Autor del poema: Elías Nandino

81.45%

votos positivos

Votos totales: 4010

Comparte:

EL VERSO SUTIL QUE PASA O SE POSA

El verso sutil que pasa o se posa
Sobre la mujer o sobre la rosa,
Beso puede ser, o ser mariposa.

En la fresca flor el verso sutil;
El triunfo de amor en el mes de abril:
Amor, verso y flor, la niña gentil.

Amor y dolor. Halagos y enojos.
Herodías ríe en los labios rojos.
Dos verdugos hay que están en los ojos.

¡Oh, saber amar es saber sufrir!
Amar y sufrir, sufrir y sentir,
Y el hacha besar que nos ha de herir…

¡Rosa de dolor, gracia femenina;
Inocencia y luz, corola divina!
Y aroma fatal y cruel espina…

Líbranos, Señor, de abril y la flor
Y del cielo azul y del ruiseñor,
De dolor y amor, líbranos, Señor.

Autor del poema: Rubén Darío

81.45%

votos positivos

Votos totales: 372

Comparte:

COPA CON ALAS

Una copa con alas: ¿quién la ha visto
antes que yo? Yo ayer la vi. Subía
con lenta majestad, como quien vierte
óleo sagrado: y a sus bordes dulces
mis regalados labios apretaba:
¡Ni una gota siquiera, ni una gota
del bálsamo perdí que hubo en tu beso!

Tu cabeza de negra cabellera
¿Te acuerdas?? con mi mano requería,
porque de mí tus labios generosos
no se apartaran. Blanda como el beso
que a ti me transfundía, era la suave
atmósfera en redor: La vida entera
sentí que a mí abrazándote, ¡abrazaba!
¡Perdí el mundo de vista, y sus ruidos
y su envidiosa y bárbara batalla!
Una copa en los aires ascendía
y yo, en brazos no vistos reclinado
tras ella, asido de sus dulces bordes:
¡Por el espacio azul me remontaba!

Oh amor, oh inmenso, oh acabado artista:
en rueda o riel funde el herrero el hierro:
una flor o mujer o águila o ángel
en oro o plata el joyador cincela:
¡Tú sólo, sólo tú, sabes el modo
de reducir el Universo a un beso!

Autor del poema: José Martí

81.43%

votos positivos

Votos totales: 280

Comparte:

CUAL VEMOS DEL ROSADO Y RICO ORIENTE

Cual vemos del rosado y rico oriente
la blanca y dura piedra señalarse
y en todo, aunque pequeña, aventajarse
a la mayor del Cáucaso eminente,

tal este (humilde al parecer) presente
puede y debe mirarse y admirarse,
no por la cantidad, mas por mostrarse
ser en su calidad tan excelente.

El que navega por el golfo insano
del mar de pretensiones verá al punto
del cortesano laberinto el hilo.

¡Felice ingenio y venturosa mano
qu'el deleite y provecho puso junto
en juego alegre, en dulce y claro estilo!

81.43%

votos positivos

Votos totales: 210

Comparte:

BAJO TIERRA ESTARÁS

Bajo tierra estarás,
nunca de ti,
muerta, memoria habrá

ni añoranza; que a ti
de este rosal
nada las Musas dan;

ignorada también,
tú marcharás
a esa infernal mansión,

y volando errarás,
siempre sin luz,
junto a los muertos tú.

Autor del poema: Safo

81.41%

votos positivos

Votos totales: 468

Comparte:

ESCUELA

Oí tocar a los grandes violinistas del mundo,
a los grandes "virtuosos".
Y me quedé maravillado.
¡Si yo tocase así!... ¡Como un "Virtuoso"!
Pero yo no tenía
escuela
ni disciplina
ni método...
Y sin estas tres virtudes
no se puede ser "Virtuoso".
Me entristecí.
Y me fui por el mundo a llorar mi desdicha.
Una día oí... en un lugar... no sé cuál...
"Sólo el virtuoso puede ver un día la cara de Dios".
Yo sé que la palabra "Virtuoso"
tiene un significado equívoco, anfibológico,
pero, de una o de otra manera, pensé,
yo no seré nunca un "Virtuoso"...
y me fui por el mundo a llorar mi desdicha.

Anduve... anduve... anduve...
descalzo muchas veces,
bajo la lluvia y sin albergue...
solitario.
Y también en el carro itinerario
más humilde de la farándula española.
Así recorrí España.
Vi entonces muchos cementerios,
y aprendí cómo se llora
en los distintos pueblos españoles.
Blasfemé.
Viví tres años en la cárcel…
no como prisionero político,
sino como delincuente vulgar...
Comí el rancho de castigo
con ladrones y grandes asesinos...
Crucé diversos países y continentes;
viajé en la bodega de los barcos,
les oí contar sus aventuras a los marineros
y su historia de hambre a los miserables emigrantes.
He dormido muchas noches, años, en el África Central,
allá, en el Golfo de Guinea,
en la desembocadura del Muni,
acordando el ritmo de mi sangre
con el golpe seco, monótono y tenaz
del tambor prehistórico africano
de tribus indomables.
He visto a un negro desnudo
recibir cien azotes con correas de plomo
por haber robado un viejo sombrero de copa
en la factoría del Holandés.
Vi parir a una mujer
y vi parir a una gata.
y parió mejor la gata;
vi morir a un asno
y vi morir a un capitán.
y el asno murió mejor que el capitán.
Y ese niño,
¿por qué ha llorado toda la noche ese niño?
No es un niño, es un mono —me dijeron.
Y todos se rieron de mí.
Yo fui a comprobarlo
y era un mono pequeño en efecto,
pero lloraba igual que un niño,
más desgarrada, más dolorosamente que todos los niños
que yo había oído llorar en el mundo.
El Sargento me explicó:
—Anoche en el bosque matamos al padre y a la madre,
y nos trajimos al monito.
¡Cómo lloraba el monito!
Estuve en una guerra sangrienta,
tal vez la más sangrienta de todas.
Viví en muchas ciudades bombardeadas,
caminé bajo bombas enemigas que me perseguían,
vi varios palacios derruidos, sepultando
entre sus escombros niños y mujeres inocentes.
Una noche conté cientos de cadáveres
buscando a un amigo muerto.
Viví en manicomios y hospitales.
Estuve en un leprosario
(junto al lago petrolífero y sofocante de Maracaibo),
me senté a la misma mesa que los leprosos.
Y un día me acordé del Cid
y les di la mano a todos,
sin guantelete,
no tenía otra cosa que darles.
He dormido sobre el estiércol de las cuadras,
en los bancos municipales
y he recostado mi cabeza en la soga de los mendigos.
Y esta llaga que llevo aquí escondida
—desde mozo, hace 60 años—,
que sangra, que supura, no se cierra
y no puedo enseñarla por pudor.
No es herida gloriosa de guerra...
¡Pero hay llagas redentoras!

Y una vez... alguien me llevó ciego
a un lugar de pesadilla.. .
de bicéfalos monstruos.
¿Alguien?...
¿o fue el veneno antiguo y poderoso de mi sangre
que está ahí, agazapado como un tigre,
se levanta a veces, deforma el Amor
y me deja sin defensa
en un mundo subyugante, satánico y angélico a la vez,
donde se pierde al fin la voluntad
y uno ya no puede decir quién quiere que venza,
si la luz o la sombra?
Sin embargo,
aquella vez vencieron y me salvaron los ángeles...
Pero yo no fui un soldado valiente.
¡Oh el amor, el amor...! ¡Qué formas toma a veces!
¿Por qué ha de ser así?
¿Por qué este veneno de la sangre está ahí siempre,
agazapado como un tigre, y no se va,
y a veces se levanta, y lucha...
y, ¡ay!, puede más que los ángeles?
Volví a blasfemar.
Y otra vez,
desesperado,
quise escaparme por la puerta maldita y condenada
y mi ángel de la guarda me tomó por los hombros
y me dijo severo: no es hora todavía...
hay que esperar.
Y esperé.
Y sufrí,
y lloré otra vez.
He visto llorar a mucha gente en el mundo
y he aprendido a llorar por mi cuenta.
El traje de las lágrimas
le he encontrado siempre cortado a mi medida.

Viví en Norteamérica seis años, buscando a Whitman,
y no lo encontré. Nadie le conocía.
Hoy tampoco le conocen.
¡Pobre Walt!, tu palabra "Democracy"
la ha pisoteado el Ku-Klux-Klan.
y "aquella guerra", ¡ay!,
la perdisteis los dos:
Lincoln y tú.

Llegué a México
montado en la cola de la Revolución.
Corría el año 23...
aquí planté mi choza,
aquí he vivido muchos años,
aquí he vivido,
he llorado,
he gritado,
he protestado
y me he llenado de asombro.
He presenciado monstruosidades y milagros:
aquí estaba cuando mataron a Trotsky
y cuando asesinaron a Villa,
cuando fusilaron a 40 generales juntos...
y aquí he visto a un indito,
a todo México
arrodillado llorando ante una flor.

He acompañado a la muerte muchas veces:
la vi a la cabecera de mi madre,
de mi compañera,
de amigos innumerables.
He sufrido y sufro el destierro...
Y soy hermano de todos los desterrados del mundo.

Tengo un amigo judío que estuvo en Auschwitz
y me ha enseñado las cicatrices del látigo alemán.
He estado en el infierno.
En un infierno
que Dante y Virgilio no soñaron siquiera.
Salí del infierno... y he rezado mucho después.
Me sepultaron vivo
y me escapé de la tumba.
He vivido largos años
y he llegado a la vejez
con un saco inmenso,
lleno de recuerdos,
de aventuras,
de cicatrices,
de úlceras incurables,
de dolores,
de lágrimas,
de cobardías y tragedias.
y ahora... de repente,
a los 80 años
me doy cuenta de que sé tocar muy bien el violín...
que soy un "Virtuoso",
que puedo tocar en los grandes conciertos del mundo.
Me gusta haber llegado a la vejez
siendo un gran violinista... un "Virtuoso".
Pero... con esta definición
que oí cierta vez en un lugar... no sé cuál:
"Sólo el Virtuoso puede ver un día la cara de Dios".

Autor del poema: León Felipe

81.41%

votos positivos

Votos totales: 199

Comparte:

MI AMOR ES UNA FIEBRE QUE INCESANTE...

Mi amor es una fiebre que incesante
ansía lo que su virus alimenta,
porque en mi mal mi gusto se apacienta
y es por sí enfermo el apetito amante.

Ya, viendo mi doctor (la vigilante
razón) que no haga del caso ni cuenta,
me abandonó, y el ánima sedienta
corre a su abismo, aunque lo ve adelante.

Salvación para mí, ni la hay ni la quiero:
todo yo soy locura, inquietud, ira;
loco en cuanto imagino y vocifero,

y víctima infeliz de una mentira
te juré honrada y franca; y mi amor tierno
¿qué halló en ti? Noche oscura, negro infierno.

Autor del poema: William Shakespeare

81.40%

votos positivos

Votos totales: 414

Comparte:

¡MADRE MIA!

Cuando los ojos a la vida abría,
al comenzar mi terrenal carrera,
la hermosa luz que vi por vez primera
fue la luz de tus ojos, ¡madre mía!.

Y hoy que, siguiendo mi escarpada vía,
espesas sombras hallo por doquiera,
la luz de tu mirada placentera
ilumina mi senda todavía.

Mírame, ¡oh madre!, en la postrera hora,
cuando a las sombras de mi noche oscura
avance ya con vacilante paso.

Quiero que el sol que iluminó mi aurora
sea el mismo sol que con su lumbre pura
desvanezca las brumas de mi ocaso.

Autor del poema: Rafael Escobar Roa

81.40%

votos positivos

Votos totales: 3291

Comparte:

LOS POTROS

Ya se acercan los potros; raudamente precisa
el grupo sus contornos de estética salvaje;
entre el pálido rosa del lánguido paisaje
corren desenfrenados, a la par de la brisa.

Los potros ya se acercan: mas lo hacen tan aprisa,
que parece volaran sobre el quieto paraje;
desplázanse los cascos en fantástico viaje
atrás dejando chozas de silueta imprecisa.

Huracanadamente por los llanos nativos,
van devorando leguas los potros fugitivos,
por burlar los afanes de inútil seguimiento;

como una sombra alada pasan ante nosotros,
y los recios gañanes, en fuga tras los potros,
describen con los lazos rúbricas en el viento...

Autor del poema: Alfredo Espino

81.40%

votos positivos

Votos totales: 570

Comparte:

CUANDO TENGAS GANAS DE MORIRTE

Cuando tengas ganas de morirte
esconde la cabeza bajo la almohada
y cuenta cuatro mil borregos.

Quédate dos días sin comer
y verás qué hermosa es la vida:
carne, frijoles, pan.

Quédate sin mujer: verás.
Cuando tengas ganas de morirte
no alborotes tanto: muérete y ya.

Autor del poema: Jaime Sabines

81.40%

votos positivos

Votos totales: 1667

Comparte:

Desde el 1801 hasta el 50 de un total de 50 Poemas

Añade tus comentarios