Poemas 

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Aquí, en la portada, puedes leer los 100 mejores poemas de siempre, según vuestros votos, separados en dos listas: 50 son de autores consagrados, y los otros 50 de usuarios. Tiene mucho mérito aparecer en esta selección, así que si te esfuerzas a lo mejor te puntúan tan bien que sales aquí. ¡No dejes de intentarlo!

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 TOP50 Usuarios TOP50 Yavendrás

MIREN COMO SONRÍEN

Miren como sonríen los presidentes cuando le hacen promesas al inocente,
miren como le ofrecen al sindicato este mundo y el otro los candidatos,
miren como redoblan los juramentos,
pero después del voto, doble tormento.

Miren el hervidero de vigilantes para rociarle flores al estudiante,
miren como relumbran carabineros para ofrecerle premios a los obreros;
miren como se visten cabo y sargento para teñir de rojo los pavimentos,
miren como profanan la sacristía con pieles y sombreros de hipocresía.

Miren como blanquearon mes de María y al pobre negaron la luz del día;
miren como le muestran una escopeta para quitarle al pobre su marraqueta,
miren como se empolvan los funcionarios para contar las hojas del calendario.

Miren como gestionan los secretarios las páginas amables de cada diario,
miren como sonríen angelicales, miren como se olvidan que son mortales.

Autor del poema: Violeta Parra

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LA ESPERA

Estoy en la dulce espera
en la cita nocturna
observo a mi bella amante

La Luna amorosa argenta
el césped flexible y dulce
Estoy en la dulce espera.

La sombra tibia y temblorosa
se prepara para nosotros
observo a mi bella amante.

De su belleza encantadora
ya me siento celoso
Estoy en la dulce espera.

¡Será necesario abandonar a tía,
padre, madre, hermana, esposo!
Observo a mi bella amante.

Bien cubierta con su manta,
debe engañarlos a todos
Estoy en la dulce espera.

En este bosquecillo de amaranto,
¡No hace falta cerrojos!
Observo a mi bella amante.

¡Ella llega diligente!...
¡La contemplo de rodillas!
En una bien dulce espera
¡He observado a mi bella amante!

Autor del poema: Julio Verne

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EL FAUNO

Canta el jilguero. Pasó la racha.
Entre los mirtos resuena el hacha.

La rosa mustia se inclina loca
Sobre su fuente, cristal de roca.

El fauno triste de alma rubia
Tiene en sus ojos gotas de lluvia.

Autor del poema: Humberto Fierro

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A UN SUICIDA

Como un eco perdido en el espacio,
como una estela en los profundos mares,
se ha borrado en el seno del olvido
la huella de tus íntimos pesares.

¡Digna posada te brindó reposo
tras jornada escabrosa y solitaria!
¡maldita está la tumba en que tus restos
duermen sin una flor ni una plegaria!

Ajena a tu dolor y a tu abandono
la multitud pasaba en su carrera
como pasan las aguas del torrente
junto a la flor que tiembla en la ribera.

El ser más infeliz halla en el mundo
de amor y de amistad sagrados lazos,
pero tú... ¡ni una lágrima piadosa
cayó sobre tu sien hecha pedazos !

¡Pobre loco! pensaste en tus quimeras
que, apagada la luz de tus pupilas,
te lanzabas al fondo del abismo
para dormir en lobreguez tranquila.

¿Dónde está el fondo de ese abismo, dónde?
¿quién el confín del infinito alcanza?
¡mentira! el alma sigue su destino
por la ruta inmortal de la esperanza.

Te sedujo la calma engañadoras
de ese lecho de hielo de la tumba
en que, del fatigado peregrino,
la envoltura de polvo se derrumba;

¡Cuántos pesares sin consuelo, cuántos,
con su peso mortal te han oprimido
hasta romperte el corazón y hacerte
prorrumpir en tan bárbaro estallido!

¿Dónde está Dios? ¿Responde al pensamiento
del alma que le implora dolorida
o es el hombre un gusano abandonado
que se arrastra en el fango de la vida?

¡ Silencio ! y prosigamos adelante
hasta encontrar una región propicia
en que se expliquen a la mente humana
los arcanos del bien y la justicia.

Insensible al secreto de tus penas,
el mundo inexorable, horrorizado,
sólo ha visto en tu frente la negrura
de esa marca feroz del renegado ;

Y todo aquel que lleve siemprevivas
a la mansión de paz de un ser querido,
sólo verá crecer en tu sepulcro
la zarza maldecida del olvido.

Y nunca, nunca, en las solemnes horas,
del aura triste en el errante vuelo,
se exhalará un suspiro silencioso
que vaya en pos de tu memoria al cielo.

Pero el ser misterioso que sostiene
del dolor y la culpa la balanza,
tendrá piedad del mísero demente
que fue ciego a la luz de la esperanza.

En nombre del Poder irresistible
que abruma de dolores nuestra vida,
¡ doblo ante Dios con humildad la frente
y elevo una oración por el suicida !

Autor del poema: Adela Zamudio

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EL DOLIENTE

Pasarán estos días como pasan
todos los días malos de la vida
Amainarán los vientos que te arrasan
Se estancará la sangre de tu herida

El alma errante volverá a su nido
Lo que ayer se perdió será encontrado
El sol será sin mancha concebido
y saldrá nuevamente en tu costado

Y dirás frente al mar: ¿Cómo he podido
anegado sin brújula y perdido
llegar a puerto con las velas rotas?

Y una voz te dirá: ¿Que no lo sabes?
El mismo viento que rompió tus naves
es el que hace volar a las gaviotas.

Autor del poema: Oscar Hahn

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AL NACIMIENTO DE JESÚS

Hoy nos viene a redimir
un Zagal, nuestro pariente,
Gil, que es Dios omnipotente.
- Por eso nos ha sacado
de prisión a Satanás;
mas es pariente de Bras,
y de Menga, y de Llorente.
¡Oh, que es Dios omnipotente!
- Pues si es Dios, ¿cómo es vendido
y muere crucificado?
- ¿No ves que mató el pecado,
padeciendo el inocente?
Gil, que es dios omnipotente.
- Mi fe, yo lo vi nacido
de una muy linda Zagala.
- Pues si es Dios ¿cómo ha querido
estar con tan pobre gente?
- ¿No ves, que es omnipotente?
- Déjate de esas preguntas,
muramos por le servir,
y pues El viene a morir
muramos con El, Llorente,
pues es Dios omnipotente.

Autor del poema: Santa Teresa de Jesús

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I

Como se arranca el hierro de una herida
su amor de las entrañas me arranqué,
¡aunque sentí al hacerlo que la vida
me arrancaba con él!
Del altar que le alcé en el alma mía
la Voluntad su imagen arrojó,
y la luz de la fe que en ella ardía
ante el ara desierta se apagó.
Aun para combatir mi firme empeño
viene a mi mente su visión tenaz...
¡Cuándo podré dormir con ese sueño
en que acaba el soñar!

Autor del poema: Gustavo Adolfo Bécquer

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EL REMORDIMIENTO

He cometido el peor de los pecados
que un hombre puede cometer. No he sido
feliz. Que los glaciares del olvido
me arrastren y me pierdan, despiadados.

Mis padres me engendraron para el juego
arriesgado y hermoso de la vida,
para la tierra, el agua, el aire, el fuego.
Los defraudé. No fui feliz. Cumplida

no fue su joven voluntad. Mi mente
se aplicó a las simétricas porfías
del arte, que entreteje naderías.

Me legaron valor. No fui valiente.
No me abandona. Siempre está a mi lado
La sombra de haber sido un desdichado.

Autor del poema: Jorge Luis Borges

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NECESITO DE TI

Necesito de ti, de tu presencia,
de tu alegre locura enamorada.
No soporto que agobie mi morada
la penumbra sin labios de tu ausencia.

Necesito de ti, de tu clemencia,
de la furia de luz de tu mirada;
esa roja y tremenda llamarada
que me impones, amor, de penitencia.

Necesito tus riendas de cordura
y aunque a veces tu orgullo me tortura
de mi puesto de amante no dimito.

Necesito la miel de tu ternura,
el metal de tu voz, tu calentura.
Necesito de ti, te necesito.

Autor del poema: Rafael de León

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VIEJAS RAÍCES EMPOLVADAS

Son mis viejas raíces empolvadas
la extraña clave de mi cautiverio;
atada estoy al polvo y su misterio,
llevo ajenas esencias ignoradas.

En mis poros están ya señaladas
las cicatrices de un eterno imperio;
el polvo en mí ha marcado su cauterio,
soy víctima de culpas olvidadas.

En polvorienta forma me presiento
y a las nuevas raíces sobresalto
he de legar, con mi angustioso aliento.

Mas conquistando el aire por asalto,
nada tengo que ver con lo que siento,
soy cómplice infeliz de algo más alto.

Autor del poema: Pita Amor

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