Poemas
Aquí, en la portada, puedes leer los 100 mejores poemas de siempre, según vuestros votos, separados en dos listas: 50 son de autores consagrados, y los otros 50 de usuarios. Tiene mucho mérito aparecer en esta selección, así que si te esfuerzas a lo mejor te puntúan tan bien que sales aquí. ¡No dejes de intentarlo!
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AMANECER
Mundo carnal, la primavera,
resina en los dedos, pegajosos
después de abrazar el árbol de palma y
la corteza pegada,
su opresión débil que despierta
con un toque de rojo y los ojos
velado por la tristeza, la prohibición
se puede descubrir el centro
del corazón.
¿Cuál fue mi voluntad
pero subir a los árboles,
llegar a la cima
y ver las estrellas por la noche
brillando en silencio?
Se despertó en el mundo, ahora amanece
y sin su voluntad se queda atónito,
la pereza infinita, la soledad
de nuestro manantial infinito
alegría que exhala esta amenaza,
esta melancolía.
UNA CIEN VECES
Hay mujeres
que son estaciones de (d)año,
tormentas torrenciales en agosto y estufa
en un diciembre lleno de abandonos.
Hay mujeres
que son pájaros sin alas en un cielo lleno
de recuerdos,
fieras carnívoras al acecho de las ganas
y de esa falta de poder ante la tentación
que solo es deseo confundido.
Hay mujeres
que son mariposas ensoñadas esperando a que
cierres todas las puertas
para acariciarte las mañanas a través
de la ventana,
para sacudirte la mirada en cualquier
dirección ajena a tu espejo.
Hay mujeres
que son animales en celo
galopando sobre tu pecho abatido.
Hay mujeres
de ojos castaños
con alma de gata.
Hay mujeres
de ojos verdes
con alma de zorra.
Hay mujeres
que son signos de interrogación abierta,
tres exclamaciones siguiendo
una huida.
Un ladrido de madrugada.
Hay mujeres
que justifican el silencio.
Hay mujeres
que excusan la poesía.
Hay mujeres
que son aeropuertos alejados
de los que solo salen aviones imaginados,
puertos marítimos
en los que vuelves a ser tú mismo,
estaciones de tren
donde se cruzan tantas contradicciones
que encuentras paz.
Hay mujeres
que suenan a herida al tocarlas
y te hacen desear la muerte antes que ellas.
Hay mujeres
que huelen a limpio, a cuerpo inerte,
y te hacen desear invadirles el corazón
y el pecho con la brutalidad de un ejército de flechas.
Hay mujeres
que desordenan tus huellas cuando aparecen
y te hacen desear encontrar tu camino
sobre su columna vertebral.
Hay mujeres
que no se esconden, que quieren sin escarcha en los ojos,
que saben a sed,
y esas,
esas te hacen desear quererlas toda la vida.
Hay mujeres
que esperas siempre
porque nunca llegan.
Hay mujeres
que están en todos los sitios que ocupas
menos en tus manos.
Hay mujeres
que son primeras y únicas,
que sobrevuelan el suelo que pisan los demás,
que son azules y ocupan un lugar
diferente al resto.
Hay mujeres
que crees por encima de todo
y por encima de todo deshacen tus creencias,
que son tiernas, dulces y ciertas,
y con su ternura, dulzura y certeza
parten en dos tu inocencia.
Hay mujeres
que abren tus ojos con un soplido de magia
y en el siguiente truco desaparecen,
como la suerte.
Hay mujeres
que te enseñan la moneda por las dos caras:
te besan negándote,
se marchan llamándote,
se quedan en silencio,
te hablan desde lejos.
Que solo conocen la palabra derrota
en tu boca.
Que solo conoces la palabra victoria
en su boca.
Que te aman mientras te olvidan
y olvidándolas las amas.
Hay mujeres
que quieres y no puedes,
que son tanto que no son suficiente,
que dándote lo que necesitas olvidan lo que quieres.
Mujeres contra las que no hay razones
que encajen
y conviertes en huida
para darles un sentido.
Hay mujeres
que son aves de paso,
bodas de un día,
amores que salvan tu vida en una noche,
postres eternos en medio de una prisa carnal,
engaños a la rutina,
tu alma animal rendida al instinto de supervivencia.
Hay mujeres
que aparecen como los aciertos:
sin esperarlas y a tiempo.
Que se atreven y se quedan y tienen
el pelo del color de tu almohada,
que se agitan y temes y dan la vuelta
a tus excusas convirtiéndolas en motivos.
Que te aman sin evitarlo
y amas sobre todo por supuesto.
Y
estoy
yo.
Que soy una en todas esas mujeres.
Y
estás
tú.
Que eres todas esas mujeres en una.
EL BESO
Hoy, no sé por qué, el viento ha tenido un
hermoso gesto de renuncia, y los árboles han
aceptado su quietud.
Sin embargo (y es bueno que así sea) una guitarra
organiza obstinadamente el espacio de la soledad.
Acabamos sabiendo que las flores se alimentan en
la fértil humedad.
Ésa es la verdad de la saliva.
ESTA LUZ QUE SUSCRIBO
Esto que suscribo
nace
de mis viajes a las inmovilidades del pasado. De la seducción
que me causa la ondulación del fuego
igual
que a los primeros hombres que lo vieron y lo sometieron
a la mansedumbre de una lámpara. De la fuente
en donde la muerte encontró el secreto de su eterna juventud.
De conmoverme
por los cortísimos gritos decapitados
que emiten los animales endebles a medio morir.
Del amor consumado.
desde la misma lástima, me viene.
Del hielo que circula por las oscuridades
que ciertas personas echan por la boca sobre mi nombre. Del centro
del escarnio y de la indignación. Desde la circunstancia
de mi gran compromiso, vive como es posible
esta luz que suscribo.
Y EL ÚNICO QUE SALVA, QUE SE HIZO
Agua de la luz, hermana,
dime, no has visto pasar,
a Jesús, nuestra fontana,
nuestra lluvia, nuestro mar?
Si le vieras Encantado
y Encantador pasa y pasa.
Pero, con llave y candado,
se encierran todos. No hay casa,
que a sus dulces golpes, abra.
y el sigue llamando afuera,
esperoso. La palabra
sustancial de verdadera
perfección, cierra sus alas,
sus alas de juventud,
mientras pasan estas malas
influencias, esta virtud
que florece tenebrosa,
en Vargas Vila y Voltaire.
Fuera de Jesús, gloriosa
Rosa de un amanecer
inacabable, ninguna
riqueza tiene valor.
El es la buena Fortuna,
el Buen Tiempo, el Buen Amor.
ROMANCE
La niña de mi lugar
tiene de oro las cejas,
y en la mirada, desnudas,
las luces de las luciérnagas.
¿Has visto pasar los barcos
desde la orilla?
Recuerdan
sus faros malabaristas,
verdes, azules y sepia,
que tu mirada trasciende
la oscuridad de la niebla
-y más aún, la ilumina
a punto de transparencia.
¿Has visto flechar las garzas
a las nubes?
Me recuerdan
si diste al aire los brazos
cuando salimos de tierra,
y el biombo lila del aire
con tus adioses se llena.
Y si cantas -¡canta, sí!-
tu voz anula mi ausencia;
mástiles, jarcias y viento
se confunden con tan lenta
sencilla sonoridad,
con tan pausada manera
que no sería más claro
el tañido de una estrella.
Robinsón y Simbad, náufragos
incorregibles, ¿mi queja
a quién la podré confiar
si no a vosotros, apenas?
Que yo naufragara un día.
¡Las luces de las luciérnagas
iban a licuarse todas
en un hilo de agua tierna!
12
Se miran, se presienten, se desean,
se acarician, se besan, se desnudan,
se respiran, se acuestan, se olfatean,
se penetran, se chupan, se demudan,
se adormecen, despiertan, se iluminan,
se codician, se palpan, se fascinan,
se mastican, se gustan, se babean,
se confunden, se acoplan, se disgregan,
se aletargan, fallecen, se reintegran,
se distienden, se enarcan, se menean,
se retuercen, se estiran, se caldean,
se estrangunlan, se aprietan, se estremecen,
se tantean, se juntan, desfallecen,
se repelen, se enervan, se apetecen,
se acometen, se enlazan, se entrechocan,
se agazapan, se apresan, se dislocan,
se perforan, se incrustan, se acribillan,
se remachan, se injertan, se atornillan,
se desmayan, reviven, resplandecen,
se contemplan, se inflaman, se enloquecen,
se derriten, se sueldan, se calcinan,
se desgarran, se muerden, se asesinan,
resucitan, se buscan, se refriegan,
se rehúyen, se evaden y se entregan.
ABROJOS - LVI
Tengo de criar un perro,
ya que en este mundo estoy.
No me importa lo que sea,
alano, galgo o bull-dog;
lo quiero para tener
un tierno y fiel queredor
que sonría con el rabo
cuando le acaricie yo;
para que me ofrezca todo
su perruno corazón,
y gruña a quien me amanece
y se alegre con mi voz;
y para si me da el cólera
y huyen de mi alrededor,
juntos, parientes y amigos,
que nos quedamos los dos:
yo, cadáver, como huella
de una vida que pasó;
él lanzado tristemente
sus aullidos de dolor.
¿CUÁL ES LA LECCIÓN MÁS GRANDE QUE UNA MUJER DEBE APRENDER?
¿Cuál es la lección mas grande que una mujer debe aprender?
Que desde el primer día tiene todo lo que necesita
dentro de ella misma. Es el mundo el que la
convence de que no es así.
EL TIERNO Y PELIGROSO ROSTRO DEL AMOR
El tierno y peligroso
rostro del amor
se me apareció una noche
después de un día muy largo
Era quizá un arquero
con su arco
o bien un músico
con su arpa
Yo no sé más
Yo no sé nada
Todo lo que yo sé
es que me ha herido
quizá con una flecha
quizá con una canción
Todo lo que yo sé
es que me ha herido
herido en el corazón
y para siempre
Ardiente demasiado ardiente
herida del amor.
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