Poemas
Aquí, en la portada, puedes leer los 100 mejores poemas de siempre, según vuestros votos, separados en dos listas: 50 son de autores consagrados, y los otros 50 de usuarios. Tiene mucho mérito aparecer en esta selección, así que si te esfuerzas a lo mejor te puntúan tan bien que sales aquí. ¡No dejes de intentarlo!
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AMOR Y UNA PREGUNTA
Un extraño llegó hasta la puerta en el ocaso,
Y habló con el justo novio.
Llevaba una vara blanca y verde en la mano,
Que a su vez sostenía todas sus cargas.
Preguntó, más con los ojos que con los labios,
Si habría refugio para él durante la noche,
Y se volvió para mirar la distancia del camino,
Sin luces ni ventanas iluminadas.
El novio dio un paso y cruzó la puerta diciendo:
Miremos hacia el cielo,
Y preguntemos por la noche que vendrá,
Tú y yo, extraño compañero.
Las hojas de la vid cubrían el patio,
Los frutos de la vid eran azules,
Otoño, si, pero el invierno estaba en el viento;
Extraño, ojalá lo supiera.
Dentro, la novia yacía sola en el atardecer,
Inclinada sobre el fuego del placer,
Su rostro brillaba rojo frente al carbón,
Y rosa era el deseo y el pensamiento del corazón.
El novio observó el camino desgastado,
Sin embargo la vio a ella en el interior,
Y deseó su corazón en un cofre de oro,
Inmóvil con un alfiler de plata.
El novio pensó en un pequeño regalo,
Algo de pan, una bolsa para el descanso,
Una oración sincera por los pobres de Dios,
O para los ricos una humilde maldición.
Pero si aquel extraño fue consultado o no,
Sobre la muerte del amor de dos,
Por albergar la pena en la noche que vendrá,
El novio nunca lo supo, pero deseó saberlo.
HOMBRE Y PERRO
Hombre que vas con tu perro:
con tu guardián.
Cuida mi voz, como el perro
cuida tu pan.
Perro que vas con un hombre
que amigo tuyo no es...
Acércate un poco al pobre,
huélelo bien.
Fíjate que tengo boca,
fíjate en mí.
Mira que soy hombre, pero ..,
con estas manos vacías
cómo me parezco a ti.
Perro que vas con tu amo,
fíjate bien:
que al hablar contigo, hablo
conmigo mismo... ¿No ves
que tan cerca del patrón,
no somos tres,
sino dos...?
Hombre que vas con tu perro:
tu servidor.
¡Qué grueso que está tu perro,
y qué flaco que estoy yo!
¡Estoy flaco porque tengo
gorda la voz!
LA INCERTIDUMBRE ES UNA MARGARITA
La incertidumbre es una margarita
cuyos pétalos no se terminan jamás
de deshojar.
NADIE QUE ALIVIA LOS MALES DE OTROS
Nadie que alivia los males de otros
es inútil en este mundo.
TRISTES CIRUELAS VERDES
Tristes ciruelas verdes
en un día de verano
Nací en una tierra de ortigas
en sus caminos fantasmales me extravié
junto a un seto florido de ipomeas
pasé por un templo sin campana
caminando con pasos tambaleantes
crucé por un pueblo donde cantaban los alcaudones
en una calle lloviznada descansé
en un pueblecito enhierbado
tomé té con una mujer
sus sentimientos fluían
como el murmullo del agua.
LA MUJER Y EL HOMBRE
El hombre es: la más elevada de las criaturas.
La mujer es: el más sublime de los ideales.
El hombre es: el águila que vuela.
La mujer es: el ruiseñor que canta.
Volar es: dominar el espacio.
Cantar es: conquistar el alma.
El hombre es: el cerebro.
La mujer es: el corazón.
El cerebro ilumina.
El corazón produce amor.
La luz fecunda.
El amor resucita.
El hombre es el genio.
La mujer es el ángel.
El genio es inmensurable.
El ángel es indefinible.
Las aspiración del hombre es la suprema gloria.
La aspiración de la mujer es la virtud eterna.
La gloria engrandece.
La virtud diviniza.
El hombre tiene la supremacía.
La mujer, la preferencia.
La supremacía significa fuerza.
La preferencia representa el derecho.
El hombre es fuerte por la razón.
La mujer es invencible por las lágrimas.
La razón convence.
Las lágrimas conmueven.
El hombre es capaz de todos los heroísmos.
La mujer es capaz de todos los sacrificios.
El heroísmo ennoblece.
El sacrificio sublimiza.
El hombre tiene un farol: la conciencia.
La mujer tiene una estrella: la esperanza.
La conciencia guía.
La esperanza salva.
El hombre es un océano.
La mujer es un lago.
El océano tiene la perla que lo adorna.
El lago tiene la poesía que lo deslumbra.
En fin:
El hombre está colocado en donde termina la tierra;
y la mujer en donde comienza el cielo.
LA TARDE MUERTA
Se moría la tarde rosa
De una Primavera lejana,
Desmayándose temblorosa
En los vidrios de mi ventana.
Por mi alcoba cerrada al huerto
Ya la carretera tan larga,
Pasaba el minuto desierto
Con una lentitud amarga,
Ya del sol no quedaba ni una
Mancha de oro en el infinito.
Yo no he visto cosa ninguna
Más triste que ese azul marchito.
Tanto tiempo! dije, hace tanto
Que decliné esta tarde mustia
Con un helado desencanto
Y aromada de vieja angustia,
Delante de los callejones
Bordados de ramas gentiles
Al rimar mis desolaciones
Bajo mis canas infantiles!
Oh, la sentimental pobreza
De los que ni una flor cortamos,
Porque fue hostil la maleza
Para la prisa que llevamos!
De los romeros taciturnos
Que fuimos desdeñando todo,
Llenos de los cielos nocturnos
Que mienten astros en el lodo!
Caminos tiene el alma!.. ¿Fuimos Quizás en busca de un
remedio...?
Siempre asolados nos rendimos Ante las llanuras del tedio...
Y después de soñar ilusos
Que el término no estaba lejos,
Nos despertamos muy confusos
Porque nos encontramos viejos.
Ah, quién mirara la dulzura
Del crepúsculo, adolescente,
O abriera a la mañana pura
Los ojos de un convaleciente!
Y la negra ramazón viva
De los árboles centenarios
Se inclinó, como pensativa
En mis recuerdos solitarios,
Con un son de manantial de agua
Que sigue goteando la pena
De la ilusión que arde en la fragua
De una tarde lenta y serena...
ECCE HOMO
¡Sí! ¡Sé de dónde procedo!
Insaciable cual la llama
quemo, abraso y me consumo.
Luz se vuelve cuanto toco
y carbón cuanto abandono:
llama soy sin duda alguna.
NOTICIAS DE NICARAGUA
Puesto que Nicaragua entró en la guerra,
lo justo es que el Obispo diga misas
por el triunfo de las armas aliadas.
En las tertulias y en las barberías
se malgasta saliva
defendiendo "la causa."
Ya no pueden los periódicos
con los sonetos a Bélgica
y las odas a Francia.
Pero cuando supieron
que venía a la guerra yo,
nicaragüense,
a pelear por Nicaragua,
los beatos,
y los discutidores en público,
y los hacedores de versos,
convinieron en que yo estaba loco.
EL HOMBRE Y LA CULEBRA
A una Culebra que, de frío yerta,
en el suelo yacía medio muerta
un labrador cogió; mas fue tan bueno,
que incautamente la abrigó en su seno.
Apenas revivió, cuando la ingrata
a su gran bienhechor traidora mata.
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