Poemas
Aquí, en la portada, puedes leer los 100 mejores poemas de siempre, según vuestros votos, separados en dos listas: 50 son de autores consagrados, y los otros 50 de usuarios. Tiene mucho mérito aparecer en esta selección, así que si te esfuerzas a lo mejor te puntúan tan bien que sales aquí. ¡No dejes de intentarlo!
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NUNCA
Nunca me cansará mi oficio de hombre.
Hombre he sido y seré mientras exista.
Hombre no más: proyecto entre proyectos,
boca sedienta al cántaro adherida,
pies inseguros sobre el polvo ardiente,
espíritu y materia vulnerables
a todos los oprobios y las dichas…
Nunca me sentiré rey destronado
ni ángel abolido mientras viva,
sino aprendiz de hombre eternamente,
hombre con los que van por las colinas
hacia el jardín que siempre los repudia
hobre con los que buscan entre escombros
la verdad necesaria y prohibida,
hombre entre los que labran con sus manos
lo que jamás hereda un alma digna,
¡porque de todo cuanto el hombre ha hecho
la sola herencia digna de los hombres
es el derecho de inventar su vida!
EL RÍO
1
Yo soy un río,
voy bajando por
las piedras anchas,
voy bajando por
las rocas duras,
por el sendero
dibujado por el
viento.
Hay árboles a mi
alrededor sombreados
por la lluvia.
Yo soy un río,
bajo cada vez más
furiosamente,
más violentamente
bajo
cada vez que un
puente me refleja
en sus arcos.
2
Yo soy un río
un río
un río
cristalino en la
mañana.
A veces soy
tierno y
bondadoso. Me
deslizo suavemente
por los valles fértiles,
doy de beber miles de veces
al ganado, a la gente dócil.
Los niños se me acercan de
día,
y
de noche trémulos amantes
apoyan sus ojos en los míos,
y hunden sus brazos
en la oscura claridad
de mis aguas fantasmales.
3
Yo soy el río.
Pero a veces soy
bravo
y
fuerte
pero a veces
no respeto ni a
la vida ni a la
muerte.
Bajo por las
atropelladas cascadas,
bajo con furia y con
rencor,
golpeo contra las
piedras más y más,
las hago una
a una pedazos
interminables.
Los animales
huyen,
huyen huyendo
cuando me desbordo
por los campos,
cuando siembro de
piedras pequeñas las
laderas,
cuando
inundo
las casas y los pastos,
cuando
inundo
las puertas y sus
corazones,
los cuerpos y
sus
corazones.
4
Y es aquí cuando
más me precipito
Cuando puedo llegar
a
los corazones,
cuando puedo
cogerlos por la
sangre,
cuando puedo
mirarlos desde
adentro.
Y mi furia se
torna apacible,
y me vuelvo
árbol,
y me estanco
como un árbol,
y me silencio
como una piedra,
y callo como una
rosa sin espinas.
5
Yo soy un río.
Yo soy el río
eterno de la
dicha. Ya siento
las brisas cercanas,
ya siento el viento
en mis mejillas,
y mi viaje a través
de montes, ríos,
lagos y praderas
se torna inacabable.
6
Yo soy el río que viaja en las riberas,
árbol o piedra seca
Yo soy el río que viaja en las orillas,
puerta o corazón abierto
Yo soy el río que viaja por los pastos,
flor o rosa cortada
Yo soy el río que viaja por las calles,
tierra o cielo mojado
Yo soy el río que viaja por los montes,
roca o sal quemada
Yo soy el río que viaja por las casas,
mesa o silla colgada
Yo soy el río que viaja dentro de los hombres,
árbol fruta
rosa piedra
mesa corazón
corazón y puerta
retornados.
7
Yo soy el río que canta
al mediodía y a los
hombres,
que canta ante sus
tumbas,
el que vuelve su rostro
ante los cauces sagrados.
8
Yo soy el río anochecido.
Ya bajo por las hondas
quebradas,
por los ignotos pueblos
olvidados,
por las ciudades
atestadas de público
en las vitrinas.
Yo soy el río
ya voy por las praderas,
hay árboles a mi alrededor
cubiertos de palomas,
los árboles cantan con
el río,
los árboles cantan
con mi corazón de pájaro,
los ríos cantan con mis
brazos.
9
Llegará la hora
en que tendré que
desembocar en los
océanos,
que mezclar mis
aguas limpias con sus
aguas turbias,
que tendré que
silenciar mi canto
luminoso,
que tendré que acallar
mis gritos furiosos al
alba de todos los días,
que clarear mis ojos
con el mar.
El día llegará,
y en los mares inmensos
no veré más mis campos
fértiles,
no veré mis árboles
verdes,
mi viento cercano,
mi cielo claro,
mi lago oscuro,
mi sol,
mis nubes,
ni veré nada,
nada,
únicamente el
cielo azul,
inmenso,
y
todo se disolverá en
una llanura de agua,
en donde un canto o un poema más
sólo serán ríos pequeños que bajan,
ríos caudalosos que bajan a juntarse
en mis nuevas aguas luminosas,
en mis nuevas
aguas
apagadas.
NADA ES DEMASIADO PEQUEÑO COMO PARA NO HACERSE PREGUNTAS
El grillo no se pregunta
si existe el cielo
o, si es que existe, si habrá espacio para él.
Es otoño. El romance ha acabado. Aun así, canta.
Si puede, entra en una casa
por el resquicio más pequeño de la puerta.
Entonces la casa se vuelve más fría.
Canta despacio y más despacio.
Y de pronto, nada.
Debe de significar algo, no sé qué.
Pero sin duda no significa
que no haya sido un excelente grillo
durante toda su vida.
LA DAMA DE LAS PERLAS
Yo he visto perlas claras de inimitable encanto,
de esas que no se tocan por temor a romperlas;
Pero solo en tu cuello pudieron valer tanto
las burbujas de nieve de tu collar de perlas.
Y más, aquella noche del amor satisfecho,
del amor que eterniza lo fugaz de las cosas,
cuando fuiste un camino que comenzó en mi lecho
y el rubor te cubría como un manto de rosas.
Yo acaricié tus perlas, sin desprender su broche,
y las vi, como nadie nunca más podrá verlas,
pues te tuve en mis brazos, al fin, aquella noche,
vestida solamente con tu collar de perlas.
DÍAS Y NOCHES TE HE BUSCADO
Días y noches te he buscado
Sin encontrar el sitio en donde cantas
Te he buscado por el tiempo arriba y por el río abajo
Te has perdido entre las lágrimas
Noches y noches te he buscado
Sin encontrar el sitio en donde lloras
Porque yo sé que estás llorando
Me basta con mirarme en un espejo
Para saber que estás llorando y me has llorado
Sólo tú salvas el llanto
Y de mendigo oscuro
Lo haces rey coronado por tu mano.
ME PREGUNTAN
Me preguntan que qué es lo que veo en ti.
Sonrío, agacho la cabeza.
Y no respondo,
porque no quiero que también ellas se enamoren de ti...
IN OMNIBUS UNUM
Los pétalos son versos y los versos son cantos
y los cantos del color son los versos
(más santos;
el alma del color
es un verso y el aloma del verso es luminosa,
y el alma de la nota, verso suave de rosa,
casto como el fulgor.
La música es pintura de escondidos amores,
y la ingenua pintura, música de colores:
tres notas, una voz:
circula por las formas de toda poesía,
como un ardiente soplo de mística armonía
la ráfaga de Dios!
SÍ, SÍ
cuando Dios creó el amor no nos ayudó
cuando Dios creó a los perros, no ayudó a los perros
cuando Dios creó a las plantas eso fue ordinario
cuando Dios creó el odio adquirimos una utilidad estándar
cuando Dios me creó él me creó
cuando Dios creó al mono estaba amodorrado
cuando él creó a la jirafa estaba borracho
cuando él creó los narcóticos estaba drogado
y cuando él creó el suicidio cayó bajo
cuando él te creo a ti recostada en la cama
él sabía lo que estaba haciendo
estaba borracho y estaba drogado
y creó las montañas y el mar y el fuego al mismo tiempo
cometió algunos errores
pero cuando te creó recostada en la cama
se vino sobre todo su bendito universo
IGUAL QUE EN EL MOMENTO DE...
Igual que en el momento de
venir al mundo,
al morir tenemos miedo de
lo desconocido.
Pero el miedo es algo interior
que no tiene nada que ver con la realidad.
Morir es como nacer:
solo un cambio.
EN LAS SENDAS NO HOLLADAS
En las sendas no holladas.
En los sembrados al margen de las represas,
Huyendo de la vida vana,
De todas las normas hasta hoy proclamadas, de los placeres
beneficios, conformidades,
De todo cuanto ofrendé para salvar mi alma,
Diáfanas ahora para mí las normas no proclamadas aún,
tan diáfanas como mi alma,
Cual el alma del hombre, yo hablo para regocijo de los camaradas,
Aquí estoy solo, frente a la estridencia del mundo,
Altisonante y hablando aquí con aromáticas palabras,
Sin rubor alguno (pues que en este lugar apartado puedo
dar respuestas que nadie osaría),
Fortalecido por la vida que en mí a manifestarse no se
atreve y que, sin embargo, palpita,
Resuelto hoy a no cantar otros cantos que los del másculo afecto,
Proyectándolos a lo largo de esta vida sustancial,
Legando desde aquí tipos de atlético amor,
En el atardecer de este delicioso setiembre, en mis cuarenta y un años,
Procedo para todos los que son o han sido jóvenes,
Confío el secreto de mis noches y días,
Celebro la necesidad de los camaradas.
Desde el 761 hasta el 50 de un total de 50 Poemas
