506 Poemas de amor
Azul
Enviado por quinterosanchez Seguir
Como explicar la familiar sensación entre un bolero y un cielo azul,
Como cederte mi espacio del pecho que habita en celeste,
Esa parte cursi que añora una perpetua y dulce melodía de fondo.
Como encuentro similitud entre un momento contigo o tener imperturbable mi paz,
entre tu mirada suspendida, con mi espacio más propio,
Así mismo mi paz con el cian que tu liberas
y ese cian con la calma y certeza de libertad.
Con ese azul que soy y puedes excarcelar a tu antojo.
Con ese niño lleno de júbilo que fácilmente cae rendido a tus muslos.
Ese niño expresivo y libre, que siempre me habitó, y escapa en momentos de felicidad completa.
Como explicarte que amo en azul, ese azul de cielo que me explota una melodía de tango, que me trasmite la hermosa fauna y mi mas intimo pensamiento
como te explico que amo en azul para que sientas y veas mi mundo.
y lo que le haces,
Como te explico que amo el azul y que en azul vibramos.
Eres tan joven y bella...
Eres tan joven y bella
que al amor pido permiso para desnudarte en la algaraza
del jardín junto a los mirtos
y como último rastro de nosotros
ver llegar el día y su nobleza.
La primera vez
Bajo el cielo estrellado y la luz de luna clara,
sobre la arena blanca y suave, salpicada de sal,
la cálida brisa del mar, con su olor a agua y sal,
a algas y conchas marinas, nos envuelve la noche.
Tumbados, tú, yo, y el amor.
Con el suave romper de las olas en la orilla,
como banda musical, y el cálido brillar de las estrellas,
solos tú, yo y la pasión.
Un fuego inmenso ardía en nuestros corazones,
recorriendo nuestros cuerpos, que en un abrazo se fundieron.
Tú y yo, un solo corazón.
Miedo y pasión, al mismo tiempo, se entrelazan,
en nuestros corazones se funden, mientras el deseo nos embriaga.
Por fin, entregarnos plenamente al amor que nos llama,
con dulzura, sin furia, pero con deseo y pasión ardiente.
Y así, como dos ríos que se unen en uno solo,
sin prisas, pero con todo el ardor que en nuestros corazones arde,
en un abrazo nos fundimos con el amor.
Nerviosos, tú, yo, y nuestro fervor.
Poco a poco, nuestros cuerpos en sagrada comunión se fundieron,
en un abrazo ardiente se unieron, mientras el amor nos envolvía
con sus misterios.
Un escalofrío recorrió mi cuerpo al sentir el tuyo excitado bajo el mío,
al sentir tus labios dulces y carnosos, como fresas frescas, en mis labios.
Deseosos, tú, yo, y la pasión.
Tus besos, como lluvia de estrellas, recorrieron mi cuerpo con dulzura,
y se fundieron con los míos, que te entregué con ternura.
Viajé como un cometa en un universo de pasión y amor,
la suave y salada brisa nos acariciaba, y la luna nos envolvía
con su pálida claridad.
Nos fundimos en un abrazo tan fuerte que el cielo tronó,
con tanta furia que, la luna y las estrellas,
celosas, quedaron de nuestro amor.
El viento susurraba en la noche mientras nuestros cuerpos se fundían.
El mar y la luna, como cómplices, tejían nuestro amor,
las olas con su espuma y perfume nos envolvieron.
Y allí, casi con vergüenza y pudor, estábamos los dos.
Tú, yo y nuestro eterno amor.
EL AMOR QUE CALLA
Si yo te odiara, mi odio te daría
en las palabras, rotundo y seguro;
¡pero te amo y mi amor no se confía
a este hablar de los hombres tan oscuro!
Tú lo quisieras vuelto un alarido,
y viene de tan hondo que ha deshecho
su quemante raudal, desfallecido,
antes de la garganta, antes del pecho.
Estoy lo mismo que estanque colmado
y te parezco un surtidor inerte.
¡Todo por mi callar atribulado
que es más atroz que entrar en la muerte!
VIENES A MÍ
Vienes a mí, te acercas y te anuncias
con tan leve rumor, que mi reposo
no turbas, y es un canto milagroso
cada una de las frases que pronuncias.
Vienes a mí, no tiemblas, no vacilas,
y hay al mirarnos atracción tan fuerte,
que lo olvidamos todo, vida y muerte,
suspensos en la luz de tus pupilas.
Y en mi vida penetras y te siento
tan cerca de mi propio pensamiento
y hay en la posesión tan honda calma,
que interrogo al misterio en que me abismo
si somos dos reflejos de un ser mismo,
la doble encarnación de una sola alma.
NAUFRAGANDO EN EL MAR
Naufragando en el mar, lleno de soledad.
Tan perdido estaba, sin saber hablar.
El sol tan radiante, me hizo recordar.
Una piel como el sol, y ojos como el mar.
En ese instante pude notar,
Que estaba cerca de tu hogar.
ENAMORANTIUM por Doblezero (versión extendida)
Enviado por doblezeroo Seguir
ENAMORANTIUM (versión extendida)
Veo en sus ojos brillar la luz del mediodía
cuando los cuervos de humo regresan al olvido,
será que en su pasado yo no tuve cabida
y en mis escudos tiembla su corazón ceñido.
Subida a sus tacones me contaba secretos
yo sufriré enjaulando, día y noche, a Cupido.
Yo la rozo levemente, largamente yo la pienso
voy a no descomponerla, por bandera, por oficio.
Creer desearía que nada es imposible,
que vivir se pudiera enjaulando latidos
y soñé con tocarla en la piel sin herirme
ocultando al oráculo corazones partidos.
Ahora, miedo a la torre y a la campana de oro,
yo tengo miedo porque cada instante consigo
es una brasa blanca que crepita en lo hondo
y velozmente en polvo se esfuma por castigo.
Por eso temo al tiempo que sin quererlo crece
igual que en la mirada el amor recién nacido
viene a los ojos y entra y dentro permanece
y allá en lo interno vibra, duele, está conmigo.
Le tengo miedo al tiempo que sin pausa camina
sorbiendo los encuentros ardientes y furtivos,
miedo a que crezca y pase nuestra azul fantasía
como una primavera sobre un jardín de lirios.
Autor: Doblezero
SE QUERÍAN
Se querían.
Sufrían por la luz, labios azules en la madrugada,
labios saliendo de la noche dura,
labios partidos, sangre, ¿sangre dónde?
Se querían en un lecho navío, mitad noche, mitad luz.
Se querían como las flores a las espinas hondas,
a esa amorosa gema del amarillo nuevo,
cuando los rostros giran melancólicamente,
giralunas que brillan recibiendo aquel beso.
Se querían de noche, cuando los perros hondos
laten bajo la tierra y los valles se estiran
como lomos arcaicos que se sienten repasados:
caricia, seda, mano, luna que llega y toca.
Se querían de amor entre la madrugada,
entre las duras piedras cerradas de la noche,
duras como los cuerpos helados por las horas,
duras como los besos de diente a diente solo.
Se querían de día, playa que va creciendo,
ondas que por los pies acarician los muslos,
cuerpos que se levantan de la tierra y flotando...
Se querían de día, sobre el mar, bajo el cielo.
Mediodía perfecto, se querían tan íntimos,
mar altísimo y joven, intimidad extensa,
soledad de lo vivo, horizontes remotos
ligados como cuerpos en soledad cantando.
Amando. Se querían como la luna lúcida,
como ese mar redondo que se aplica a ese rostro,
dulce eclipse de agua, mejilla oscurecida,
donde los peces rojos van y vienen sin música.
Día, noche, ponientes, madrugadas, espacios,
ondas nuevas, antiguas, fugitivas, perpetuas,
mar o tierra, navío, lecho, pluma, cristal,
metal, música, labio, silencio, vegetal,
mundo, quietud, su forma. Se querían, sabedlo.
Amor eterno
Enviado por liliana007 Seguir
Llegó el invierno ,
con torrenciales lluvias de frío e hielo ,
así me siento sin tú calor ,
sin tú amor si no estás ami lado .
Por eso solo sé que eres mi refugio ,
fogata de calor
y con tu amor eres mi primavera de inspiración,
mi jardín de flores y rosas
que respiro y suspiro .mi verano que llenas de sol y amor a mi corazón,no veo las horas de tenerte .
todos los días en mis brazos y poderte decir que nunca te alejes de mi ,por qué no sabría sobrevivir .
sé que me amas con toda tu alma ,que cuando ma hablas en mis sueños ,sé cuánto me extrañas.
Tú voz quebrantada y tú mirada entre lágrimas me parte mi alma ,solo me queda esperar tu llegada en la noche ,como cada noche ,
donde te encontraba y nos envolviamos de amor hasta la madrugada .la luna es testigo de cómo nos amábamos y como recorría toda tú piel envueltos entre sábanas .
y hoy sólo ,mirando a la luna en mi cama extrañando tú piel .se que ya estás por llegar a mis brazos otra vez ,no desesperó , sólo anhelo que nunca nos separemos y que seas mi amor eterno ,hasta la eternidad .
Autor : Alexánder Núñez
AMOR CALLADO
Amor callado, que jamás se queja;
amor que, en la discreta madrugada,
sólo acierta a poner, junto a tu reja,
la ilusión de una estrofa perfumada.
Amor de un alma taciturna y vieja;
amor que es como música olvidada,
que tiene azul resignación de oveja,
que lo dá todo y no pide nada.
Amor es eso, amar como te amo,
sin medir tu desdén, sin que un reclamo
haga que el alma de esperanza estalle.
Amor sin arrebatos y sin ruido,
que espera que tu hogar esté dormido
para pasar entonces por tu calle.
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