515 Poemas de amor
No te he olvidado
Podría decir que te quiero
Que te dejaré de amar cuando la última estrella se apagué
O que te olvidare cuando la última partícula se desintegre
Sé que no será así
Que el viento se llevará mis palabras antes de llegar a tu oído
Pero sé que sería mas fácil llegar a otra galaxia
Que llegar a tu corazón
Podría decir que te quiero
Que llegaría a Marte por ti
O haría que la luna dejase a la tierra por ti
Podría dejarte de escribir
Pero aún así no podría decirte lo que siento
De qué sirve ser humanos
Si un pájaro puede volar
Y una planta no tiene que olvidar
Será más fácil dejar mi alma
Que dejar tu corazón
Este el el poema de un pobre enamorado
Escrito para una persona quien no podré olvidar
SE QUERÍAN
Se querían.
Sufrían por la luz, labios azules en la madrugada,
labios saliendo de la noche dura,
labios partidos, sangre, ¿sangre dónde?
Se querían en un lecho navío, mitad noche, mitad luz.
Se querían como las flores a las espinas hondas,
a esa amorosa gema del amarillo nuevo,
cuando los rostros giran melancólicamente,
giralunas que brillan recibiendo aquel beso.
Se querían de noche, cuando los perros hondos
laten bajo la tierra y los valles se estiran
como lomos arcaicos que se sienten repasados:
caricia, seda, mano, luna que llega y toca.
Se querían de amor entre la madrugada,
entre las duras piedras cerradas de la noche,
duras como los cuerpos helados por las horas,
duras como los besos de diente a diente solo.
Se querían de día, playa que va creciendo,
ondas que por los pies acarician los muslos,
cuerpos que se levantan de la tierra y flotando...
Se querían de día, sobre el mar, bajo el cielo.
Mediodía perfecto, se querían tan íntimos,
mar altísimo y joven, intimidad extensa,
soledad de lo vivo, horizontes remotos
ligados como cuerpos en soledad cantando.
Amando. Se querían como la luna lúcida,
como ese mar redondo que se aplica a ese rostro,
dulce eclipse de agua, mejilla oscurecida,
donde los peces rojos van y vienen sin música.
Día, noche, ponientes, madrugadas, espacios,
ondas nuevas, antiguas, fugitivas, perpetuas,
mar o tierra, navío, lecho, pluma, cristal,
metal, música, labio, silencio, vegetal,
mundo, quietud, su forma. Se querían, sabedlo.
Como barco perdido
Cuando ya no halla fuerzas para luchar
Seguire mi camino cual barco andará,
Cuando ya no queden mas lagrimas por derramar,
Seguire mi pasión por la inalcanzable lealtad,
Roto y destrozado su camino vuelan
Aquellas velas que por mar navegan,
Chocando entre sí dejando
La larga distancia entre el poder amarlo,
Corriendo lejos no pienso volver
Sintiendome de vos prisionero otra vez,
Tengo miedo de volver a errar como antes
Usando mis lagrimas para volver un cuadro en arte.
A donde quiera que arrive
Seran huellas de dolor que deje,
En donde hubo historia de un dolor
Sobre un lejano amor que un dia a la distancia quedó.
SOBRE EL AMOR
Encendido en los boscajes del tiempo, el amor
es deleitada sustancia. Abre
con hociquillo de marmota, senderos y senderos
inextricables. Es el camino de vuelta
de los muertos, el lugar luminoso donde suelen
resplandecer. Como zafiros bajo la arena
hacen su playa, hacen sus olas íntimas, su floración
de pedernal, blanca y hundiéndose
y volcando su espuma. Así nos dicen al oído: del viento
de la calma del agua, y del sol
que toca, con dedos ígneos y delicados
la frescura vital. Así nos dicen
con su candor de caracolas; así van devanándonos
con su luz, que es piedra, y que es principio con el agua, y es mar
de hondos follajes
inexpugnables, a los que sólo así, de noche,
nos es dado ver y encender.
AMÉMONOS
Buscaba mi alma con afán tu alma,
buscaba yo la virgen que mi frente
tocaba con su labio dulcemente
en el febril insomnio del amor.
Buscaba la mujer pálida y bella
que en sueño me visita desde niño,
para partir con ella mi cariño,
para partir con ella mi dolor.
Como en la sacra soledad del templo
sin ver a Dios se siente su presencia,
yo presentí en el mundo tu existencia,
y, como a Dios, sin verte, te adoré.
Y demandando sin cesar al cielo
la dulce compañera de mi suerte,
muy lejos yo de ti, sin conocerte
en la ara de mi amor te levanté.
No preguntaba ni sabía tu nombre,
¿en dónde iba a encontrarte? lo ignoraba;
pero tu imagen dentro el alma estaba,
más bien presentimiento que ilusión.
Y apenas te miré... tú eras ángel
compañero ideal de mi desvelo,
la casta virgen de mirar de cielo
y de la frente pálida de amor.
Y a la primera vez que nuestros ojos
sus miradas magnéticas cruzaron,
sin buscarse, las manos se encontraron
y nos dijimos «te amo» sin hablar
Un sonrojo purísimo en tu frente,
algo de palidez sobre la mía,
y una sonrisa que hasta Dios subía...
así nos comprendimos... nada más.
¡Amémonos, mi bien! En este mundo
donde lágrimas tantas se derraman,
las que vierten quizá los que se aman
tienen yo no sé que de bendición,
dos corazones en dichoso vuelo;
¡Amémonos, mi bien! Tiendan sus alas
amar es ver el entreabierto cielo
y levantar el alma en asunción.
Amar es empapar el pensamiento
en la fragancia del Edén perdido;
amar es... amar es llevar herido
con un dardo celeste el corazón.
Es tocar los dinteles de la gloria,
es ver tus ojos, escuchar tu acento,
en el alma sentir el firmamento
y morir a tus pies de adoración.
Un espacio
¿Cómo empezar este verso que sale del corazón?
Es como si en mi interior se iniciará una
llamarada de amor,
estás son palabras tan profundas que nunca
había salido al exterior.
Encontré tu corazón, ahí quiero hacer mi morada,
no pido todo el espacio solo un rincón,
solo pedacito de tu amor, un pequeño espacio
que cuidaré con toda el alma.
Déjame habitar en tu interior, donde eres tú,
quiero mirar tu espíritu y deleitarme en tu
corazón.
Descubrir tus profundidades, allá donde nadie
nunca llegó,
quiero quererte sin medida y estar contigo
la vida entera.
Un espacio es lo que necesito, y haré temblar
tu interior, que te llenará de emoción,
habitaré en tus profundidades y las inundare
de amor.
Giseth.
DEFINICIÓN DE AMOR
¿Rogarla? ¿Desdeñarme? ¿Amarla
¿Seguirla? ¿Defenderse? ¿Asirla? ¿Airarse?
¿Querer y no querer? ¿Dejar tocarse
ya persuasiones mil mostrarse firme?
¿Tenerla bien? ¿Probar a desasirse?
¿Luchar entre sus brazos y enojarse?
¿Besarla a su pesar y ella agraviarse?
¿Probar, y no poder, a despedirme?
¿Decirme agravios? ¿Reprenderme el gusto?
¿Y en fin, a beaterías de mi prisa,
dejar el ceño? ¿No mostrar disgusto?
¿Consentir que la aparte la camisa?
¿Hallarlo limpio y encajarlo justo?
Esto es amor y lo demás es risa.
tu decías...
Enviado por maryana-1212 Seguir
tu decías que me amabas,
tu decías que me adorabas,
y entre tantas bobadas,
caí en tu juego engañada,
por que nunca comprendí,
que TU no vales NADA.
COPA CON ALAS
Una copa con alas: ¿quién la ha visto
antes que yo? Yo ayer la vi. Subía
con lenta majestad, como quien vierte
óleo sagrado: y a sus bordes dulces
mis regalados labios apretaba:
¡Ni una gota siquiera, ni una gota
del bálsamo perdí que hubo en tu beso!
Tu cabeza de negra cabellera
¿Te acuerdas?? con mi mano requería,
porque de mí tus labios generosos
no se apartaran. Blanda como el beso
que a ti me transfundía, era la suave
atmósfera en redor: La vida entera
sentí que a mí abrazándote, ¡abrazaba!
¡Perdí el mundo de vista, y sus ruidos
y su envidiosa y bárbara batalla!
Una copa en los aires ascendía
y yo, en brazos no vistos reclinado
tras ella, asido de sus dulces bordes:
¡Por el espacio azul me remontaba!
Oh amor, oh inmenso, oh acabado artista:
en rueda o riel funde el herrero el hierro:
una flor o mujer o águila o ángel
en oro o plata el joyador cincela:
¡Tú sólo, sólo tú, sabes el modo
de reducir el Universo a un beso!
Ahí voy a estar
Ya no quiero verte llorar
Si lo haces yo quiero que sea de felicidad
Si algún día ya no puedes más
Nunca olvides que al despertar ahí voy a estar.
Desde el 111 hasta el 120 de un total de 515 Poemas de amor
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