131 Poemas eróticos
MISTERIO GOZOSO
Pongo la punta de mi lengua golosa en el centro
mismo
del misterio gozoso que ocultas entre tus piernas
tostadas por un sol calientísimo el muy cabrón
ayúdame
a ser mejor amor mío limpia mis lacras libérame de
todas
mis culpas y arrásame de nuevo con puros pecados
originales, ya?
Erótico
Besos
Sudor
Jadeos
Gemidos y mas besos
Caricias
Mordidas
Promesas de amor ahogadas en tus labios
Deseo
Lujuria
Pasion ,furia , desenfreno
Y cuando siento
que no puedo mas
Y me quiero dejar llevar contigo
Justo en ese instante
despierto.
Hacer el amor
Es como una obra de arte
pasional, expresivo…
en donde juegan un rol
los cincos sentidos.
se detalla la desnudez
sin buscar perfección alguna,
escuchas con ternura
lo que la boca a tu oído susurra.
con cada besos ávidos
y caricias palmo a palmo
sienten es una entrega única,
perciben el olor a sexo
como esencia pura.
¡G***s, amor mío!
Enviado por mrdcyder64 Seguir
¡Escucha!
¿Escuchas el zumbido de mi cuerpo respondiendo al ver esa piel canela tuya, tan hermosa?
Mi cora mantiene el tiempo...
Te tocó, me tocas...
Acaricio cada parte de tu cuerpo...
Llego hasta tu cueva húmeda de rosas...
Tiemblas, suspiras fuerte...
Te abrazo por atrás...
Sientes mi miembro erecto rozar tus nalgas...
Lo agarras, me lo aprietas, gimes...
Los 2, extasiados...
Volteas, me besas y me dices;
"Bésame, eh inclíname aquí, de a perrito, dame duro y ........"
~Dcyder64~
El regalo
Te observo mientras duermes,
tu rostro de ángel,
tu piel suave y tersa,
tu cabello negro y brillante.
Tus ojos se abren,
como dos luceros azules,
y me miras con mirada dulce y serena.
Tu voz me llama,
como una caricia suave y melodiosa,
y me llenas de cariño
y afecto sincero.
Te beso con cariño e intento
acurrucarme a tu lado,
pero tú me detienes,
y me dices:
"Espera, mi amor".
Sorprendido, me levanto,
y te miro confundido.
Sonríes y me dices:
"Hoy quiero que me hagas un regalo".
"Quiero que toques tu cuerpo mientras me miras,
con tus manos suaves, muy suavemente".
Un torrente de deseo, lujuria y excitación me invade.
Tu mirada me envuelve,
y mi cuerpo se estremece
.
Mi corazón late a toda velocidad,
y mi mente se nubla.
Mis manos recorren tu piel suave,
y mis labios se abren.
Tu respiración se acelera,
y tus ojos me brillan.
Un hormigueo de deseo recorre mi cuerpo.
Cierro los ojos y me pierdo en el placer.
Con todas mis emociones y sentimientos,
me abro a un mundo nuevo.
Viajo entre nubes y estrellas,
hasta llegar a un jardín de ensueño.
Todo a mi alrededor es paz y alegría,
creo estar en el Edén.
Imagino tu rostro, tus ojos llenos de lujuria y deseo,
mirándome,
mientras escucho tus susurros que aceleran cada vez más mi corazón.
Un gran árbol, hermoso, un baobab tal vez,
se abre paso ante mí.
Mi cuerpo se estremece.
Con intención de conseguir su fruto,
lo agarro firmemente
y con movimientos rítmicos lo sacudo,
a veces más rápido, otras más lento,
para no hacerle daño.
Tus susurros me enloquecen,
me hacen temblar de placer.
Mi cuerpo se rinde a ti,
en un acto de lujuria y poder.
Entre suspiros y gemidos,
el árbol de la vida me da vida,
me llena de su fruto deseado,
y al éxtasis me lleva.
Te levantas de la cama,
y te conviertes en amante apasionada.
Me besas con fuerza,
me dices que te ha gustado mucho.
Te abrazo con ternura,
y me siento feliz de haberte hecho
feliz.
INCONFESIONES DE GILLES DE RAIS
"...se hallaba tendido en una chaisse-longue, y tenía en
su blanca mano una rosa sin perfume."
O. Mirebau
Es tan adorable introducirme
en su lecho, y que mi mano viajera
descanse, entre sus piernas, descuidada,
y al desenvainar la columna tersa
-su cimera encarnada y jugosa
tendrá el sabor de las fresas, picante-
presenciar la inesperada expresión
de su anatomía que no sabe usar,
mostrarle el sonrosado engarce
al indeciso dedo, mientras en pérfidas
y precisas dosis se le administra audacia.
Es adorable pervertir
a un muchacho, extraerle del vientre
virginal esa rugiente ternura
tan parecida al estertor final
de un agonizante, que es imposible
no irlo matando mientras eyacula.
EL JARDÍN DE TUS DELICIAS
Flores, pedazos de tu cuerpo;
me reclamo su savia.
Aprieto entre mis labios
la lacerante verga del gladiolo.
Cosería limones a tu torso,
sus durísimas puntas en mis dedos
como altos pezones de muchacha.
Ya conoce mi lengua las más suaves estrías de tu oreja
y es una caracola.
Ella sabe a tu leche adolescente,
y huele a tus muslos.
En mis muslos contengo los pétalos mojados
de las flores. Son flores pedazos de tu cuerpo.
ESTUVE CON UN JOVEN...
Estuve con un joven
y supe al fin lo que era
el violento arrebato, la agilidad vibrátil,
cavidades melosas en la carnosa pulpa
suavemente entreabierta
hasta el linde dehiscente,
el perfecto engranaje,
la densidad precisa de jugos derramados,
la inclinación debida,
la posición exacta,
y la sabiduría del mutismo,
la belleza de un glande.
SU PIEL SIN POROS
Echo de menos el sexo.
Todos sus aspectos.
Todos mis respetos.
La perversión es la comprensión.
Meter la cara en la vagina
con la boca llena de aspirina
y un dedo desconocido
en el culo.
Y diez minutos después
sentarte en un taxi como si nada,
las piernas cruzadas, las manos en el regazo.
Y sin embargo el prefecto candado
de nuestros cuellos, y su lengua
en mi nuca y el constante
calor de su piel sin poros
jamás podrán revivir.
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