Poemas 

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Aquí, en la portada, puedes leer los 100 mejores poemas de siempre, según vuestros votos, separados en dos listas: 50 son de autores consagrados, y los otros 50 de usuarios. Tiene mucho mérito aparecer en esta selección, así que si te esfuerzas a lo mejor te puntúan tan bien que sales aquí. ¡No dejes de intentarlo!

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EL TRIUNFO

Estaba despeinada y con los pies desnudos
al borde del estanque y en medio del juncal...
Creí ver una ninfa, y con acento dulce:
"¿quieres venir al bosque?", le pregunté al pasar.

Lanzóme la mirada suprema que fulgura
en la beldad vencida que cede a la pasión;
y yo le dije: "Vamos; es la época en que se ama:
¿quieres seguirme al fondo del naranjal en flor?"

Secó las plantas húmedas en el mullido césped,
fijó en mí las pupilas por la segunda vez,
y luego la traviesa quedóse pensativa...
¡Qué canto el de las aves en el momento aquel!

¡Con qué ternura la onda besaba la ribera!
De súbito la joven se dirigió hacia mí,
rïendo con malicia por entre los cabellos
flotantes y esparcidos sobre la faz gentil.

Autor del poema: Víctor Hugo

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EMOCIÓN VESPERAL

Hay tardes en las que uno desearía
embarcarse y partir sin rumbo cierto,
y, silenciosamente, de algún puerto,
irse alejando mientras muere el día;

Emprender una larga travesía
y perderse después en un desierto
y misterioso mar, no descubierto
por ningún navegante todavía.

Aunque uno sepa que hasta los remotos
confines de los piélagos ignotos
le seguirá el cortejo de sus penas,

y que, al desvanecerse el espejismo,
desde las glaucas ondas del abismo
le tentarán las últimas sirenas.

Autor del poema: Ernesto Noboa y Caamaño

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CIELO ES SÓLO...

Cielo es sólo visión del Deseo cumplido
y el Infierno la sombra de un alma de ansia presa,
lanzada a esta tiniebla donde, apenas surgido,
el hombre ha de quedar en polvo convertido.

Autor del poema: Omar Khayyam

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UN AÑO MÁS SE VA

Un año más se va
y aún no me he despedido
deja que yo te diga
que Dios te bendiga
por lo vivido y lo no vivido
y por lo que ha de llegar
pero sobretodo Dios mío
por lo que ya se ha ido
y no volverá

Autor del poema: Jorge Javier Roque

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DIANA

Este concierto
Ha sido escrito
Para una sola mano
Porque en esencia
Todo ha sido reducido
A polvo. ¡Polvo!
Y no subsiste nada.
Ni en pie ni en piedra.

Apenas la esperanza
Llenándose de muerte
Y esperando la muerte
De la esperanza
La abolible agonía
De la esperanza
Cuando ya reverbera
La radiante explosión
De la realidad
Brotando de los despojos
De la esperanza.

Y aquí concluye
Entre nosotros
Este convicto concierto
De la esperanza.

Autor del poema: Pedro Mir

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LA DISOLUCIÓN

Ella está muerta, y todas las cosas que mueren
en sus primeros elementos se resuelven;
y nosotros éramos mutuos elementos para nosotros
y hechos el uno del otro.
Mi cuerpo pues el de ella envuelve,
y aquellas cosas de que yo consisto, por eso mismo,
en mí crecen abundantes y onerosas;
y no nutren sino asfixian.
Mi fuego de pasión, suspiros de aire,
agua de lágrimas y terrena triste desesperanza,
que mis componentes son,
aunque casi agotados por la seguridad del amor,
ella para mi mal con su muerte rehace.
Y yo podría vivir largo tiempo tan desgraciado,excepto que mi fuego con mi combustible crece.
Ahora, como esos reyes emprendedores,
cuya lejana conquista tesoro aporta,
reciben más y gastan más y prestísimo se arruinan,
esta (sorprendido estoy que pueda hablar de ella)
esta muerte al par que mis reservas
mis gastos ha acrecentado.
Y así mi alma más ardientemente liberada
desbordará la de ella; como a las balas partidas antes
una bala tardía puede alcanzar si la pólvora es más.

Autor del poema: John Donne

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LUNA DE ABRIL

Luna de abril, descotada,
con aguazal circunscrito,
desnuda, con desnudez
pura de pecho con niño.
Luna llena, ubre de vaca,
con lucero becerrillo;
¡qué puro se pone el pecho
cuando se le cuelga el niño!

Esta noche yo no siento
ni sombra de odio por nadie
ni pena de verme preso,
ni ganas de que me quiten
los grillos que me pusieron.

Nada hay más impuro, nada,
que el pecho de las mujeres,
pero no hay nada más puro
ni mejor para mirarlo
que un pecho fuera del pecho
y un niño al lado.

Autor del poema: Andrés Eloy Blanco

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LA ZORRA Y LAS UVAS

Es voz común que a más del mediodía,
en ayunas la Zorra iba cazando;
halla una parra, quédase mirando
de la alta vid el fruto que pendía.
Causábala mil ansias y congojas
no alcanzar a las uvas con la garra,
al mostrar a sus dientes la alta parra
negros racimos entre verdes hojas.
Miró, saltó y anduvo en probaduras,
pero vio el imposible ya de fijo.
Entonces fue cuando la Zorra dijo:
«No las quiero comer. No están maduras.»
No por eso te muestres impaciente,
si se te frustra, Fabio, algún intento:
aplica bien el cuento,
y di: No están maduras, frescamente.

Autor del poema: Félix María Samaniego

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EN OSCURO CALABOZO

En oscuro calabozo
Cuya reja al sol ocultan
Negros y altos murallones
Que las prisiones circundan;

En que sólo las cadenas
Que arrastro, el silencio turban
De esta soledad eterna
Donde ni el viento se escucha...

Muero sin ver tus montañas
¡Oh patria!, donde mi cuna
Se meció bajo los bosques
Que no cubrirán mi tumba.

Autor del poema: Jorge Isaacs

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¿QUÉ HARÁS?

¿Qué harás? ¿En que momento
tus ojos pensarán en mis caricias?
¿Y frente a cuales cosas, de repente,
dejarás, en silencio, una sonrisa?
Y si en la calle
hallas mi boca triste en otra gente,
¿la seguirás?
¿Que harás si en los comercios - semejanzas -
algo de mi encuentras?
¿Qué harás?

¿Y si en el campo un grupo de palmeras
o un grupo de palomas o uno de figuras
vieras?
(Las estrofas brillan en sus aventuras
de desnudas imágenes primeras.)

¿Y si al pasar frente a la casa abierta,
alguien adentro grita: ¡Carlos!?
¿Habrá en tu corazón el buen latido?
¿Cómo será el acento de tu paso?

Tu carta trae el perfume predilecto.
Yo la beso y la aspiro.
En el rápido drama de un suspiro
la alcoba se encamina hacia otro aspecto.
¿Qué harás?

Los versos tienen ya los ojos fijos.
La actitud se prolonga. De las manos
caen papel y lápiz. Infinito
es el recuerdo. Se oyen en el campo
las cosas de la noche. - Una vez
te hallé en el tranvía y no me viste.
- Atravesando un bosque ambos lloramos.
- Hay dos sitios malditos en la ciudad. ¿Me diste
tu dirección la noche del infierno?
- ...Y yo creí morirme mirándote llorar.
Yo soy...
Y me sacude el viento.
¿Qué harás?

Autor del poema: Carlos Pellicer

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