131 Poemas de la vida
EL PEATÓN
Se dice, se rumora, afirman en los salones, en las fiestas, alguien o algunos enterados, que Jaime Sabines es un gran poeta. O cuando menos un buen poeta. O un poeta decente, valioso. O simplemente, pero realmente, un poeta.
Le llega la noticia a Jaime y éste se alegra: ¡qué maravilla! ¡Soy un poeta! ¡Soy un poeta importante! ¡Soy un gran poeta!
Convencido, sale a la calle, o llega a la casa, convencido. Pero en la calle nadie, y en la casa menos: nadie se da cuenta de que es un poeta. ¿Por qué los poetas no tienen una estrella en la frente, o un resplandor visible, o un rayo que les salga de las orejas?
¡Dios mío!, dice Jaime. Tengo que ser papá o marido, o trabajar en la fábrica como otro cualquiera, o andar, como cualquiera, de peatón.
¡Eso es!, dice Jaime. No soy un poeta: soy un peatón.
Y esta vez se queda echado en la cama con una alegría dulce y tranquila.
EL ENGAÑO A LOS OJOS
Con qué nobleza se revuelven
Todos juntos esos muchachos
Y claman por una justicia
Perturbando, vociferando,
Tan inocentes los carrillos,
Tan fieros el porte y los pasos,
Con la mirada en dirección
De un porvenir extraordinario,
Pero a la vista ahora, ahora,
Presente ya sobre el asfalto
De las calles estimuladas
Por los rumores calculados
De esa tan filial muchedumbre,
Coro de gargantas y brazos,
Crédulamente fiel y dócil
-Candor por alud- al dictado
De los mayores en edad,
En crueldad y en aparato,
Aun carceleros de una cárcel
Donde todo queda murado,
Sin salida a ningún futuro:
Ni a ese que van anhelando
Los que, por fin, desfilan jóvenes,
Magníficos frente al tirano.
VIDA
Un pájaro de papel en el pecho
dice que el tiempo de los besos no ha llegado;
vivir, vivir, el sol cruje invisible,
besos o pájaros, tarde o pronto o nunca.
Para morir basta un ruidillo,
el de otro corazón al callarse,
o ese regazo ajeno que en la tierra
es un navío dorado para los pelos rubios.
Cabeza dolorida, sienes de oro, sol que va a ponerse;
aquí en la sombra sueño con un río,
juncos de verde sangre que ahora nace,
sueño apoyado en ti calor o vida.
EL QUE PRETENDE
El que pretende dirigirse a la humanidad
o es un tramposo o está equivocado.
La pretendida comunicación se cumple o no;
el autor no es responsable,
ella se da o no por añadidura.
El que quiera enviar un mensaje
- como se ha reiterado ya tantas veces -
que encargue esta tarea a una mensajería.
Orgullo
Cuando estoy solo con mi orgullo lo ignoró por completo y siento el peso de mis malas decisiones, decisiones que justifico bajo la escusa "Soy humano por lo tanto cometo errores" .
Me refugió en la soberbia y tan poquito he logrado, me he tropezado con la misma piedra y que creo que hasta con ella me he encariñado.
Cuestione el destinó he disfrazado algun dolor y trate de matar alguna pena con sexo o alcohol, pero es peor se agudiza y lloró,mas porque el tiempo no lo cura todo.
No perdlnamos, no ofrecemos disculpas y vivimos con la mas erronea convicción de que nos la sabemos toda y siempre tenemos la raZón. Son oscuro es el que danzamos bailamos hacía el Hades que con errores creamos, luego nos preguntamos ¿ Porque me pasa esto a mi? La vida te enseña pero sino aprendes la lección, se vuelve a repetir ..
Todo esta bien ya no te Nesecito, son las metiras que a diario me repito, ni yo mismo entiendo porque me complicó, si quiero estar contigo hasta que seamos viejitos ..
A KEMPIS
Ha muchos años que busco el yermo,
ha muchos años que vivo triste,
ha muchos años que estoy enfermo,
¡y es por el libro que tú escribiste!
¡Oh Kempis, antes de leerte amaba
la luz, las vegas, el mar Oceano;
mas tú dijiste que todo acaba,
que todo muere, que todo es vano!
Antes, llevado de mis antojos,
besé los labios que al beso invitan,
las rubias trenzas, los grande ojos,
¡sin acordarme que se marchitan!
Mas como afirman doctores graves,
que tú, maestro, citas y nombras,
que el hombre pasa como las naves,
como las nubes, como las sombras...
huyo de todo terreno lazo,
ningún cariño mi mente alegra,
y con tu libro bajo del brazo
voy recorriendo la noche negra...
¡Oh Kempis, Kempis, asceta yermo,
pálido asceta, qué mal me hiciste!
¡Ha muchos años que estoy enfermo,
y es por el libro que tú escribiste!
MEZCLA ADULTERIO DE TODO
En América, profesor;
En Inglaterra, periodista;
Es a grandes pasos y en sudor
Que ustedes seguirán mi pista.
En Yorkshire, conferenciantes;
En Londres, un poco banquero
Se burlarán de mí.
Es en París que yo me pongo
Casco negro de nomeimportista.
En Alemania, filósofo
Sobreexcitado por Emporheben
A gran aire de Bergsteigleben;
Yo yerro siempre de aquí allá
A diversos golpes de tralalá
De Damas hasta Omaha.
Yo celebraré mi día de fiesta
En un oasis del África
Vestido de piel de jirafa.
Mostrarán mi cenotafio
En las costas ardientes de Mozambique.
La belleza de la vida
La belleza de la vida es difícil de ver, tantas personas se abruman con las desgracias y los deseos que se olvidan de estar vivos, y simplemente viven.
La vida es un misterio para gozar y no un secreto a descifrar, más vivir sin apreciar es como amar sin sentir, la vida es más que vivir, lamentablemente la belleza se localiza en la unión del corazón y la mente, y el camino se torna difuso para los que aún no saben andar.
La belleza de vivir es como el polvo que hace presencia en los rayos de luz que entran por la ventana momentos antes del atardecer, quédate tranquilo y lo veras danzando de forma sosegada y armónica, haz viento con tus labios o bruscos movimientos y el desfile perderá su orden, quizá vivimos encerrados entre cortinas de preocupaciones que no nos permiten apreciarlo, o quizá abrimos el telón en los momentos incorrectos de la vida; con nuestros errores dejamos de verlo danzar, y asumimos que la vida carece de destello, sin dejar siquiera paso a la esperanza de un rayo de luz que nos deslumbre con su majestuosidad.
Cuerpo y alma
El humano es moldeado
con cuerpo y alma
por la creación divina,
un soplo le ofrenda la vida
y con ella, inteligencia
sentimiento… albedrío,
en un mundo utópico
rodeado de misterio,
va en post de su destino.
Sin estar manifiesta el alma,
es como el sexto sentido
la voz de la conciencia
y el susurro del presentir,
ésta perdura por siempre
aunque el cuerpo deje de existir.
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