Vuestros poemas
Hacer el amor
Es como una obra de arte
pasional, expresivo…
en donde juegan un rol
los cincos sentidos.
se detalla la desnudez
sin buscar perfección alguna,
escuchas con ternura
lo que la boca a tu oído susurra.
con cada besos ávidos
y caricias palmo a palmo
sienten es una entrega única,
perciben el olor a sexo
como esencia pura.
Una despedida
¡Adiós y hasta nunca!,
fue una despedida tan corta
y los segundos más tristes.
¡Y todo pasó!,
aunque mi corazón
se quedó pensando
cómo será la vida
ahora que te fuiste.
No me quise imaginar,
pero cuando me di cuenta
de la realidad, entendí,
porqué un hombre llora,
porqué está tan sola la alcoba,
porqué la soledad embriaga
y por qué la melancolía de pocos
te mata.
¡Y todo pasó!,
aunque mis ojos
con unas espesas lágrimas
que recorrían mis mejillas,
veían como te alejabas.
Entonces le pedí a mis ojos
que vuelvan a ver
por última vez tu rostro
y a mis labios;
no volver a pronunciar
tu nombre.
Y tu recuerdo se alejó,
así como tu presencia
se fue desapareciendo
entre los árboles y las flores,
entre tu adiós y tu despedida,
entre mi dolor y mi alma perdida.
Promesa vacia
Lo siento
Lo he vuelto a hacer
Lo he abierto y lo abriría
Parece que me puedo contener
Sin embargo
He vuelto a escribir poesía
Me prometí que jamás lo haría
Pero es que creo que
no soy yo,
Quien escribe
No soy yo,
son mis dedos
Mis impulsos, mis deseos
No entiendo bien porque escribo
Además de que está claro que
No se hacerlo
Quizás algún día aprenda
Si es que vuelvo a prometerlo
Sra. Sociedad
Hoy me sobra calendario
Y me falta distancia
Será larga y dura
la estancia
Obligado a este encierro
Para remediar sin remedio
a una sociedad ofendida
Alejado del civismo
me refugio en estas letras
Que me envuelven de olvido,
Cuando corroe la tristeza
Sepa señora sociedad
Que alejado de usted
me siento muy querido
Por esta reclusión
Y ahora nado en la riqueza
Infravalorada de las horas,
que a otros le faltan
Y a mi me sobran
Tal vez sería mejor castigo
No dejar tanto tiempo improductivo
Al que con gusto le he sacado provecho
Como un animal al acecho
He esperado estas estrofas
Que atraviesan los barrotes
Y me devuelven a usted
Señora sociedad!!
V
Enviado por danteverne Seguir
Me detuve un momento
en el umbral de mi vida
esperando una voz amiga
que me dijera como a Lázaro:
“Levántate y camina”.
IV
Enviado por danteverne Seguir
He venido a posarme sobre este muro
que hay entre tú y yo
y es que los muros no saben
que el amor puede volar.
III
Enviado por danteverne Seguir
Quiero pedir un deseo esta noche,
quiero que mi alma llene el cielo,
quiero que se paren los relojes,
que se detenga el tiempo,
y que de mí te enamores.
II
Enviado por danteverne Seguir
Y esta noche será la última,
la última en que tú calles.
Ábreme tu corazón de parte a parte
y déjate llevar,
hoy el amor será tu acompañante,
como tantas noches en que tú callaste
aunque esta es especial:
Ahora tú también lo sabes,
el amor te había acompañado antes.
I
Enviado por danteverne Seguir
Vivo en un laberinto de pasiones
en el que a veces me pierdo;
soy un alma en un desierto
que busca dos estrellas en la noche
que me guíen hasta tu encuentro.
LA FRAGUA DE DON GENARO.
En una humilde choza de ratonera
vivía un matrimonio muy anciano:
ella hilaba lana con su uso
él tenía una fragua manejada por su mano.
Eran tan pobras doña Juana y don Genaro
Que su rancho no tenía ni siquiera piso
Menos una ventana
Solamente una mesa y vasija de madera.
En su fragua el anciano pasaba
horas y horas trabajando
con el fuelle encendía el carbón
y así los arados iba arreglando.
A pesar de su pobreza eran felices
y la novena del Carmen tenían que rezar
acompañados de sus vecinos
aunque yo era aún niña, era la primera en llegar.
Que tiempos tan felices aquellos
que hoy he vuelto a recordar
el agua pura, que por un tubo
salía fresca y limpia para tomar.
Miles de plantas en su huerto
había para cualquier toma preparar
Porque ellos eran tan pobres
que en la botica no podían comprar.
De mi niñez, mi recuerdo más lindo
cuando en su fragua jugar me dejaba
encendiéndole el carbón
que tanto le costaba.
Con su cara llena de risa
con sus manos llenas de cayos
nuca me dio una pastilla,
pero tampoco nunca un regaño.
Que Dios los tenga en el cielo
a doña Juana y don Genaro.
Marta Gittermann
Desde el 291 hasta el 300 de un total de 3486 Poemas