Vuestros poemas
EL TORO FLACO
Brama el toro muy contento
porque una vaca viene a pololear:
es Carlos Castro, mi vecino
que tuvo que dejar de trabajar
Pregunto ¿cuántas ha traído?
para en el cuaderno anotar:
“es la misma del otro día,
que se ha vuelto a “malotar””
El toro está flaco y lleno de moscas,
la vaca no quiere montar,
esa la historia de siempre:
la “cruza” no ha de pagar.
Estará enfermo, el muy astuto
pero decido ir al potrero,
y sin que Carlitos me vea
yo le cuento los terneros
De las vacas que me trajo repetidas
hay nueve terneros nacidos.
Él me dice “son hijos de viento”,
yo sé que me ha mentido.
Como es muy buen vecino
lo tengo que perdonar
como Dios sabe quién mal obra
-algo malo le va a pasar-.
Marta Gittermann
LA RARA
En un frondoso y verde boldo
hay un nidito de pajarito
hecho de lana, pasto y pelito
en su interior hay cuatro huevitos
Cuando pasaron algunos días
y ya nacieron los pajaritos,
el gato trata, con gran porfía
busca llegar donde está el nidito.
Volaron hoy. Que gran horror
pues eran unas dañinas raras,
y yo que siempre las defendí:
mejor habría sido que el gato las casara.
Pero Dios creó las aves
y los feroces animales
y aunque sean buenos o malos
unos cantan y otros hacen daño.
Marta Gittermann
EL ARADO Y EL ARADOR
Arrastrado por dos bueyes
Va trabajando el arado
Puede estar hecho de fierro
Como puede ser de palo.
El arado de fierro
consta de varias piezas
timón, gualeta, zapato, araña
y es para barbechar la tierra.
El arado de palo
Es para melgar
Y para aporcar las papas
Cuando están todas juntas en un lugar.
Bajo el sol quemante
Bajo la lluvia sin cesar
El hombre campesino pobre
Así tiene que trabajar.
Él nunca recibe un aplauso
Porque siempre huele a sudor
Pero el que canta en un escenario
Aunque sólo rebuzne lo aplauden con amor.
Por eso, los que amamos la tierra
Sabemos muy bien valorar
Cuán difícil es producir cereales
Después de tanto trabajar.
Hay que sacarse el sombrero
Para el hombre de campo saludar
Éste merece un homenaje
Porque él si trabaja de verdad.
Los campesinos no tenemos luz ni agua
Y así tenemos que vivir
Quizás sólo por ser pobres
No tenemos derecho a ser feliz.
Marta Gittermann
LOS PAJARITOS
Cada año que pasa
Se ven menos pajaritos en el campo
Las mañanas son más tristes
Ya no alegran con su canto.
Las hermosas loicas
Con su pechuga colorada
Los tordos, diucas y zorzales
Se escondieron en los matorrales.
Ya no quedan viejos pellines
Donde los pitíos hacían sus nidos
Tampoco hay torcazas, tortolitas
Los pájaros todos se han ido.
El hombre con su escopeta
El niño con su honda
Los cazan por divertirse
Y hasta destruyen sus nidos
Los pajaritos los creó Dios
Les dio una garganta primorosa
De todas las cosas que cantan
La de los pajaritos es voz hermosa.
El cernícalo, peuco, traro
De los pajaritos son su enemigo
Como también lo son del hombre
Cuando en la siembra le comen el trigo.
Nunca mates un pajarito
A lo mejor tiene un nido
Y si les falta su madre, las crías
Se mueren de hambre y de frío.
Aprende de la naturaleza
Lo más lindo que creó Dios
Donde sin drogas ni borracheras
Sólo alaban al señor.
Ellos comen gusanitos
Y tú puedes observarlos
Ellos corren y luego escuchan
Y así pueden encontrarlos.
EL PAVO
EL PAVO
El pavo se quedó solo
Porque la pava se había echado
Y sin que yo me diera cuenta,
El pavo se había escapado.
Se fue por los potreros
muy enojado gurgurando,
y yo, por todas partes,
al pavo andaba buscando.
Aunque ustedes no quieran creerme
cruzó el pavo montes, y pastizales
Anduvo más de dos kilómetros
Gurgurando en medio de matorrales.
Y no faltó quien lo vio
y se lo quiso robar
pero el pavo, que no era tonto
arriba de un árbol se fue a volar.
Tuvimos que hacer una junta
para poderlo tomar,
ahora lo tengo encerrado,
para que no se vuelva a escapar.
Hasta que nazcan los pavitos,
de nuevo acompañado estará
tendrá que buscarles gusanitos
Y así se entretendrá.
EL TORO Y EL HOMBRE
EL TORO Y EL HOMBRE
Tengo una ternerita clavela,
que apenas tiene ocho meses
el toro la arrinconó contra un cerco
Y la violó varias veces.
Yo quería dejarla para cría
porque es hija de vaca lechera
pero como es tan nuevecita,
es probable que, al parto, muera.
Ayer mi vecino me dijo:
“el toro téngalo aparte”
esto yo lo he sabido siempre,
pero tenía poco talaje.
Ahora tendré que venderla
antes que muestre preñez
y para el próximo año
no me pasará otra vez.
Cuando escuchamos noticias
de sicópatas y depravados
que violan y matan niñitas
y son defendidos por abogados.
La ley debiera ser más dura
con los bandidos sin corazón,
que cometen horrendos crímenes
que son vergüenza para la nación.
Yo por eso perdono a mi toro
porque es ser irracional
y que violó a la ternerita,
porque él sí que es animal.
LA TORMENTA
Con negras nubes
se cubre el cielo amenazante,
el viento norte sopla furioso
y la lluvia caerá en un instante.
Granizos y fuertes nevadas
corre el agua a yoco por la cascada
llevando todo lo que encuentra
con mucha furia hasta la quebrada.
Animales, pollos y pajaritos
todos corren a ocultarse
tras de las matas y los corrales
que el invierno ya empezó a notarse.
Dios hizo frío, sol y agua
Cada cosa en su estación
Cuando nos halla despreocupados
Nos atormenta el corazón.
Gracias Padre Bueno
por todo lo que nos das,
cada cosa en su momento
hasta el día en que Tú vendrás.
TRIBUTO A LA COCHA
Eran diez lechoncitos
nacidos de una mamá
elegí para hacer cría
la más chica de la “parvá’”
Apenas tenía seis meses
ya quería ser mamá.
Yo no accedí a su deseo
para que no le pasara na’
Luego pasaron los meses
y nadie la pudo parar
paría al año tres veces,
sus hijos, sabía cuidar
Recibió por nombre Cocha
es golosa, astuta, obediente
y aunque es animal y no habla
ella todas las cosas entiende.
Y como es tan regalona
come sólo lo que le gusta:
leche, frutas, trigo, chancado
y alguna gallina gorda.
Tres meses estuvo perdida
pa’l tiempo de las avellanas
un día saqué noticias
que en un muelle viejo alojaba
Para pillarla durmiendo
me levanté muy temprano,
y al llegar no pudiera verme,
con una vela en la mano.
Llamándola por su nombre,
la traje hasta su chiquero
se me había embarazado
por ahí yo no sé como
y la crianza se ha aumentado.
Dos veces tuvo chanchitos
en una noche de invierno,
se quedó afuera en el potrero
y las crías, del frío, murieron.
Pero ella se reponía
y luego de un par de meses
de nuevo estaba pari’a
Otra vez la atacó un león:
llegó con las piernas heridas.
con mucha penicilina
la Cocha seguía viva,
en su chiquero botada
dos meses a pura comida.
Hasta su quinta, don Ciro
un día debió cortar
porque la Cocha y sus crías
de ahí nadie podía sacar.
Cincuenta y cuatro pariciones
en dieciocho años de vida
entre cinco a doce lechones
eran los que ella tenía.
Por un promedio de siete
cincuenta y cuatro pariciones
dan trescientos setenta y siete
a diez mil, dan cuatro millones.
Feliz hoy la Cocha pasea
por los potreros que quiere,
de vieja, ya no tiene hijos
pero sigue arrogante y fiera.
Y siempre comiendo algo bueno
pues todo se le perdona
y no le teme a la muerte:
ella morirá de vieja.
Los vecinos la conocen
y la conocen sus perros,
si alguno quiere morderla,
mordidos resultarán ellos.
Cuando vienen mis nietos
ella se pone celosa
y se gana por delante
para que vean cuánto vale la cocha
Dios quiera que sea ella
la que primero se muer
EL CAMPESINO
La suave brisa de la mañana
mece las hojas de los trigales,
las aves trinan desde las ramas,
bebe la vaca en los manantiales.
El campesino, aún somnoliento
de madrugada suelta la yunta,
para que coman el pasto fresco
en la pradera, allá en la junta.
Él sin descanso, siempre sonriente
de sol a sol, al agua o frío
callosas manos secan su frente
de cien gotitas como el rocío.
Siguiendo el surco con las semillas,
después la echona, luego la era
para trillar el dorado trigo
que es su alimento hasta primavera.
El abrazo del oso
Enviado por danteverne Seguir
Lejos de saciar mis ansias
en locura me enajenas,
es tortura que me asombra
es hambre que me devora,
celda donde hallo tu sonrisa,
nostálgica cazadora de sombras,
huyes cuando te aproximas,
te acercas cuando estás rabiosa,
y en mis fantasmales besos de rosa
te cobijas, te enciendes sola,
y le robas a mis huesos
de viejo oso en celo
un abrazo y una derrota,
limosna de besos huecos,
latidos que se desbocan,
sueño del sueño que deprisa
llega y me implora
que me derrita en tu boca traviesa,
que te atraviese en esta hora
en la que tú eres mi presa
y yo tu carnívora presencia,
tu voraz depredador de diosa.
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