Vuestros poemas
Nocturna
Enviado por danteverne Seguir
Tu mirada ardiente, tu andar felino,
tus manos como rosas calientes,
tu corazón de noche y estío,
emergen de su retiro,
fuente de insomnios sombríos,
ilusión, delirio de alas inconsciente,
para ser tierra fértil en primavera y destino
de mis barcos sin nombre, veleros turbios
que ascienden suave y lentamente
por la llaga eterna de tu abismo.
Y me visto de tormentas,
embriagado de sueños peregrinos
para conquistar tus arrogantes almenas
con mis garras envueltas en suaves racimos
para abordar y hacer mía tu tronera
para ser uña y carne contigo
en esta noche perfecta,
en este embrujado espejismo,
de aspavientos y húmedas entregas,
de dulces brazos y abrazos en precipicio,
que con pasión se hunden y entierran
raíz en pliegue que llene el vacío
de tus ausencias muertas,
de tu lecho que ya es mío.
Noviembre
Enviado por danteverne Seguir
Qué difícil es cerrar los ojos
y no verte,
mascar la vida en síntesis,
y sentir la herida,
la máscara de una sonrisa,
que disfrace el dolor,
y perderte,
y perderme en un hosco,
ciego rastro de prisas
y silencios.
Mientras Madrid duerme,
la lluvia limpia
los recuerdos agridulces,
las huellas dentelladas
y calientes
que dejaron mella
en este sueño líquido,
en esta esquirla,
en esta brecha,
en este frío refugio
carente
de tu esencia,
del sueño de una vida
que nunca se produjo,
de la nada inversa,
del influjo moribundo
de una muerte
anunciada y ciega.
Tu cuello
Enviado por danteverne Seguir
Liturgia de mis manos en tu pelo,
caricia urgente, llena de un instante
sagrado, complaciente en la rasante
donde tu cuello exige terciopelo.
Conjúgame, condéname a tu cielo
que yo llevaré el agua delirante
en éxtasis de arcángeles, calmante
para tu fuego eterno sin consuelo.
Transfigura mi carne al comulgar,
bebe del verbo dar, ven y levita,
y al descender traspasa para amarme,
resucítame al pie del noble altar,
donde tu sacramento oral gravita:
un beso bastará para sanarme.
El recuerdo del pesar
Enviado por michelle-ac Seguir
El dolor con desesperación taladra mi corazón,
pero aunque mi cerebro se distraiga con cálculos sin parar
y mi cuerpo ría sin cesar, mi alma sufre al son del amor;
y cuando mas cerca esta del suelo tocar,
mi cuerpo se empieza a desmoronar y mis facciones empiezan a llorar;
sin embargo, dormir sin mentir hace que vuelva a nacer y despertar hace que mi ser vuelva a morir.
ROSAS CON ESPINAS QUE HIEREN MI...
Enviado por michelle-ac Seguir
Rosas con espinas que hieren mi piel, mi alma y mi ser;
Unas manos bondadosas que vendan y curan mi dolor.
Una mujer con alma de niña ve de color,
lo que un día vio como lo peor.
Un ser armonioso ha calmado su dolor y con una sonrisa ha abierto su corazón.
Pensamientos que traen recuerdos
Enviado por michelle-ac Seguir
El dolor se plasma en una hoja de papel,
se llena de lagrimas y pensamientos que recuerdan
los hechos mas oscuros de mi vida.
Mi mente se derrite y mi corazón se ve enjaulado en las rejas de la injusticia pura;
mi conciencia ya no se encuentra aquí
y el sufrimiento se propaga por cada rincón
de mi magullado y frágil cuerpo, como si el fuego se extendiera por una selva completa,
quemando y arrasando todo a su paso.
El reflejo de mi alma atreves de mis ojos muerta esta;
ya no se que es sentir ni muchos menos vivir.
Déjame ser tu compañía
Enviado por michelle-ac Seguir
Un ser perdido entre la niebla mas densa;
niebla que oculta pero no desaparece el corazón de aquel que se pierde en su melancolía.
Puede que algún día logre ver aquel dulce ser que se esconde detrás de las espinas que surgen de su alma.
Oh, pequeño he indefenso gatito,
oculta tus garras y pierde el miedo que te consume;
déjame acercarme y ser tu fiel compañía.
No corras, no te escondas, no seas necio
y deja que te caliente he ilumine del frio y oscuridad que
rodean tu pequeño corazón escondido entre el pesar.
misterioso y escurridizo gatito, déjame ser tu compañía.
La flor se marchito
Enviado por michelle-ac Seguir
Las nubes negras se encuentran más cerca de mi;
la oscuridad se cierne sobre mi.
El demonio de la desesperación, con sus garras estruja el pequeño he indefenso corazón que con el paso del tiempo de debilito.
Mirando hacia el exterior con los ojos nublados, recuerdo el momento en el que era una hermosa flor;
mis lagrimas se desbordan y bajan por mis mejillas como un rio enfurecido.
Mi cuerpo tiembla y en el momento donde contemplé la muerte de mi corazón, mi alma salió corriendo de su templo, con la mas temblorosa expresión.
Mi cerebro deja de pensar y el dolor inunda lo poco que aun queda de mi.
La furia se manifestó; mis piernas y manos actuaron.
Acorralaron y desmembraron aquel ser causante de mi desolación.
Mi boca exhibió su existencia con la mas horrible sonrisa y odiosa risa que mis cuerdas vocales pudieron recrear de aquel demonio que me mostró la realidad que se asomaba por mis ojos entristecidos.
Solo existiendo pude comprobar lo horrible que es vivir y lo bello que es morir;
y en aquel instante, la poca hermosura que quedaba de esa flor, desapareció y entre llamas su dolor se camuflo.
Con los años a cuesta
Las personas a los
…60, 70, 80…
al ser ágiles y vigorosos
los acuña la felicidad
y por ser tan acuciosos
interviene la complicidad,
otros van con parsimonia
solitarios, cabizbajos…
como en una ceremonia
por la serie de altibajos,
al ellos ignorar el tabú
disfrutan de la vida
y con tallos de bambú
van en cada salida.
cuando la enfermedad
se adueña de sus cuerpos
limitados por la edad
no actúan los anticuerpos,
ésta silenciosa se propaga
como hojas secas al viento
y el hálito de vida se apaga
al escaparse el aliento.
La luz de las estrellas
Alumbran las estrellas,
Mi camino, espera.
Estoy buscando el edén,
¿Lo ves?, espera.
Cuando esté, te guiaré,
Así, como las estrellas.
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