72 Poemas buenos
El regalo
Esperaba otra cosa de ti,
algo que llenara mis expectativas
Tu que me conoces sabrías,
que era lo importante para mi
Esperaba otra cosa de ti,
otra actitud, otro enfoque,
algo que sorprenda ,que choque
Que sea un orgullo para mí
Pero no ,caiste en lo vulgar
Comportamiento comodo y egoísta
Típico de tu forma de actuar
Creyéndote una gran artista!
Eso vale para ti? Tantos años de cariño?
Si yo era solo un niño,cuando te conocí.
Y hemos llegado hasta aquí!!
Pero es el último año
Que soporto tu soberbia
Ya no aceptaré más
Tu mezquindad que da pena
Pudiéndome haber obsequiado
Un reloj,un anillo,una cadena
O una romántica cena o
entradas para el futból !!
He descubierto tapadas
En un envoltorio extraño
"Mi amor feliz cumpleaños"
Y unas medias de algodón!!
Juan.R
El patio
El patio se lleno de pájaros
Y el ruido opaco el silencio
Las plantas indefensas tiritaron
Ante un posible ataque de los nietos.
Un ejército de inocentes soldados
Atacan la siesta de los abuelos
Que somnolientos salen a calmarlos.
Con un puñado de ricos caramelos
Que inutil sería el patio sin ellos,
desnudo de gritos y de risas.
Vacío de naves espaciales,
construidas con ramas y con sillas
Nunca te conviertas patio mío,
en un lugar prolijo y solitario.
Deja que el desorden haga nido,
para que puedan los nietos disfrutarlo
Juan.R
"vejez solitaria
Vejez solitaria
Se quedan solos aquellos,
que en solitario vivieron
Que no sembraron amigos
Que a poca gente quisieron
Que no tendieron la mano
Cuando muchos la pidieron
Que cruzaron de vereda
Cuando al acreedor vieron.
Que mezquinaron un beso
Cuando labios le ofrecieron
Cuando cruzaron los brazos
Ante un abrazo sincero
Se quedarán solos aquellos
Que a otros nunca se unieron
Para reclamar derechos
Y por ende se perdieron
Solos muy solos quedarán
Aquellos que no supieron
O no quisieron amar.
Pero hay otros que están solos
Y no por su proceder,
Quedaron solos por viejos
Y nadie los quiere ver
Son personas invisibles
que dieron todo en la vida,
Sin embargo los ignoran
Como gallinas perdidas
Por todos abandonados.
Incluso por su familia.
La vejez seguro es triste
Cuando se vivió equivocado
Cuando los recuerdos duelen
Y los sueños se olvidaron.
Hay muchos viejos que fueron
un Ejemplo permanente
Que su vida consagraron
Al servicio solamente
Sin embargo quedan solos
Esperando a San la muerte
Nadie los va a visitar
Que Dios perdone a esa gente!!
Juan.R
Entre el cielo y el infierno
Hola conciencia!
Acá estamos, solos tu y yo!
al final del camino..
Como dos viejos amigos
Para decirnos adiós
La última conversación
La sincera,la que vale
Las cartas sobre la mesa
Y veremos lo que sale.
Las miserias más profundas
Que anidan en mi interior
Se juntaran con las obras
Que realicé con amor
Todo entrará en la balanza
Mis aciertos,mis errores
mis miedos,mis desiciones
Todo el daño que cause
Sin importarme quien llore.
Enfrentados cara a cara,
para un balance final
Ya no puedo arrepentirme,
pues lo hecho ,hecho está.
Conciencia tienes las llaves
De la puerta de lo eterno,
Yo creo que tu decides
Entre el cielo y el infierno!!
Juan..R
Fantasma bajo la luz.
Enviado por beckybolangerie Seguir
Los mechones de mi pelo se iluminan bajo el resplandor ámbar
se bañan.
Así deben estar
La última farola restante que ha resistido la prueba del tiempo
La última que aún debe ser reemplazada por el enfermizo tono azul- verdoso del futuro.
Me baño. Calma; respirando aire del presente pero viviendo en el pasado.
La luz parpadea.
Yo parpadeo.
Versos insípido y otros intentos de poemas
Siéntete libre de contarme tus secretos.
Que yo no juzgo.
No engaño.
No traiciono.
Nadie sabrá que has hablado conmigo.
Soy discreto,
torpe pero me controlo.
Impulsivo pero recatado.
Receloso con los misterios,
palabras perdidas,
y promesas rotas que en mí se depositan.
Todo lo que me des será solamente nuestro.
¿Qué si me lastimo? No te preocupes.
Ya lo han hecho otras veces y lo tengo superado.
Esta vez seré indomable;
ahora vamos con todo
pués con cada caída
nos hemos levantado
mas fuertes,
victoriosos.
Así que
siéntete libre de contarme tus secretos,
que esta vez seremos felices.
Atentamente: Tu corazón.
MUERTE DE LA ARDILLA
Caía la tarde, ya más dorada que azul.
En el horcajo de un espino, por el sendero
que conduce al pinar, una ardilla
se acurrucaba en forma de espiral,
la cola cargada a la espalda;
su cabeza se amodorraba; toda ella pena,
su pata meneaba una ramilla.
Con sólo una triste mecha de pelo,
bruna la piel, surcada, deseaba morir;
nada ve ya, empañado queda
el verde camino de hojas donde triscó;
en su postrer, desfallecido instinto, siente
cerrarse el estío, detenerse la vida,
el miedo que huye para nunca más volver.
Por la hierba me fui de puntillas.
Rondaban las abejas los brezos.
Hacia la ciudad surcada por golondrinas,
un sauco estaba todo lleno de tordos.
Y yo, mortal, emponzoñado mi ocio,
en mi sombra, a mi lado, vi cómo
me vencía el grave pensamiento.
LA PEQUEÑA DURMIENTE
No es que el mundo esté bien: es que no existe.
No hay nada alrededor:
sólo tu sueño.
Nada tiene más ley que tu abandono,
tu suave abjuración ,
la dulce apostasía que te ausenta.
No hemos fundado el mundo: nunca cambia.
Pero este cuadro es nuevo
-padre e hija-,
porque sólo el amor es diferente,
sin por ello dejar de ser lo mismo.
El anchuroso mundo, que no importa,
gravita en torno a ti: lo has imantado,
y vive irreprochable hacia tu brújula.
Lo innúmero se rinde a tu unidad sencilla.
Durmiente flor desnuda en mis palabras,
adormidera de los desencantos,
prístina amapola pálida.
EL POZO SALVAJE
Por más que aburras esa melodía
monótona y brumosa de la vida diaria,
y que te amansa;
por más lobo sin dientes que te creas;
por más sabiduría y experiencia y paz de espíritu;
por más orden con que hayas decorado las paredes,
por más edad que la edad te haya dado,
por muchas otras vidas que los libros te alcancen,
y añade lo que quieras a esta lista,
hay un pozo salvaje al fondo de ti mismo,
un lugar que es tan tuyo como tu propia muerte.
Es de piedra y de noche, y de fuego y de lágrimas.
En sus aguas dudosas
reposa desde siempre lo que no está dormido,
un remoto lugar donde se fraguan
las abominaciones y los sueños,
la traición y los crímenes.
Es el pozo de lo que eres capaz
y en él duermen reptiles, y un fulgor
y una profunda espera.
En tu rostro también, y tú eres ese pozo.
Ya sé que lo sabías. Por lo tanto,
Acepta, brinda y bebe.
LA AFANADA
Oh, mujer que andas sólo por atajos,
veredas que parecen secretos campesinos;
oh, nunca deseada a plena luz del día;
tu labor, qué afanosa; de luto es tu vestido.
Bordeas, recatada, los surcos campesinos.
El aire es denso. Ningún rumor produce la alborada.
Si la alondra tardase, tu corazón se ahogaría.
Pero no vuelves la vista para contemplar el vuelo.
Pasas, ligera, cuando el camino lo permite.
¿Vas -tu única diversión- hacia la ermita vieja
-tres horas de camino-, a ver a algún sobrino enfermo?
Amada nunca fuiste, ni adolescente o libre.
Si inclinas la cabeza, de alegría o tristeza,
el rostro te ilumina la luz del delantal.
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