235 Poemas de desamor
Ahora que ya no estas...
Han pasado algunas semanas o meses tal vez, perdí la cuenta del pasar del tiempo, desde aquella noche que te marchaste, ya nada es igual...
Hoy, los gatos dejaron de maullar tu nombre, la tristeza y soledad han terminado por desgarrar mi alma, tengo miedo de cerrar los ojos porque se que te veré, y no quiero, no quiero sufrir más, me odió y mis ojos se nublan al recordar la razón por la que te fuiste , corro a máxima velocidad por el tunel oscuro y sólo que me llevará a tu corazón, pero no encuntro la salida, será que fue otra de tus mentiras...?, como cuando me dijiste que no te alejarias...
Muestro una falsa sonrisa a familiares y amigos, para disimular que tu partida no me ha hecho el menor de los daños, sin embargo se que por dentro estoy destrozado, queriendo gritar tu nombre a los cuatro vientos, pero se que no lo oirás, ni leerás estas palabras que ahora escribo...
Por las noches mi mente se dedica a recordarte sucesivamente y mi boca a pronunciar tu nombre... Sin embargo caigo en cuenta que esto solo me atormenta, pero no me enseñanaste a como superarte, a como vivir la vida sin la razón de mi existir...
Aún recuerdo lo feliz que estaba cuando tu ser complementaba mi alma, cuando escribía poemas de amor, y escuchaba canciones para dedicar, esos días fueron geniales, como la infancia llena de caricaturas y salidas al parque...
Ver tu sonrisa perfecta, tu largo cabello, y esos inigualables ojos era mi vició favorito, tus consejos, tu amor por los animales, las charlas, y muchas cosas más fueron la razón de que me duela tanto el que ya no estés...
He dejado de sonreír, de levantarme feliz por la mañana, de contar las horas que faltan para verte, ya no pienso en ese futuro juntos, he dejado de vivir...
NO ME PROMETAS UN POR SIEMPRE...
No me prometas un por siempre por que no existe tal cosa,
No me prometas el mundo porque nunca ha de ser tuyo,
No me prometas el cielo porque nunca podrás alcanzarlo
Y no me prometas tu amor eterno porque de todas formas,
Nuca he de ser tuya.
EL ALMA TENÍAS...
El alma tenías
tan clara y abierta,
que yo nunca pude
entrarme en tu alma.
Busqué los atajos
angostos, los pasos
altos y difíciles...
A tu alma se iba
por caminos anchos.
Preparé alta escala
-soñaba altos muros
guardándote el alma-,
pero el alma tuya
estaba sin guarda
de tapial ni cerca.
Te busqué la puerta
estrecha del alma,
pero no tenía,
de franca que era,
entrada tu alma.
¿En dónde empezaba?
¿acababa, en dónde?
Me quedé por siempre
sentado en las vagas
lindes de tu alma.
EL POETA PIDE A SU AMOR QUE LE ESCRIBA
Amor de mis entrañas, viva muerte,
en vano espero tu palabra escrita
y pienso, con la flor que se marchita,
que si vivo sin mí quiero perderte.
El aire es inmortal. La piedra inerte
ni conoce la sombra ni la evita.
Corazón interior no necesita
la miel helada que la luna vierte.
Pero yo te sufrí. Rasgué mis venas,
tigre y paloma, sobre tu cintura
en duelo de mordiscos y azucenas.
Llena, pues, de palabras mi locura
o déjame vivir en mi serena
noche del alma para siempre oscura.
III
En la clave del arco mal seguro
cuyas piedras el tiempo enrojeció,
obra de cincel rudo campeaba
el gótico blasón.
Penacho de su yelmo de granito,
la yedra que colgaba en derredor
daba sombra al escudo en que una mano
tenía un corazón.
A contemplarle en la desierta plaza
nos paramos los dos.
Y, ese, me dijo, es el cabal emblema
de mi constante amor.
¡Ay!, es verdad lo que me dijo entonces:
verdad que el corazón
lo llevará en la mano... en cualquier parte...
pero en el pecho no.
Nada
Fui tu sombra
te seguía a todas partes,
sentía que me pisabas,
tan fuerte,
que sangraban mis pies.
Sentí dolor, tanto dolor,
tan intenso, que gemía,
dejaba húmedas huellas,
en la pálida arena,
que la teñía,
de rojo, de sangre.
Y vi en tus ojos
la tristeza reprimida,
llena de rabia,
de silencio, de cansancio.
Y quise ser tu aliento,
tu voz entrecortada,
tu reclamo,
quise ser tú.
Para odiarme,
para perdonarme,
quise ser tanto en ti,
que no soy nada.
gbl
22/06/2018
Derechos Reservados de Autor
UNA VEZ TUVE UN CLAVO
Una vez tuve un clavo
clavado en el corazón,
y yo no me acuerdo ya si era aquel clavo
de oro, de hierro o de amor.
Sólo sé que me hizo un mal tan hondo,
que tanto me atormentó,
que yo día y noche sin cesar lloraba
cual lloró Magdalena en la Pasión.
“Señor, que todo lo puedes
—pedile una vez a Dios—,
dame valor para arrancar de un golpe
clavo de tal condición.”
Y diómelo Dios, arranquelo.
Pero... ¿quién pensara?... Después
ya no sentí más tormentos
ni supe qué era dolor;
supe sólo que no sé qué me faltaba
en donde el clavo faltó,
y tal vez... tal vez tuve soledades
de aquella pena... ¡Buen Dios!
Este barro mortal que envuelve el espíritu,
¡quién lo entenderá, Señor!...
SU AUSENCIA
De aquí
a un tiempo,
puede
que llegue a ser
como vivir
en una ciudad que no te gusta
sabiendo
que nunca podrás
abandonarla;
pero eso,
en los mejores días.
AL PERDERTE YO A TI...
Al perderte yo a ti, tú y yo hemos perdido:
yo, porque tú eras lo que yo más amaba
y tú porque yo era el que te amaba más.
Pero de nosotros dos tú pierdes más que yo:
porque yo podré amar a otras como te amaba a ti,
pero a ti no te amarán como te amaba yo.
A LAS ÓRDENES DEL VIENTO
Para todos los que sienten que no están al mando
Me habría gustado ser discípula de Ícaro.
Hubiera sido hermoso festejar
las bodas de Calixto y Melibea.
Me habría gustado ser
un hitita ante la reina Nefertari
el joven Werther en Río de Janeiro
la deslumbrante dama sevillana
por la que Don José rechazó a Carmen.
Yo quisiera haber sido el huerto del poeta
con su verde árbol y su pozo blanco
el inspector fiscal
con el que conversara Maiakovski.
Me habría gustado amarte. Te lo juro.
Sólo que muchas veces la voluntad no basta.
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