Vuestros poemas
En un mismo sendero
Enviado por gerardocabus81 Seguir
Toma mi mano y caminemos juntos, en un mismo sendero! arrancando raizes de dolor! y sembrando semillas de amor!
Caminemos con serenidad, con fortaleza! con el sentir en nuestro corazón! con tranquilidad en nuestro espíritu, desbordando en la certeza!
Toma mi mano, abrazame fuerte y bailemos juntos, en un mismo sendero! compartiendo alegrias y tristezas! dolor y placer! cosas habiendo y por haber!
En un mismo sendero! caminemos juntos vibrando en el eco hasta del mas sublime sonido ligero! caminemos juntos sonriendo envolviendonos en las caricias de los colores del arcoiris en el profundo azul del cielo!
Caminemos juntos, con pasión , con devoción! en cada pensamiento! en cada sentimiento! en cada accion!
Toma mi corazón! toma mi aliento! y caminemos unidos, en un mismo sendero! y ser invencibles! ante la adversidad! ante el desosiego! y ante el dolor! para purificar nuestro amor.
En El Mismo Sendero
Enviado por gerardocabus81 Seguir
Toma mi mano y caminemos juntos, en un mismo sendero! arrancando raizes de dolor! y sembrando semillas de amor!
Caminemos con serenidad, con fortaleza! con el sentir en nuestro corazón! con tranquilidad en nuestro espíritu, desbordando en la certeza!
Toma mi mano, abrazame fuerte y bailemos juntos, en un mismo sendero! compartiendo alegrias y tristezas! dolor y placer! cosas habiendo y por haber!
En un mismo sendero! caminemos juntos vibrando en el eco hasta del mas sublime sonido ligero! caminemos juntos sonriendo envolviendonos en las caricias de los colores del arcoiris en el profundo azul del cielo!
Caminemos juntos, con pasión , con devoción! en cada pensamiento! en cada sentimiento! en cada accion!
Toma mi corazón! toma mi aliento! y caminemos unidos, en un mismo sendero! y ser invencibles! ante la adversidad! ante el desosiego! y ante el dolor! para purificar nuestro amor.
Un amor idílico
Ella al escuchar el silencio
percibe en su interior
un fervor por la vida
aunque le pesan los años
su espíritu se siente joven
y con el libre pensamiento
deja que todo fluya.
Sintiéndose aún divina
abre sus alas a lo inesperado
atrae a la fuente viva
de la emoción y las pasiones
con un amor idílico.
Por la bienaventuranza
¡ohhh! se le escapa un suspiro
y en la vivencia de la plenitud
las paredes de la alcoba
son las únicas testigos
que escuchan en la noche
el canto de los grillos.
No todo es materia
Enviado por danteverne Seguir
Cuando tus ojos se detienen en mi boca,
pura esgrima,
vibración extendida,
eléctrica carga
que en ese instante se refleja y radia
una lámina dulcísima, un destello,
una nube de deseo
en onda pura,
una certeza de relámpago
que desde el cielo de tus pupilas
me alumbra.
No todo es materia
y tus manos sin tocarme ya me tocan
desde tu orilla,
y una orden se revela
como una húmeda huella de vaho
en el espejo ardiente
de estos, nuestros abismos,
que entre sí se suturan,
bóveda de ensueño
donde no hay memoria.
De "El espejo insondable", disponible en Amazon
Fronteras
Enviado por danteverne Seguir
Si la única frontera reconocible fuera la piel
y a ráfagas insolentes tratara de hacerte saber que mi nombre
no es sino otra incertidumbre
cosida al rastro de un silencio tan noble
¿cómo no gritar?
¿cómo no inclinar la sangre hacia la hoja?
¿cómo no abrirse el pecho para dejar nacer ese río inaudible?
No quiero redención,
solo un naufragio seducido por tu mar.
No quiero un latido,
solo un corazón arrancado de su altar.
Antes de que anochezca
Enviado por danteverne Seguir
Antes de que anochezca
acércate a la alambrada
de mi corazón revestido de tormentas,
y hambrienta,
muerde, rompe, sesga,
el velo de mis ansias secretas,
de mis revelaciones en cascada,
donde nacen y mueren mis palabras,
y la luna tiene su parcela.
Y en el umbral de tus deseos
me detengo durante un instante
a tomar aire,
a releer tu cuerpo en contraste
con el tiempo
que me muerde y me devora,
en el tránsito de tenerte y tentarte
aquí y ahora.
Abrazo oceánico, líquido, lírico,
de mis manos en tu territorio,
en tu privada penumbra,
donde solo yo te veo y te siento
y me hundo en tu mundo,
en la luz azul de tu reflejo sediento,
que me busca en un reclamo húmedo,
hambriento de destellos,
de rojas orquídeas que delinean
y trenzan tu cuerpo desnudo
atándolo de tal manera
que ya solo quema
la plegaria que esconde
tu nombre cosido al mío,
la salvaje belleza
que me envuelve y me libera
y te penetra
beso a reto,
reto a beso,
ardiéndote, clavándote mi saeta,
de sublime poeta
que ha encontrado en ti su rumbo.
Descansaré en tus hojas,
en la raíz de tu árbol,
en tu pecho descubierto.
Y soñaré con auroras,
con el cielo abierto
de tus ojos,
con tu blanca sonrisa,
con tu sombra,
con tu piel pidiendo mi piel,
gimiendo y pidiendo audiencia
al rey de tus anhelos
que vive para ser amanecer rosa,
crepúsculo que deshoja
el atardecer de tus desvelos,
para desplegarme a todas horas
dentro,
muy dentro,
en tus sueños de diosa.
De "Erógena" disponible en Amazon
Ven
Enviado por danteverne Seguir
No puedo acallar la voz
de este instantáneo pájaro de fuego
que aparece en el cristal oscuro tan seductor
susurrando cien incendios con mis dedos,
ven.
Si en el espejo azul sediento
mi torpe piel de cordero se hace león,
garra cruel que inunde el cálido hueco forastero
te arrancará una sílaba a dentelladas del corazón,
ven.
Deja que me hunda en tu balcón,
que me exilie a diario entre tus besos
que rompa mis estrellas en pedazos de sol
que sea el color de tu sangre y de tus sueños,
ven, ven.
Tu vigilia será mi jaula ardiendo
tus gemidos espigas que caigan con mi hoz
cuando irrumpa con violencia en tus adentros
seré huérfano, seré padre, seré Dios,
ven, ven, ven.
Nudos desatados en el silencio,
moribundos entregados sin aliento y sin razón,
agua saciada de todo el tiempo herido, escurriendo,
que descanse al fin en un sueño reparador,
ven, ven.
Déjame que duerma en tu pecho,
que mis cenizas en este momento sean excepción,
que mis murmullos sean solo gesto nocturno de viento
que contengan una sola palabra de amor,
ven.
A UNA MUJER SOLITARIA
Tus ojos de pacífica tristeza
denotan una infancia abandonada
una pubertad desorientada
y una adolescencia de crudeza.
Sopor y rebeldía en la corteza.
Amor y prudencia agazapada
peldaños ascendiendo acelerada
y bajando de nuevo a la pereza.
Mas hoy gana tu anhelo de belleza
de acariciar el barro con las manos
dando forma a gráciles humanos
buscando dialogar con esculturas
contagiándoles ternura con cariño
como hace una madre con su niño.
Tempestad Endógena
Tempestad Endógena
Entre los resquicios del olvido,
leves imágenes aúllan.
Devienen del hedor concéntrico de la ausencia.
Sobre el tejado arde la beligerante cúpula de óleos cerúleos.
Hectáreas acuosas de intriga.
Canaleta hecha mar de aguaceros polícromos.
Navegan carabelas bucaneras en formol que aún desangran.
Es la tarde humedeciendo el solícito seto de lo profano.
Fulgura el perdernal destellando lumbre,
como queriendo opacar el frío del ahora,
en este nosocomio de mi alama envuelta en presagios
de cada perenne minuto del desasosiego.
Goteras, como limosnas llenan los aposentos
ataviados de congojas intentando enarbolar la estructura dorsal
del abandono.
Marco mi número telefónico sin éxito:
dualidad entre el desamor propio,
y la improbidad de un retorno emanado
por las axilas de la angustia.
Maldita sea, aún persisten las insurrectas larvas
alcoholizadas de plenitud atándonos al pretérito.
Ni las llamaradas heladas de las errancias del tiempo,
vencen en nuestros sótanos internos, al dinosaurio del temporal omnisciente.
¿Por qué callan todos, si fui engendrado por la histeria?
Desde un punto de vista
Envuelta en una membrana
la inocencia se gesta,
el llanto anuncia la existencia
frente a lo desconocido.
En el paso del raudo tiempo
la candidez se ausenta,
llega la adolescencia
y ésta se descantíllale.
Con el sello de la adultez
asume las consecuencias
y con actitud proactiva
recorre los turbios caminos.
La vejez ¡oh la vejez!
cansada de tantos tropiezos
vive la vida a su manera
hasta que se agote su energía.
Cuando le llega la parca
sus cenizas son esparcidas
y el espíritu vuela
hacia nuevos confines.
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