506 Poemas de amor
Perfecta
Cuando por primera vez suspiré
Al cielo miré y en tu voz silenciosa y preciosa recordé,
Ese momento era tan perfecto
Perfecto como tú al sonreír,
Cómo cuando susurras las mil palabras del amor
Que una a una dan calor
Y la suave brisa del abrigo llega
Y cubre nuestro cuerpos abatidos...
Abatidos no de dolor, sino de pasión
Que un día han de darse todo
Y a lo más profundo del corazón recurrir.
Enrique Misal
CUANDO DE NUESTRO AMOR
Cuando de nuestro amor
la llama apasionada
dentro tu pecho amante
contemples extinguida
ya que solo por ti la vida me es amada
el día en que me faltes
me arrancaré la vida
Porque mi pensamiento
lleno de este cariño
que en una hora feliz
me hiciera esclavo tuyo
lejos de tus pupilas
es triste como un niño
que se duerme soñando
en tu acento de arrullo
Para envolverte en besos
quisiera ser el viento
y quisiera ser todo
lo que tu mano toca
ser tu sonrisa
ser hasta tu mismo aliento
para poder estar mas cerca de tu boca
Vivo de tus palabras y eternamente espero
llamarte mía
como quien espera un tesoro
lejos de ti comprendo
lo mucho que te quiero
y besando tus cartas
ingenuamente te lloro
Perdona si no tengo
palabras con que pueda
decirte la inefable
pasión que me devora
para expresar mi amor
solamente me queda
rasgarme el pecho
amada y en tus manos de seda
dejar mi palpitante
corazón que te adora
LO DIFÍCIL
Enamorarse es fácil.
Uno puede enamorarse
-sin demasiado esfuerzo-
varias veces al día,
a nada
que se lo proponga
y se mueva un poco por ahí;
y si es verano,
mi te cuento.
Enamorarse no tiene
mayor mérito.
Lo realmente difícil
-no conozco
ningún caso-
es salir entero
de una historia de amor.
EL TIEMPO, YA TODO SE COMPRENDE
Como a veces
nos viene a la memoria
algo sin importancia
que dejamos
para el día siguiente
hace ya tiempo,
he recordado,
viejo amor,
cuánto te quise.
RECINTO
Antes que otro poema
- del mar, de la tierra o del cielo -
venga a ceñir mi voz, a tu esperada
persona limitándome, corono
más alto que la excelsa geografía
de nuestro amor, el reino ilimitado.
Y a ti, por ti y en ti vivo y adoro.
Y el silencioso beso que en tus manos
tan dulcemente dejo,
arrinconada mi voz,
al sentirme tan cerca de tu vida.
Antes que otro poema
me engarce en sus retóricas,
yo me inclino a beber el agua fuente
de tu amor en tus manos, que no apagan
mi sed de ti, porque tus dulces manos
me dejan en los labios las arenas
de una divina sed.
Y así eres el desierto por
el cuádruple horizonte de las ansias
que suscitas en mí; por el oasis
que hay en tu corazón para mi viaje
que en ti, por ti, y a ti voy alineando,
con la alegría del paisaje nido
que voltea cuadernos de sembrados.
Antes que otro poema
tome la ciudadela a fuego ritmo,
yo te digo, callando,
lo que el alma en los ojos dice solo.
La mirada desnuda, sin historia,
ya estés junto, ya lejos,
ya tan cerca o tan lejos o cerca reprimirse
y apoderarse en la luz de un orbe lágrima,
allá, aquí, presente, ausente,
por ti, a ti, y en ti, oh ser amado,
adorada persona
por quien -secretamente- así he cantado.
AL MOLINO DEL AMOR
Al molino del amor
alegre la niña va
a moler sus esperanzas;
quiera Dios que vuelva en paz;
en la rueda de los celos
el amor muele su pan,
que desmenuzan la harina,
y la sacan candeal.
Río con sus pensamientos,
que unos vienen y otros van,
y apenas llego a la orilla,
cuando ansí escucho cantar:
Borbollicos hacen las aguas
cuando ven a mi bien pasar;
cantan, brinca, bullen, corren
entre conchas de coral;
y los pájaros dejan sus nidos,
y en las ramas del arrayán
vuelan, cruzan, saltan, pican
toronjil, murta y azahar.
Los bueyes de las sospechas
el río agotando van;
que donde ellas se confirman,
pocas esperanzas hay;
y viendo que a falta de agua
parado el molino está,
desta suerte le pregunta
la niña que empieza a amar:
-Molinico, ¿por qué no mueles?
-Porque me beben el agua los bueyes.
Vió el amor lleno de harina
moliendo la libertad
de las almas que atormenta,
y ansí le cantó al llegar:
-Molinero sois, amor,
y sois moledor.
-Sí lo soy, apártense,
que le enharinaré.
PROFUNDO AMOR
Profundo amor
nacido a ras del arco
arco tendido contra lo imposible
tu voz de cueva se extendió en mi cuenco
cabalgaste flechas hasta el mismo centro
El tiempo nos lanzó de lado a lado
trazos redondos surcando paralelos espacios
coincidimos desafiando las leyes deletreadas
infringiendo barreras quebrantadas al tacto
Tiempos feroces no nos devoraron
jugando a niños llegamos a la cópula
llegamos al principio de los vientos
al íntimo recodo del común aposento
Profundo amor compañero de llamas
compañero del agua de ternuras sin nombre
jinete de mis sueños
de mis piernas al alba.
Sentado en el parque
Sentado, tranquilo y atento.
Viendo como pasan los pasos de agenos al andar.
La niña juega y aprende mientras su madre la observa.
Se prenden las luces cuando el sol se apaga.
La vida fluye y fluirá a pesar de los desastres,
y en tres parpadeos se concurre el lugar.
¡Cuántas vidas de extraños que nunca conoceré!
Almas heridas que ríen olvidando las desgracias.
Fue entonces cuando la vi,
y reflejó cual albedo los últimos rayos del sol.
Pero entre más lo pienso más miento,
no es que el sol brillara en ella sino ella en el sol.
Y el resto murió ante mí,
no es que hubiera defunción alguna,
sino que su luz los opacaba.
Ella estaba ahí sentada;
como yo...
viendo al resto;
como yo...
enamorada;
como yo...
al menos yo lo estaba.
Sus ojos eran reliquias, preciados como ningunos,
que aún con sus vitrinas sentía delito el mirarlos.
Hay mujeres hermosas en este mundo, pero como ella ninguna.
Y con las mejores telas se tejieron sus mejillas,
más sus labios... lo sobrepasaban todo... y es que,
si verla era delito besarla es pecado.
La perfección es subjetiva al igual que la belleza.
Pero en mi subjetividad personal,
cualquier defecto existente
en su dulce piel se perfecciona.
Pero entre más lo pienso más me miento,
y al parpadear tres veces más, la vi marcharse.
No hice nada ni podía, solo vi como se alejaba
y aquel chico la esperaba impaciente.
Y oscureció de nuevo, pero ahora estaba solo.
Rodeado por tantas personas, pero solo.
Sentado en el parque y escribiendo,
y con la idea de volver mañana.
REMEMBRANZAS DE AMOR
Enviado por alfonsojparedes Seguir
Estoy seguro de que regresarás,
olvídate de esconderte detrás de tu sombra,
despídete de tu pasado,
me enteré de que el amor nunca morirá.
Siempre te recuerdo al atardecer,
cuando me deslumbrabas entre la extractada tarde,
hasta que me olvidaba que después estará oscuro,
densa atmósfera en mil pedazos al anochecer.
Colgando de mi pecho al final de la noche
y el aroma fresco del amanecer,
recordaba que formabas parte de mi canción,
entre edredones algodonados de seda.
Cada vez mas seguro de tu regreso,
verte aquí otra vez, preguntando de más,
sin fingir que me recordabas quizá,
entre las calles empedradas y un lugar avieso.
A partir de aquí, simula que me olvidaste,
aparta de ti un amor perverso,
un oscuro cuarto repleto de miedos,
recurre a mi para amarte.
No me quitarás el sabor de tu boca
y la mirada profunda cuando te beso,
el estertor de tu cuerpo, sin palabras locas,
no me olvido ni me río por eso.
Olvídate de los reproches,
es una señal del destino,
entre lo terrenal y lo divino,
quiero un mundo contigo, otra noche.
No quiero saber en qué te he fallado,
pues no hubo nadie que te amara
más que yo.
Poem & Rhápsody ©2023
Versos para el recuerdo
Alfonso J. Paredes.
Luna
Luna que adornas la noche con tus majestuosos destellos.
tu presencia que abruma los cielos, tu que a lo lejano cautivas al inocente y tranquilizas al rebelde, tu que mis noches mejoras enormemente, tu a quien el cielo pertenece, tu que mi corazón estremece, tu que con tu elegancia me enloquece, solo tu a quien mi ser le pertenece.
Perla invaluable eres, blanco puro eres, a quien Miles de retratos le fueron dedicados, solamente me falta por decir que no existe posibilidad de recrear ni un millón de veces lo especial y maravillosa que eres
Desde el 61 hasta el 70 de un total de 506 Poemas de amor
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