131 Sonetos
SONETO
Pájaro sin alas, por esta alegria
del árbol, yo bebo luz de siete planos
en las hojas verdes: flor de alejandría
silenciosa, para los aeroplanos.
Bienaventurados los pájaros, vidas
por Dios bendecidas, por Dios bendecidas.
Las ardillas, casi pájaros, brincamos
de un modo..... Parece que nos ensayamos
En un casi vuelo, según la manera
juguetona y loca de la primavera.
Recuerdas amigo la paz franciscana.
De aquel milagroso Fray Ave María?
Tiene una locura la paz Franciscana
de aquel milagroso Fray Ave María.
SONETO
El tiempo que nos une y nos divide
- frutal nocturno y floreciente día -
hoy junto a ti, mañana lejanía,
devora lo que olvida y lo que pide.
Cuidar en él lo que al volar descuide
será internarse en su relojería;
y minuto a minuto y día a día,
sin quererlo, aunque poco, nos olvide.
Olvidados del tiempo, esos instantes,
serán de eternidad; los deslumbrantes
momentos del instante de lo eterno.
Junio en tus manos su belleza afina;
el otoño es su dócil subalterno.
Tiempo y eternidad tu alma combina.
EN QUE SATISFACE UN RECELO CON LA RETÓRICA DEL LLANTO
Esta tarde, mi bien, cuando te hablaba,
como en tu rostro y tus acciones vía
que con palabras no te persuadía,
que el corazón me vieses deseaba;
y Amor, que mis intentos ayudaba,
venció lo que imposible parecía:
pues entre el llanto, que el dolor vertía,
el corazón deshecho destilaba.
Baste ya de rigores, mi bien, baste;
no te atormente más celos tiranos,
ni el vil recelo tu quietud contraste
con sombras necias, con indicios vanos,
pues ya en líquido humor viste y tocaste
mi corazón deshecho entre tus manos.
La Vida
Enviado por wencyleo2doaint Seguir
Estoy acá en la orilla de_un puente
pensando que cosas me_importan tanto
y tratando no inundarme_en llanto
y mientras yo me tiro sonriente
Desperté del sueño de mi mente
levantándome como un diamanto
sÏempre rezándole a mi santo
y sin ninguna razón aparente
Saliendo de mi casa corrÏendo
pasando todo para verla a_ella
corriendo_apurado y presumiendo
De tenerla a ella la más bella
en mi vida todo se va_imponiendo
pero siempre veré a mi doncella
EL POETA Y EL CIEGO
Una tarde que en Londres paseaba ociosamente
adosado a una esquina hallé un ciego cantor;
parecía una escultura por su mirar ausente.
Mi socorro en sus manos le puse con fervor.
En sus brazos brezaba un acordeón doliente
de voces quejumbrosas y dolor de arrabal.
Cantó algo parecido a mi vagar trausente,
por el tiempo y los muros de una edad ideal.
¡Cuánto me gustaría que los viejos juglares
cantaran las estrofas de mi viviente afán,
por calles trajinantes de mancillados lares!
Y que siempre se canten en las tardes de duelo,
polvorosas de gente, como en Portobelo,
entre harapos y huesos que al camposanto van.
A SU RETRATO
Este que ves engaño colorido,
que del arte ostentando los primores,
con falsos silogismos de colores,
es cauteloso engaño del sentido;
este, en quien la lisonja ha pretendido
excusar de los años los horrores,
y venciendo del tiempo los rigores
triunfar de la vejez y del olvido,
es un vano artificio del cuidado,
es una flor al viento delicada,
es un resguardo inútil para el hado,
es una necia diligencia errada,
es un afán caduco y, bien mirado,
es cadáver, es polvo, es sombra, es nada.
PARA TUS DEDOS ÁGILES Y FINOS
Doy a los cuatro vientos los loores
de tus dedos de clásica finura
que preparan el pan sin levadura
para el banquete de nuestros amores.
Saben de las domésticas labores,
lucen en el mantel su compostura
y apartan, de la verde, la madura
producción de los meses fructidores.
Para gloria de Dios, en homenaje
a tu excelencia, mi soneto adorna
de tus manos preclaras el linaje,
y el soneto dichoso, en las esbeltas
falanges de mis índices se torna
una sortija de catorce vueltas.
FOTOGRAFÍAS
¡Pantoja ten valor! Rompe la valla:
luce, luce en tarjeta y en membrete
y cabe el toro que enganchó a Pepete
date a luz en las tiendas de quincalla.
Eres un necio. —Cierto. —Pero acalla
tu pudor y la duda no te inquiete.
¿Qué importa un necio más donde se mete
con pueril presunción tanta morralla?
¡Valdrás una peseta, buen Pantoja!
No valen mucho más rostros y nombres
que la fotografía al mundo arroja.
Enséñanos tu cara y no te asombres:
deja a la edad futura que recoja,
tantos retratos y tan pocos hombres.
ARMONÍA
Quise tocar el gozo primitivo,
batir mis alas, trasponer la linde
y volver, al origen, desde el fin de
mi juventud, para sentirme vivo.
Quise reverdecer el viejo olivo
de la paz, pero el alma se me rinde.
¿Quién es sin su dolor? ¿Quién que no brinde,
sin pena, su ayer libre a su hoy cautivo?
Y ¿quién se adueñará de la armonía
universal, si rompe, nota a nota,
grano a grano, el racimo, los acordes?
¿Quién se olvida que es cuna y tumba, día
y noche, honda raíz y flor que brota,
luz, sombra, vida y muerte hasta los bordes?
AURELIO
«Licio, ¿la obstinación de tu porfía,
mariposa solícita del daño,
morir quiere a la luz del desengaño?
Tuyo es la culpa, la obediencia mía.
Mucho fía de sí quien de sí fía.
Sabe que Lisis con traidor engaño
memorias ya de un año y otro año
en los olvidos sepultó de un día.»
«¡Oh cuánto avaro está el dolor contigo,
pues aún la queja no se atreve a dalla
de mí, de Lisis, ni de ti tampoco!
Que tú celoso, ella mujer, yo amigo,
nos halla disculpados, pues nos halla
a mí fiel, a ella fácil, y a ti loco.»
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