133 Sonetos
NEUROSIS
Yo no sé si soy sonámbulo o neurótico;
siento algos en el alma, y no son míos...
El ambiente me sofoca, como a exótico
en un pueblo enteramente de judíos.
Vivo en ml y no comprendo; hormigueos
van abriendo filtraciones de erotismo
en mi pecho, y un enjambre de deseos
mancha ci cisne de mi estricto misticismo.
Poco a poco de mi juicio van comiendo
y un volcán de efervescencia promoviendo
al tocar de mis recuerdos el tropel;
que se agitan como cuervos plutonianos,
como duendes, como brujas, como enanos
del imperio revoltoso de Luzbel.
PARA TUS DEDOS ÁGILES Y FINOS
Doy a los cuatro vientos los loores
de tus dedos de clásica finura
que preparan el pan sin levadura
para el banquete de nuestros amores.
Saben de las domésticas labores,
lucen en el mantel su compostura
y apartan, de la verde, la madura
producción de los meses fructidores.
Para gloria de Dios, en homenaje
a tu excelencia, mi soneto adorna
de tus manos preclaras el linaje,
y el soneto dichoso, en las esbeltas
falanges de mis índices se torna
una sortija de catorce vueltas.
AURELIO
«Licio, ¿la obstinación de tu porfía,
mariposa solícita del daño,
morir quiere a la luz del desengaño?
Tuyo es la culpa, la obediencia mía.
Mucho fía de sí quien de sí fía.
Sabe que Lisis con traidor engaño
memorias ya de un año y otro año
en los olvidos sepultó de un día.»
«¡Oh cuánto avaro está el dolor contigo,
pues aún la queja no se atreve a dalla
de mí, de Lisis, ni de ti tampoco!
Que tú celoso, ella mujer, yo amigo,
nos halla disculpados, pues nos halla
a mí fiel, a ella fácil, y a ti loco.»
FOTOGRAFÍAS
¡Pantoja ten valor! Rompe la valla:
luce, luce en tarjeta y en membrete
y cabe el toro que enganchó a Pepete
date a luz en las tiendas de quincalla.
Eres un necio. —Cierto. —Pero acalla
tu pudor y la duda no te inquiete.
¿Qué importa un necio más donde se mete
con pueril presunción tanta morralla?
¡Valdrás una peseta, buen Pantoja!
No valen mucho más rostros y nombres
que la fotografía al mundo arroja.
Enséñanos tu cara y no te asombres:
deja a la edad futura que recoja,
tantos retratos y tan pocos hombres.
ARMONÍA
Quise tocar el gozo primitivo,
batir mis alas, trasponer la linde
y volver, al origen, desde el fin de
mi juventud, para sentirme vivo.
Quise reverdecer el viejo olivo
de la paz, pero el alma se me rinde.
¿Quién es sin su dolor? ¿Quién que no brinde,
sin pena, su ayer libre a su hoy cautivo?
Y ¿quién se adueñará de la armonía
universal, si rompe, nota a nota,
grano a grano, el racimo, los acordes?
¿Quién se olvida que es cuna y tumba, día
y noche, honda raíz y flor que brota,
luz, sombra, vida y muerte hasta los bordes?
CUANDO EL PLANETA QUE LAS HORAS MIDE (CANCIONERO)
Cuando el planeta que las horas mide
vuelve de nuevo a reencontrar el Toro,
cae tal virtud de entre sus cuernos de oro
que viste el mundo del color que expide;
no sólo a aquello que a la luz reside,
ribera y monte, da floral decoro,
sino en donde su luz nunca halló foro,
preña el terrestre humor cuanto despide,
y nace fruto o similar vïanda;
así ella en mí, que es sol entre ellas todas,
si de sus ojos lumbre y rayo ofrece,
cría de Amor palabras, versos, odas;
mas, como ella en todos ellos manda,
primavera jamás en mí florece.
EL "OJO DE AGUA"
Con los rumores de su eterno coro,
brota la fuente de la peña dura ...
¡el "Ojo de Agua" que, en su cuenca oscura,
de un cíclope en prisión derrama el lloro!
en tanto salta el surtidor sonoro
por la ancha verja, que el recinto mura,
tiembla en el fondo de la linfa pura
el pez de rosa con estrellas de oro.
En el misterio y en la sombra oriundo,
¿de qué hondo abismo o ignorada
orlilla surge a la luz el manantial profundo?
¡Raro prodigio! ¡Culta maravilla!
El pan de Dios lo tiene todo el mundo...
¡pero, el agua de Dios sólo Aguadilla!
EL SONETO NOCTURNO
La luna era ese párpado cerrado
que flotaba en el circo de la nada
y el niño retenía la mirada
su hipnótico vagar de astro cegado.
La noche es un jardín narcotizado
con esencias de alquimia y sombra helada
y tu infancia una estrella disecada
en el taller de niebla del pasado.
La luna vive ahora en los relojes
que lanzan sus saetas venenosas
sobre la esfera blanca de este sueño.
De este sueño sin fin del que recoges
la ceniza dorada de esas cosas
de las cuales un día fuiste dueño.
ESCOGE ANTES EL MORIR QUE EXPONERSE A LOS ULTRAJES DE LA VEJEZ
Miró Celia una rosa que en el prado
ostentaba feliz la pompa vana
y con afeites de carmín y grana
bañaba alegre el rostro delicado;
y dijo: -Goza, sin temor del Hado
el curso breve de tu edad lozana,
pues no podrá la muerte de mañana
quitarte lo que hubieres hoy gozado;
y aunque llega la muerte presurosa
y tu fragante vida se te aleja,
no sientas el morir tan bella y moza:
mira que la experiencia te aconseja
que es fortuna morirte siendo hermosa
y no ver el ultraje de ser vieja.
EL PENSAMIENTO OLVIDADO
Pensar en tu mirada y en mi olvido
dejando el pensamiento dilatado
a través de tus ojos, anegado
de su mismo vivir con tu sentido;
después mirar tu olvido que en mí asoma
como una rosa que al espacio diera
leve prolongación y luego fuera
la propia luz que toca con su aroma,
es entregarme a ti sin más denuedo
que la lucha del cuerpo contra el viento,
y contigo soñando estar tan quedo
como náufrago mar o vano intento:
porque ya que pensarte en mí no puedo,
dejo olvidado en ti mi pensamiento.
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